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España

Cospedal utiliza a Montoro para superar la brecha entre el Gobierno y el Partido Popular

Cospedal quiere darle la vuelta a esta situación. Pretende despejar los conductos que comunican a Gobierno y partido para hacer más eficaz una comunicación ahora atascada. La secretaria general quiere que representantes del Ejecutivo abandonen sus poltronas y despachos y se acerquen a las reuniones del partido. Este jueves, para abrir boca, le ha pedido a Cristóbal Montoro que explique ante un cónclave de alcaldes su famosa reforma fiscal, tan mal explicada y peor comprendida, y que, al tiempo, les ayude a solucionar algunos problemas financieros de sus consistorios. Está en juego el poder territorial del partido y buena parte de los alcaldes y munícipes del PP arriesgan la renovación de sus mayorías. 

Precisamente el titular de Hacienda forma parte del núcleo duro del Ejecutivo, el que gira en torno a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y que mantiene unas relaciones escasamente fluidas con la dirección del PP. Llegó la hora de acabar con esas inercias porque en las próximas elecciones hay demasiadas cosas en juego.

Armamento electoral

En la santabárbara del PP no hay demasiada munición con la que hacer frente al reto de las urnas de primavera. Las medidas de regeneración democrática y las reformas económicas no han ido más allá de un cierto voluntarismo etéreo. De momento la elección directa de alcaldes ha quedado en mera añagaza del Gobierno para no perder muchos ayuntamientos y en una supuesta rebaja fiscal que apenas nadie ha logrado entender.

No hay mucho tiempo que perder. La irrupción de Pedro Sánchez 'el guapo' ha convulsionado a algunos estrategas del PP. Demasiado joven, excelente imagen, magnífica sonrisa. "Aunque sea socialista, le pueden votar nuestras madres, como ocurrió con Felipe, y sería un cataclismo", dicen algunos asesores de los populares.

Cospedal convocó ayer en Madrid a los secretarios regionales y a las juventudes de su formación para avanzarles algunas de las líneas de ataque tras el verano. La secretaria general pretende un partido engrasado, activo y en pleno rodaje de cara a septiembre. No quiere facilitar ni una sola excusa para que le imputen un posible revés electoral, como ya le ocurrió con motivo de las europeas. Los misiles contra Génova llovieron entonces desde la Moncloa.

Se enteran tarde y mal

La secretaria general busca paliar los efectos de la gran brecha existente entre el Gobierno y el partido. Un clásico que desgasta y que lamina esfuerzos. Se quejan en el PP de que apenas se les informa sobre las iniciativas del Ejecutivo, que se enteran por la prensa o por algún trascendido de pasillo. Se irritan en Moncloa porque buena parte de la ingente labor que desarrollan apenas llega a las sedes regionales y locales.

La secretaria general va a reclutar a miembros del Ejecutivo para que se prodiguen con más generosidad entre los responsables autonómicos y municipales, encargados de dar la gran batalla de mayo. Montoro abre la rueda pero estas comparecencias se prodigarán a lo largo de los próximos meses. Ya se intentó hacer lo propio antes de las europeas pero el asunto apenas funcionó. Eran otros tiempos y ahora la necesidad aprieta. Es el partido quien lleva la manija cuando las elecciones aparecen en el horizonte. Pero necesitan artillería para funcionar. Y el Gobierno tiene el BOE, algo fundamental para captar mayorías y para recuperar votos a la fuga. Pero si cada cual va por su lado, pocos réditos se consiguen.

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