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España

Sánchez renuncia a usar el procesamiento de Chaves y Griñán para desgastar a Susana Díaz

De izquierda a derecha, José Antonio Griñán, Alfredo Pérez Rubalcaba, Felipe González, Susana Díaz y Manuel Chaves.

Un partido que viene haciendo de la denuncia de la corrupción una de sus banderas más visibles, acaba teniendo procesados a sus dos últimos presidentes. Esta es la situación en la que el caso de los ERE en Andalucía acaba de colocar al PSOE, a las puertas de una campaña electoral en la que Pedro Sánchez se ve obligado a combatir también la marejada interna. Es, precisamente, la presidenta andaluza, Susana Díaz, la que más dispuesta está a cortarle la cabeza la noche del 26J si, como pronostica la mayoría de las encuestas, vuelve a perder las elecciones.

Los dos procesamientos desactivan las denuncias de corrupción contra el PP en plena precampaña

Según fuentes socialistas, la primera decisión que tomó ayer Pedro Sánchez nada más conocer el procesamiento de Manuel Chaves por un presunto delito de prevaricación y de José Antonio Griñán por otro similar, sumado a un segundo de malversación, fue descartar la utilización de este escándalo para debilitar a Susana Díaz. "Tenemos mucho que perder y poco que ganar, son más los riesgos que las ventajas”, resumen en el equipo del secretario general, convencidos de que hay que pelear "con uñas y dientes" para evitar que antes del 26J se reabra la lucha interna en el partido, ante el riesgo evidente de que los resultados del 20D empeoren e, incluso, se haga realidad el temido sorpasso a manos de la coalición liderada por Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

Pese a ello, la reacción del propio Sánchez, hecha desde Santander, fue una de las más tibias. Después de apostar por la presunción de inocencia, señaló que los dos procesados ya asumieron responsabilidades políticas hace un año cuando dimitieron como diputados tras ser inculpados por el Supremo, a lo que ayer se sumó su baja como militantes del partido. "Yo soy un político limpio y mi Gobierno será el de la honradez intransigente", abundó Sánchez.

La consigna que ayer se distribuyó desde Ferraz a los principales dirigentes del PSOE fue, pues, la del cierre de filas. Antes de abrir la boca para valorar estos procesamientos, Sánchez dejó que la primera reacción estuviera en boca de alguien de su máxima confianza, el portavoz parlamentario Antonio Hernando. "La dirección del partido está absolutamente convencida de su inocencia. Son personas, tanto Chaves, como Griñán, que no se han llevado ni un euro, ni un céntimo de euro. No tienen cuentas en paraísos fiscales, ni han recibido sobres, ni sobresueldos. Son personas honradas y honestas", señaló desde la localidad madrileña de Móstoles. La mayor parte de las declaraciones se ajustaron a esta doctrina aunque la que más se apartó de ella fue la de la exmagistrada Margarita Robles, fichada como 'número dos' en la candidatura por Madrid. "La lucha contra cualquier tipo de corrupción hay que apoyarla sin cortapisas", señaló desde su condición de independiente, que lleva muy a gala.

El PP exige que se devuelva el dinero defraudado

Es evidente que Pedro Sánchez no quiere precipitar la colisión con la federación andaluza- ayer entregaron también el carné de militantes los exconsejeros de la Junta Gaspar Zarrías y Francisco Vallejo- como también que el procesamiento de Chaves y Griñán desactiva la denuncia de la corrupción en el PP como mensaje fuerza de la campaña del PSOE, según reconocen destacados dirigentes socialistas. Esta es una obviedad que el Gobierno ha entendido muy bien y de forma casi automática en cuanto ayer se conoció la decisión del magistrado Álvaro Martín. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, diputada por Huelva, emplazó a los dos expresidentes del PSOE a explicar las entrañas del presunto fraude y al PSOE a que depure todas las responsabilidades y haga lo posible desde la Junta andaluza para que recuperar el dinero recibido por las empresas que se beneficiaron de los expedientes de regulación a nombre de falsos prejubilados, a través de un fondo de 1.000 millones dispuesto por el Gobierno autonómico.

El PSOE opina que el delito de prevaricación será difícil de probar y ve poco recorrido a la vía penal

El procesamiento de Chaves y Griñán ha coincidido con la comparecencia de Susana Díaz en la comisión abierta por el Parlamento andaluz para investigar otro presunto fraude en los cursos de formación subvencionados por la Junta entre 2002 y 2012. Es algo en lo que Ferraz ha querido mantenerse también al margen, pues Pedro Sánchez es consciente de que el próximo 26J se juega buena parte de su futuro político en Andalucía, donde el pasado 20D obtuvo 22 de los 90 diputados conseguidos en el Congreso. Al margen del terremoto político, en el PSOE andaluz se le da escaso recorrido penal a la decisión del juez Martín "porque el delito de prevaricación va a ser muy difícil de probar".

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