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España

Madritec confirma que la cámara del pasillo de la avalancha era una "carcasa"

El vicealcalde en su comparecencia en la Comisión de Investigación de la tragedia del Madrid Arena

La cámara del pasillo del pabellón Madrid Arena donde se produjo la avalancha que costó la vida a cinco jóvenes era una "carcasa" vacía y, por tanto, no podía grabar imagen alguna de lo ocurrido, según han confirmado fuentes de Madrid Espacios y Congresos (Madritec). Estas fuentes han apuntado que así figura en los planos del edificio que se han puesto a disposición de la policía judicial en el marco de la investigación abierta.

Hoy, en rueda de prensa tras la reunión semanal del Gobierno de Ana Botella, el vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, preguntado al respecto, ha dicho que, según la información que traslada Madrid Espacios y Congresos, "se han entregado a la policía las imágenes, los videograbadores y el software necesario para visualizarlas, así como el plano que existe de instalación de cámaras".

"Por la información que nos traslada Madrid Espacios y Congresos", ha repetido, y "de acuerdo con el contrato de seguridad", "la gestión del circuito cerrado de televisión le corresponde a Seguriber", ha añadido Villanueva.

Estas "carcasas" existen como cámaras disuasorias en numerosos inmuebles y locales puesto que su precio y coste de mantenimiento son bajos y cumplen igual que las reales, siempre que estén bien hechas, la misión de ahuyentar a posibles intrusos, según informan en Internet empresas especializadas en su venta e instalación.

El diario El Mundo publica este miércoles que la cámara del vomitorio donde se produjo la avalancha, es falsa, al igual que otras aproximadamente diez de las 120 que forman el sistema de vigilancia del Madrid Arena, según se desprende de la documentación remitida por Madrid Espacios y Congresos al Juzgado de instrucción número 51, que investiga el caso.

Por otra parte, el vicealcalde de Madrid ha explicado que, cuando el día 1 aportó el dato de aforo facilitado por Diviertt, desconocía -y de hecho no lo sabría hasta seis días después- que la Policía tenía conocimiento de la llamada de un ciudadano al 112 a las 04.13 horas de esa madrugada advirtiendo de que se había superado el aforo.

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