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España

Prisiones cataloga la 'pena de telediario' de "situación de riesgo" en su nuevo plan antisuicidios

Imagen de archivo de una cárcel española.

El aumento de los suicidios en las prisiones españolas ha disparado las alertas del Ministerio del Interior. De los 15 fallecidos por esta causa en 2011 se pasó en 2012, último año del que hay estudios, a 25. Un incremento que ha llevado a Instituciones Penitencias a renovar su Programa de Prevención de Suicidios (PPS), que llevaba en vigor casi un decenio, "a la luz de la evaluación de los diferentes episodios acaecidos en los últimos años". Entre las novedades que recoge el nuevo documento, al que ha tenido acceso Vozpópuli, destacan el aumento del número de "factores" a tener en cuenta para detectar conductas autolesivas en los internos, así como la inclusión de nuevas "situaciones especiales de riesgo".

El antiguo Programa de Prevención de suicidios detallaba siete "situaciones especiales de riesgo". El nuevo eleva su número a doce

Entre estas últimas, llama la atención la mención expresa a "la repercusión mediática" del ingreso en prisión de algunos reclusos, lo que se ha dado en llamar la 'pena de telediario'. Considerada ésta hasta ahora como un simple "factor" de riesgo, desde este momento los funcionarios de prisiones deberán tenerla mucho más en cuenta y estar especialmente vigilantes con aquellos presos que aparecen habitualmente en prensa, lo "que puede determinar su estigmatización en prisión o en su futura vida en libertad", para evitar que atenten contra su propia vida.

Firmado por el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, el pasado 7 de marzo, el nuevo Programa de Prevención de Suicidios repite los cuatro factores que desde hace casi diez años se considera que pueden "propiciar la conducta suicida", entre los que ya se encontraba la ya mencionada 'pena de telediario', el "impacto psicológico de la detención y el encarcelamiento", la pérdida "de los lazos familiares y del medio social" y la "reducción a un género de vida penitenciario" sobre todos en aquellos reos que "han cometido delitos de carácter económico y ven esfumarse un prototipo de realidad económica largamente soñado".

Enfermedad mental, abuso crónico de drogas...

Además, a estos cuatro añade otros tantos más. En concreto, que el reo sufra una enfermedad mental; que presente "abuso crónico" de drogas y alcohol; que tenga un historial previo de conductas suicidas tanto él como su familia; y que se vea afectado por cambios en el régimen penitenciario que puedan suponer un endurecimiento de su vida tras las rejas.

El plan incide en la formación de los funcionarios y de los presos de confianza destinados como 'sombra' de los reos en riesgo de suicidio

A partir de ahí, Instituciones Penitenciarias plantea un amplia programa de actuación que incluye la formación de los funcionarios "en detección y prevención de conductas suicidas" e impartir cursos básicos de 20 horas sobre primeros auxilios y psicología a los llamados internos de confianza que ejercen de 'presos sombra' y acompañan en todo momento a los internos incluidos en el PPS . Es, precisamente, en la detección precoz de los casos donde el nuevo programa hace más hincapié.

De siete a doce "situaciones especiales de riesgo"

Para ello, Interior ha incluido numerosas novedades a la hora de detallar las que califica "situaciones especiales de riesgo". El anterior programa incluía sólo siete. El nuevo ha elevado su número a doce. Así, detalla dos ligadas a momentos temporales de la vida en los centro penitenciarios. En primer lugar, los fines de semana, que son los días en los que al reducirse el número de funcionarios que trabajan, lo que incrementa la posibilidad de registrarse tentativas de suicidios. La otra época que multiplica el riesgo son las "épocas vacacionales" que coinciden con "una disminución en la oferta de actividades" para los reos. Para evitarlo, plantea la necesidad de buscar otras "alternativas [de ocio para los internos] para esos momentos".

La negación de un permiso o de la libertad condicional son consideradas también "situaciones especiales de riesgo" por el plan antisuicidios

El segundo bloque es el de aquellas situaciones relacionadas con el régimen penitenciario que se aplica a los reclusos. Cuando hay limitaciones en el que rige el día al dia del interno, el nuevo PPS fija que el educador del centro deberá entrevistarse con éste "al menos una vez a la semana" y el médico y el psicólogo del establecimiento, una vez al mes para detectar tendencias suicidas. En aquellos casos en los que el preso esté en régimen de aislamiento, Prisiones quiere ahora que antes de aplicársele esta medida el médico del centro informe de la conveniencia o no de la misma para evitar tentativas de autolesiones. En el mismo sentido, también se considera "situación especial" la llamada "modificación de la situación de cumplimiento" y que va desde la regresiones de grado, a la negación de permisos de salida y la libertad condicional o la comunicación a los reos extranjeros de su expulsión de España al término de la condena. 

Instituciones Penitenciarias también incluye varias "situaciones especiales de riesgo" ligadas a las circunstancias personales del reo. Así, recoge aquellos periodos en los que el preso está sometido a "situaciones de conflictos familiares o afectivos graves". En este caso, quiere que los funcionarios hagan saber a la dirección de centro cualquier situación de estas características de la que tengan conocimiento por su trato diario con los reos. Incluso les pide que estén especialmente atentos a aquellos presos cuya excarcelación esté próxima, ya que "la perspectiva de reencuentro con un escenario que pudo haber sido hostil en el pasado o que puede haber cambiado drásticamente en el presente puede significar una situación traumática para el interno". En este sentido, también señala como 'peligrosas' el "abuso crónico de sustancias", en referencias a drogas y alcohol; el padecimiento de enfermedades mentales y, más en concreto, "esquizofrenia, trastorno bipolar y los cuadros depresivos graves"; y los antecedentes de "conductas autolesivas" tanto en los propios reclusos como en sus familias.

Violadores y asesinos de género

El último bloque de "situaciones especiales de riesgo" lo componen aquellas ligadas al delito cometido y la condena recibida. Es aquí donde Instituciones Penitenciarias incide en la necesidad de estrechar el control sobre aquellos presos sometidos a "la repercusión mediática de su ingreso en prisión, delito, condena o cualquier otra vicisitud penitenciaria". Interior quiere evitar a toda costa su "estigmatización en prisión" e, incluso, "en su futura vida en libertad". Además, también pide prestar una especial atención a aquellos que ingresan en prisión acusados de cometer "delitos de violencia de género, en el ámbito familiar, contra las personas o contra la libertad e indemnidad sexual", un colectivo que ya en el anterior plan se recogía como de especial riesgo.

Los reclusos condenados por violencia de género, homicidios y contra la libertad sexual son considerados también grupo de alto riesgo

El nuevo programa también señala que la "permanencia mínima" de un interno en el PPS será de dos semanas y no habrá límite de permanencia, aunque destaca que "no es deseable una cronificación de la inclusión en el PPS". No obstante, insiste que "se debe ser especialmente precavido para no efectuar un levantamiento prematuro de las medidas aplicadas" y alerta de que algunos internos pueden simular "una aparente modificación externa del comportamiento" para ser sacados del programa. Por ello, en caso de acordarse la salida del mismo, dicta que "no se realice el levantamiento de todas las medidas a la vez, sino [que] éste se lleve a cabo de forma progresiva". 

VARONES, CUARENTONES Y POR AHORCAMIENTO 

Un reciente informe confidencial de Instituciones Penitenciarias desvelado el pasado mes de diciembre por Vozpópuli recogía con detalle las causas de las 166 muertes registradas en las prisiones dependientes del Ministerio del Interior (las catalanas son competencia de la Generalitat) durante el año 2012, último del que existen estudios. Según este documento, de todas ellas, 25 fueron suicidios. Esto sitúa la tasa en 0,41 por mil internos, casi el doble que el año anterior, cuando se registraron sólo 15 muertes. "Las tasas antes citadas, aunque sensiblemente inferiores a las habituales en la Unión Europea, son superiores a las de la población general", señalan los autores del informe que justifican este fenómeno en que en las cárceles "se concentran muchos de los factores de riesgo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) asocia al suicidio".

En cuanto al perfil de los fallecidos, el documento de Prisiones destacaba que sólo uno era mujer, y que la edad media de los reclusos muertos por esta causa se situó en los 42 años. Además, 23 de las muertes se produjeron en centros penitenciarios y sólo dos en las unidades de custodia de los hospitales a los que habían sido trasladados para tratar dolencias. En cuanto al método elegido para suicidarse, 23 optaron por el ahorcamiento y sólo en dos recurrieron a "heridas producidas por autolesión".

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