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Ruz disimula el patinazo con las cuentas suizas de Ruiz-Mateos e investiga su conexión con Bárcenas

Nueve días después de que Vozpópuli revelase que el supuesto político con seis cuentas en Suiza era en realidad la familia del empresario José María Ruiz-Mateos, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5. Pablo Ruz, ha dictado una providencia en la que reconoce implícitamente que cometió un error al pedir a las autoridades helvéticas información sobre las mismas cuando ya estaban en su poder dentro de otra causa que él mismo dirige. En el escrito, dictado este martes y al que ha tenido acceso este diario, el magistrado ordena que se ponga "en conocimiento" de Berna que ya no es necesario que le remita los datos que sobre dichos depósitos financieros le había pedido en su comisión rogatoria del pasado mes de mayo, cuando sospechaba que las mismas podían pertenecer a un destacado miembro del PP relacionado con Luis Bárcenas y el también exsenador 'popular' Luis Fraga. En la misma providencia, reconoce que ya obran en su poder, en concreto en las diligencias 112/11, las abiertas para investigar por el supuesto fraude a más de 4.000 pequeños inversores que perdieron su dinero en los pagares de la Nueva Rumasa, la empresa con la que el empresario jerezano y su familia intentaba reflotar su imperio.

El juez ordena a dos grupos de la UDEF trabajar de manera conjunta para "verificar o descartar" la relación entre los depósitos helvéticos del empresario jerezano y los del extesorero del PP

No obstante, el juez no ceja en seguir analizando la posible relación entre estas seis cuentas en el Dresdner Bank y las que tenía en la misma entidad el extesorero del PP. Para ello, ordena en primer lugar que la documentación existente sobre estos depósitos se incorporen desde la causa en la que se investiga al empresario al sumario del 'caso Gürtel'. Además, pide que se elabore "a la mayor brevedad informe conjunto de análisis en que se proceda a verificar o descartar las eventuales conexiones o vinculaciones existentes" entre una y otras. Para ello, pone a trabajar a dos grupos diferentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía. Por un lado, los agentes del Grupo 21, que llevan las pesquisas sobre la trama de corrupción presuntamente liderada por Francisco Correa desde sus inicios. Por otro, el Grupo I de la Sección de Fraude Fiscal, que es el que se encarga de la investigación de Nueva Rumasa.

Un 'email' sospechoso 

La petición de información sobre las seis cuentas suizas la realizó el juez Ruz el pasado mes de mayo tras analizar la documentación que las autoridades de Berna le habían remitido en enero respecto a las cuentas de Luis Bárcenas. Entre ella, figuraba un correo electrónico interno del Dresdner Bank (actual LGT), una de las entidades donde el extesorero del PP tuvo cuentas secretas a nombre de sociedades fantasmas. En el mismo, fechado el 29 de julio de 2009, sólo unos meses después de estallar el 'caso Gürtel', Andrea Dankert, asistente del vicepresidente de la entidad financiera, enviaba un mensaje bajo el asunto "resultado de la auditoría de PwC" a Agathe Stimoli, la gestora de cuentas que en el Dresdner Bank se encargaba de los clientes españoles, entre ellos Luis Bárcenas y su amigo Luis Fraga, también exsenador del PP y sobrino del fundador del partido. En el mismo, le alertaba de que el análisis realizado por la empresa auditora de las fichas de los clientes había detectado incidencias en las de varios de ellos, entre los cuales había dos que estaban en su cartera.

Uno de ellos era una persona que acumulaba seis depósitos y del que "no está documentado" de donde procedía el dinero que ingresaba en ellos. Sobre éste, del que no se daba su identidad sino la numeración de todas sus cuentas, el directivo le indicaba a su subordinada que se habían visto obligados a encargar un informe sobre el mismo a una empresa especializada en rastrear la vida financiera y que el coste del mismo, 5.500 francos suizos (unos 4.450 euros), sería cargado a la oficina de Ginebra, donde trabajaba Stimoli. El segundo cliente que había despertado sospechas era precisamente Luis Fraga, al que tampoco se identifica por su nombre, sino por el número de cuenta que entonces, verano de 2009, tenía abierta en la entidad: la número 1283047. La auditoría de PwC había recalcado que sobre el político español había "demasiada poca información" y que tras repasar los datos que sobre él figuraban en los archivos, los responsables del Dresdner Bank habían descubierto que sólo se había recabado información sobre "su carrera política, pero nada sobre su pasado financiero".

"No se puede discutir por teléfono"

La respuesta de Agathe Stimoli, también incluida en la documentación remitida a la Audiencia Nacional, más que aclarar ambos extremos añadía más misterio a la misma. La agente aseguraba que iba a viajar desde Ginebra a Madrid para reunirse con ambos clientes y obtener la información sobre la procedencia de su dinero, porque "estos problemas no se pueden discutir por teléfono". Lo que terminó de disparar las alarmas de la Justicia española fue que el desconocido titular de las seis cuentas hubiera sido catalogado por la entidad financiera como de "riesgo 3", la misma que en su día recibió Bárcenas por su condición de político pero que también se adjudica a clientes que muevan más de 50 millones de francos suizos, estén bajo investigación judicial en su país de origen o tengan vinculaciones con personas condenadas. La catalogación del titular como "riesgo 3" hizo sospechar al juez Ruz que podía tratarse de un político. Suiza le remitirá en breve la documentación que echa por tierra esta hipótesis.

Ruz pidió a Suiza el pasado mes de mayo los datos sobre las seis cuentas cuando ya obraban en su poder desde un año antes dentro del sumario de Nueva Rumasa

Con la sospecha de que dicho misterioso personaje podía ser un político vinculado a los casos Bárcenas y Gürtel, el juez Ruz envió una nueva comisión rogatoria a Suiza el 14 de mayo. En aquella resolución, en la que el magistrado señalaba que contaba con el apoyo de la Fiscalía, destacaba la "relevancia" de estas seis cuentas fruto "de la vinculación que se establece entre las mismas y la cuenta de Luis Fraga al recogerse todas ellas en un mismo correo electrónico". También recalcaba que el hecho de que su gestión estuviese en mano de Agathe Stimoli, que también llevaba los depósitos del sobrino del fundador del PP y del propio Bárcenas, era un elemento más para reclamar más información ya que, recordaba, en la causa se estaba investigando "el posible pago de dádivas a numerosos funcionarios y autoridades en contraprestación por las adjudicaciones de contratos públicos".

En la comisión rogatoria, el magistrado pedía a Suiza toda la documentación que el Dresdner Bank dispusiera en relación con las seis cuentas, con el detalle de los folletos de apertura, los apoderados, extractos, relación de ingresos, transferencias y extracciones. También reclamaba los informes internos de la entidad financiera helvética sobre sobre estas cuentas o el cliente o clientes asociados a las mismas, con la inclusión del elaborado por Price Waterhouse Coopers (que hizo saltar la alarma sobre la supuesta procedencia ilícita de los fondos), y el que redactó Info4C, una sociedad especializada en analizar a clientes 'dudosos' para los bancos suizos y que habría sido reclamada por el banco para evaluar al cliente desconocido.

La pista del 'sobrinísimo'

Lo que entonces no sabía el juez Ruz es que dicha información ya obraba en su poder desde hacía al menos un año, ya que él mismo se la había solicitado a Berna en 2012, después de que en un registro que la Policía hizo en el domicilio de Alfonso Barón Rivera, 'sobrinísimo' de Ruiz Mateos y "presunto responsable de la estrategia seguida por Nueva Rumasa en el extrajero",los agentes encontraran un maletín con claves electrónicas para controlar las cuentas que el empresario y su familia tenían en Suiza. Cuando Alfonso Barón fue interrogado en febrero de 2012 sobre dichos depósitos, reconoció su existencia. El 'sobrinísimo' detalló entonces al juez Ruz que dichas claves bancarias se las había dado la abogada de los Ruiz-Mateos en Suiza, Joelle Knopfel, y que tenía instrucciones de utilizarla sólo en caso de que algún día se lo pidiera su tío. Aseguró que, de hecho, nunca llegó a hacer uso de ellas.

Las declaraciones de Alfonso Barón fueron contestadas entonces por José María Ruiz-Mateos Rivero, su primo e hijo del fundador de Nueva Rumasa, quien se apresuró a asegurar que todas las cuentas que la familia tenía en paraísos fiscales tenían saldo cero "desde hace muchos años" y que nunca acumularon cantidades "de importancia". Una postura que, tras las revelaciones de Vozpópuli, volvían a confirmar desde la familia del empresario. Sin embargo, el juez Ruz no dio entonces crédito a dicha afirmación y decidió cursar a las autoridades suizas la comisión rogatoria para conocer el estado de dichas cuentas en el Dresdner Bank, a las que llegó a calificar como "la famosa hucha" de la familia jerezana.

La familia Ruiz-Mateos insiste en que sus depósitos en el país helvético tienen saldo cero "desde hace muchos años" y nunca tuvieron cantidades "de importancia"

La respuesta llegó bastantes meses después y se incorporó al sumario sin que, hasta el momento, el juez Ruz hubiera vuelto a realizar ninguna diligencia a partir de la información que Berna había remitido, según recalcaron a este diario fuentes jurídicas personadas en el sumario de Nueva Rumasa. Ahora, cuando el magistrado español ha vuelto a solicitar dicha información, en este caso por la instrucción del 'caso Gürtel', las autoridades suizas tampoco se dieron cuenta de que era la misma información que ya habían recabado a partir de 2012 y volvieron a pedir los datos a la entidad financiera. Su sorpresa fue cuando el propio Dresdner Bank les comunicó que la documentación que se les reclamaba ya se le había solicitado hace más de un año y que el autor de la petición había sido el mismo juez que ahora la volvía a pedir. La información de Vozpópuli, confirmada desde Suiza por el propio fiscal de Ginebra, ha obligado a Ruz a dar marcha atrás en su petición, aunque insista en buscar conexiones entre dichos depósitos y los de Bárcenas. 

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