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España

El maquinista, destrozado tras el siniestro: "No quiero ver esto, me quiero morir"

El maquinista del tren es ayudado a abandonar las vías poco después del accidente

El comisario jefe de la Brigada Judicial de A Coruña fue de las primeras personas en hablar con Francisco José Garzón Amo, el maquinista del tren que descarriló la pasada semana a 4 kilómetros de Santiago de Compostela. Garzón llegó al puesto de mando acompañado de un agente antidisturbios y tras ser invitado a sentarse por sus heridas, explicó: "Estoy herido leve. Pero yo no soy lo importante, lo importante son los pasajeros. La he jodido", repetía hasta en tres ocasiones, según la información del atestado policial y el sumario que publica este martes El País

El comisario mantuvo entonces una breve conversación con Garzón, a quien preguntó qué había ocurrido, a lo que este respondió: "Pues que circulaba a 190 kilómetros por hora". Visiblemente nervioso, el maquinista preguntó si había muerto alguien, algo a lo que el agente no quiso responder en ese momento, invitándole a no preocuparse por eso entonces. "Pero cómo quiere que me calme? Con lo que he provocado prefiero morirme", repitió en cuatro ocasiones. En unos minutos fue trasladado al centro hospitalario acompañados de dos policías "para preservar su seguridad y ulteriores indagaciones", según aparece en la documentación. 

No fue el único momento en el que Garzón lamentaba lo ocurrido queriendo correr la misma suerte que las decenas de heridos y fallecidos que permanecían aún en el convoy. Uno de los heridos del vagón número cinco afirma que tras salir del tren por una ventanilla se le acercó una persona que decía ser el maquinista, que sangraba por la cabeza y que se arrodilló y le dijo que él era el conductor, y que tenía que haberse quedado él ahí debajo

También uno de los vecinos de Angrois pudo escuchar a Garzón mientras era trasladado al hospital de campaña: "Me quiero morir, me quiero morir, no quiero ver esto. Hubiera sido mejor que hubiera muerto yo antes de ver esto". Otro vecino, que lo acompañó hasta el primer puesto de socorro también referenció que el maquinista le había comentado que "esto ya lo tengo yo denunciado. No se puede circular por esta vía a esta velocidad sin un protocolo. Si pillo al de seguridad, lo mato. No quiero ver esto, cuánta gente muerta.... ¿por qué no habré muerto yo?", espetaba. 

Dialogó con varios policías

Poco después del accidente Garzón accedió voluntariamente a extraerse una muestra de sangre para descartar la ingesta de alcohol, aunque dijo al agente no haber bebido. En su traslado al hospital, él mismo comentó a los policías que lo acompañaban que "la vía donde se produjo el siniestro está habilitada para circular a 200 kilómetros por hora, si bien es de elección del conductor reducir la velocidad en ese punto, al circular por una vía libre, sin señal que limite o indique que se ha de reducir la velocidad, indicando que pudo haberse despistado, circulando a velocidad excesiva", según el agente, quien apunta a que el maquinista se lamentaba continuamente: "Si me muriera yo... ¡Qué desgracia! ¿Qué acabo de hacer?". 

El conductor del tren, que rápidamente descartó que se tratase de un atentado o de un sabotaje, quedó ingresado en el Hospital clínico con fractura de varias costillas, neumotórax y una herida en la cabeza. "He coincidido con él en varias ocasiones. Tras el accidente hablé con el maquinista. Coincidí con él en las vías, y me preguntó por el estado del interventor y del otro maquinista que iba en el tren", declaraba el vigilante de seguridad. 

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