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España

Gallardón y Botella intentan desde 2009 privatizar los edificios olímpicos en desuso

Botella, durante el Masters de tenis de Madrid disputado en la Caja Mágica el año pasado.

No es sencilla la tarea que tiene por delante el Ayuntamiento de Madrid: privatizar un buen puñado de pabellones municipales erigidos por y para las Olimpiadas, cuya gestión y mantenimiento apenas puede asumir el Consistorio, especialmente tras el tercer fracaso olímpico consecutivo. Tarea que no es nueva, en cualquier caso: desde enero de 2009, Cibeles trata de externalizar la tutela de sus instalaciones, algo que no ha conseguido a la vista de los hechos.

Las costosas instalaciones de última generación, siendo las más conocidas la espectacular Caja Mágica y el Madrid Arena de mal agüero, han sido parte del problema que atenaza a la empresa matriz, Madrid Espacios y Congresos (Madridec), con una deuda de 300 millones de euros que acaba de pasar al Ayuntamiento. Estas construcciones, así como la adquisición de onerosos edificios (uno en la Calle de la Montera, otro en Campo de las Naciones), se pensaron con vistas no ya a los recién perdidos Juegos Olímpicos de 2020, sino a los de 2016, que se llevó Río de Janeiro. Ahora se encuentran infrautilizadas, cuando no vacías. Madridec se liquidará a finales de año y se fusionará con otras entidades locales como Madrid Visitors & Convention Bureau y Macsa.

La noticia de la intención de privatizar el Madrid Arena la recogen las hemerotecas allá por mediados de 2008, pero fue publicada oficialmente en enero de 2009 en la web de Madridec. Se trató entonces de promover el “contrato de gestión y explotación del Telefónica Madrid Arena, así para la licitación para el control de calidad de las obras de la primera fase del Centro Internacional de Convenciones de la Ciudad de Madrid”. Un proceso externalizador que se inicia con la alcaldía de Alberto Ruiz-Gallardón y continúa con Ana Botella.

El centro de convenciones es hoy un enorme socavón bajo los cuatro rascacielos del Paseo de la Castellana en el que el Ayuntamiento se ha dejado ya más de 100 kilos (y que no va a terminarse). Por su parte, el Madrid Arena fue inaugurado en 2001 y durante un largo periodo llevó el nombre de su principal patrocinador, Telefónica. Hasta la inauguración de la flamante Caja Mágica, acogió entre 2002 y 2008 el Masters series de tenis de Madrid. También fue sede del Eurobasket, así como del Estudiantes durante un par de temporadas. De hecho y como consecuencia de la anunciada privatización, el Estu mantuvo un litigio con el Ayuntamiento, resuelto con la salida del club madrileño en 2010 y con la ausencia de empresas interesadas en coger la gestión del pabellón multiusos.

La tragedia del Madrid Arena el 1 de noviembre del año pasado, con resultado de cinco jóvenes chicas muertas por asfixia, liquidó la otra fuente de ingresos del recinto, la organización de conciertos y espectáculos.

El siniestro de Halloween, que se dirime actualmente en los tribunales, provocó el barrido de la anterior dirección de Madridec y la llegada de un nuevo equipo gestor, dirigido por Pablo del Amo, exdirectivo de Repsol YPF e ingeniero de minas. El equipo de Del Amo cargó duramente contra la labor de sus predecesores en el último plan de viabilidad e hizo un ERE en primavera, en espera de su fusión e inmediata desaparición.

Botella reveló este año, tras la tragedia del Madrid Arena, que si estuviera en su mano privatizaría Madridec, empresa que busca patrocinios entre las grandes empresas para reparar el enorme agujero financiero que la gangrena. Para ello el Ayuntamiento ha echado mano de un hombre de negocios de turbio pasado, Kami Rashidi, al que se le ve merodeando frecuentemente por las instalaciones. 

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