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España

Catorce llamadas y siete mensajes de móvil colocan a José Blanco a un paso del banquillo

José Blanco, tras la rueda de prensa que ofreció ayer en el Congreso en la que anunció que dejará su escaño si se abre juicio oral contra él.

"Siempre es bueno tener un amigo en el gobierno de tu país". José Antonio Orozco Fernández, vicepresidente y consejero delegado de la empresa de transportes Azkar, presumía en una conversación telefónica mantenida el 10 de febrero de 2011 de su estrecha relación con el entonces ministro de Fomento, el socialista José Blanco. "Y él me va arreglando las cosas", aseguraba en la misma llamada. Dos años y un mes después, esta charla de algo menos de nueve minutos de duración intervenida por orden judicdial es una de las principales pruebas de cargo que la Fiscalía ha esgrimido para solicitar el juez instructor del Caso Campeón que tramite la petición al Congreso para que el exministro —que, al ser diputado, es aforado— pueda ser juzgado por los delitos de tráfico de influencias y prevaricación. No es la única. Otras trece llamadas y siete mensajes de teléfono móvil, los conocidos popularmente como sms, son destacados en el escrito presentado ayer por el Ministerio Público como elementos claves que acusan a Blanco. En nueve de ellos (dos conversaciones telefónicas y los siete sms) intervino directamente el que fuera número 2 de José Luis Rodríguez Zapatero en el PSOE.

De las 21 comunicaciones reflejadas por la Fiscalía en su escrito, el exministro de Fomento interviene directamente en dos llamadas de teléfono y en siete 'sms'

Todas estas comunicaciones se produjeron entre el 15 de diciembre de 2010 y el 10 de marzo de 2011, y tuvieron como personaje principal a José Antonio Orozco, quien presuntamente utilizó su amistad con el entonces ministro (se conocen desde la infancia al ser ambos naturales de la localidad lucense de Palas de Rei) para conseguir la licencia que le permitiera construir una nave industrial cerca del aeropuerto del Prat de Llobregat (Barcelona). En la primera llamada, que se produjo a última hora de la tarde de aquel día de diciembre, uno de los empleados de Azkar, Antonio García Ramos, informaba al empresario de que los técnicos del Ayuntamiento de Sant Boi, donde debía levantarse la instalación, se oponían a otorgar la licencia. El trabajador destacaba que para adecuar la nave a las características que les exigían los funcionarios, Orozco debería gastarse entre 175.000 y medio millones de euros. El empresario, indignado, reconocía a Antonio García que habría que "presionar por todas las vías" y "buscarle la vuelta" al primer edil de la localidad catalana.

Quince días después, en una nueva conversación con su empleado en el que éste le anunció que los técnicos municipales habían vuelto a echar para atrás la petición de levantar la nave, el empresario gallego mencionaba por primera vez al dirigente socialista. El trabajador ya le había comunicado que el alcalde de Sant Boi pertenecía al PSC y que se llamaba Jaume Bosch: "Vamos a ver si nos recibe este Jaume Bosch de los cojones y a ver qué coño hacemos, vale. Déjame hacer una gestión, voy [...]. Voy, voy a, voy a llamar al Pepe Blanco a ver si manda algo allí o allí van por libre o cómo carallo hacen". Sólo tres cuartos de hora después el empresario hablaba directamente con el ministro de Fomento en su teléfono móvil en una conversación en el que el político le preguntó si el alcalde era de su partido. "Es del PSC, joder", le respondía Orozco a la vez que le solicitaba poder hablar con el primer edil. "Vale, vale, pues yo, yo hablo con ellos, no te preocupes, eh", recogieron las grabaciones que fue la respuesta de un José Blanco que le anunciaba también que haría la gestión después de la festividad de Reyes.

"Puse un mensajito a Pepe"

El 10 de enero, Orozco volvió a contactar con el entonces titular de la cartera de Fomento. Fue un sms: "Cuando puedas hablamos de Sant Boi de Llobregat. Un abrazo". Al día siguiente hablaba con su empleado en el que le comunicaba que "puse un mensajito a Pepe para, para ver si él nos pueda dar una entrevista con el Jaume Bosch éste". No habían pasado 24 horas cuando el entonces secretario de Estado de Transportes, Isaías Taboas, telefoneaba a Orozco "por indicaciones" del entonces ministro para que el empresario le explicase el "tema de Sant Boi". En los cinco minutos largos de conversación, Taboas aseguró en un par de ocasiones que él hablaría previamente con el alcalde de la localidad para ponerles en contacto. Ese mismo día, 12 de enero, el empresario gallegó envió un mensaje a Blanco para agradecerle que hubiera pedido al alto cargo de su departamento que desbloquease el proyecto de construcción de la nave de Azkar.

Cuando el dueño de Azkar se impacientaba por la falta de resultados de las gestiones de su "amigo" Blanco, no dudaba en ponerse directamente en contacto con él

Nueve días después de aquel mensaje, y ante la falta de resultados, Orozco se puso de nuevo en contacto con José Blanco a través de un sms. Ambos cruzaron dos nuevos mensajes en los minutos siguientes en los que el ministro le recomendó que no esperase a que el secretario de Estado le llamara, sino que fuera él mismo quien telefonease a su número dos. Sin embargo, ese día Orozco no consiguió contactar con el alto cargo de Fomento. Diez días después, el 31 de enero de 2011, en una conversación de Orozco con uno de los miembros del Consejo de Administración de su empresa, José Luis Solana, el amigo de la infancia de Blanco anunciaba a su interlocutor que el 9 de febrero iba a entrevistarse por fin con el alcalde de Sant Boi del Llobregat. "Yo espero salir de ahí con la bendición papal", destacaba Orozco en una charla en la que sólo unos segundos antes había dado por hecho que estaba "todo enfocadísimo" precisamente por la militancia socialista del primer edil.

Ese mismo 9 de febrero, su expediente se agilizaba con la presentación de la documentación requerida por el Ayuntamiento y un cambio formal en la nomenclatura de la actividad que, en opinión de la Fiscalía, eliminó sospechosamente todas las trabas sin coste económico para el empresario. Ese mismo día, el empresario presumía ante un nuevo intelocutor de que allí donde unos días antes todo eran problemas ese día había encontrado enormes facilidades. "¿Qué tal ha ido?, le preguntó su amigo. "Estupendamente, como no podía ser de otra manera. Nos confeccionaron hasta el escrito de alegaciones, ellos, eh, que ha quedado depositado ya en registro, que también hicieron ellos, eh", respondía José Antonio Orozco ante las risas al otro lado de la línea. Sólo un día después, Orozco volvía a presumir ante una amistad de cómo había conseguido solventar sus problemas: "Siempre es bueno tener un amigo en el gobierno de tu país". En esa misma conversación telefónica, Orozco aseguraba que él jugaba en la "liga oculta" de Blanco y que por ello procuraba "nunca quedar con él en ningún sitio notorio donde se nos pueda ver".

"Gracias a la intevención de este hombre"

Una semana después, en una nueva llamada a su empleado Antonio García Ramos, Orozco comentaba con éste nuevos problemas administrativos con la nave del aeropuerto de Prat, en concreto con una licencia de Aena, organismo dependiente de Fomento. En esa conversación, el empresario aseguraba que la noche anterior ya había mandado un correo electrónico al ministro de Fomento y había intercambado dos sms, aunque de los mismos no hay constancia explíkcita en el escrito presentado ayer por la Fiscalía. También el 17 de febrero, Blanco y él mantuvieron una breve conversación de 44 segundos en la que el dirigente socialista le anunciaba que "en quince días lo de Cataluña está resuelto". Tras colgar, Orozco telefoneó a un amigo para anunciarle que el ministro le acababa de llamar y que preveía que en dos semanas tendrían ya en su poder los informes técnicos que faltaba. "Menos mal. Y esto gracias a la intervención de este hombre, que si no tú imagínate", le respondió su interlocutor "en clara referencia al Ministro de Fomento", destaca el texto del Ministerio Público.

El 24 de febrero, Orozco volvía a impacientarse y enviaba un nuevo sms a José Blanco ante el parón del documento que faltaba. Al día siguiente, el jefe de Gabinete del ministro, Javier Hurtado, llamaba al empresario gallego para explicarle todas las gestiones que había realizado y para anuncarle que ese mismo día se iban a terminar de elaborar los informes que faltaban y que todos iban a ser positivos. El 28 de febrero y el 2 de marzo, Orozco volvió a ponerse en contacto telefónico con el jefe de Gabinete del ministro para meterle prisa con el informe ya que éste tenía que estar en poder del Ayuntamiento de Sant Boi el 7 de marzo para poder aprobarse definitivamente la licencia. Para tranquilizar al empresario, la mano derecha de Blanco le llegó a adelanta por correo electrónico el ansiado informe. Finalmente, el 7 de marzo de 2011, el consistorio concedía la licencia ambiental a Trasnportes Azkar para poner en marcha su nave. El 10 de marzo de 2011, poco antes de las diez de la mañana, Orozco enviaba un mensaje a José Blanco para informarle de que le acababan de dar luz verde a su instalación. Lo acompañaba con un "gracias" que ahora se ha convertido, también, en prueba de cargo contra el exministro.

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