Quantcast

España

El PNV quiere quitarle a CiU el papel de bisagra en el Congreso y estrecha su relación con PP y PSOE

La forma en que el PNV está asistiendo desde la barrera al proceso soberanista catalán encuentra parte de su explicación en sus aspiraciones a ejercer como bisagra cuando, en la próxima legislatura, el PP o el PSOE necesiten de apoyos para gobernar. Todos los grupos políticos dan por hecho que la composición del próximo Parlamento estará mucho más fragmentada que la actual y que ninguno de los dos grandes partidos tendrá mayoría absoluta. Tradicionalmente, en estos escenarios parlamentarios, ha sido CiU la que ha desempeñado el protagonismo principal como sostén de los gobiernos en minoría, una tarea que ahora el PNV se ve con posibilidades de ejercitar aprovechando la profunda crisis que azota a los nacionalistas catalanes.

Íñigo Urkullu recibirá en breve al líder del PSOE, Pedro Sánchez

Si se toma como referencia la mayoría de las encuestas, pudiera ocurrir que el desenlace de las próximas elecciones generales, previstas para finales de 2015, llegara con ERC instalada como primera fuerza en Cataluña en la presidencia de la Generalitat. También pudiera ocurrir que Artur Mas aguantara la legislatura catalana hasta 2016 con la ayuda del PSC. “En ambos supuestos, la influencia de CiU en Madrid sería prácticamente nula”, reconocen fuentes nacionalistas, ya que ni el PP ni el PSOE podrían apoyar sus gobiernos en una coalición embarcada en el soberanismo o en sus aledaños.

Jáuregui y López trabajan por el acuerdo

Es en este río revuelto en el que pretende pescar el PNV, pese a su exigua representación en el Congreso, con solo cinco diputados. Su presidente, Íñigo Urkullu, recibirá en breve al nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con el que abordará la situación general y la del País Vasco en particular. Hay dos personas, el eurodiputado y exministro Ramón Jáuregui y el exlendakari Patxi López, sentado ahora en la ejecutiva federal socialista, que llevan tiempo trabajando en un acercamiento al PNV a sabiendas de su interés en controlar a partir de mayo del año que viene las tres diputaciones vascas. La de Vizcaya ya está en manos nacionalistas, pero la de Guipúzcoa está controlada por Bildu y maneja un presupuesto de casi 4.200 millones anuales. La de Álava está gobernada en minoría por el PP, con el respaldo externo del PNV.

Aquí el nacionalismo vasco está jugando a dos bandas, acercando posiciones con los grandes partidos estatales y a eso responde, en parte, su desinterés en implicarse y comprometerse con el proceso soberanista catalán. La faena es observada por CiU con mucho recelo. Sus 16 diputados saben que desde que Artur Mas arrancó con fuerza el proceso soberanista hace dos años, enterró todo el ascendiente que la coalición tenía en el Congreso de los Diputados sobre el Gobierno central, preservado en parte, incluso, cuando había mayorías absolutas como la que ahora disfruta Mariano Rajoy.

Desvinculación del proceso catalán

En estos escenarios de futuro ha irrumpido la reforma de la ley electoral que abriga el Gobierno y que trastoca algunos de los planes que tenía en cartera la cúpula del PNV para amortiguar el ascenso de Bildu en los ayuntamientos vascos. Fuentes nacionalistas admiten que éste es un asunto delicado ya que, por una parte, les vendría bien acompañar al PP en esta excursión, como está pensando hacer CiU, pero, por otra, se convierte en un arma de doble filo ya que favorecería el poder de Bildu en numerosas corporaciones locales.

El PNV recela de la reforma electoral del PP porque favorece a Bildu

Lo único que tiene claro el PNV, añaden las fuentes, es que trabaja en clave “de estructura de poder”, lo que le ha conducido a desligarse del proceso catalán y a no volver a incurrir en los errores que, en el pasado, cometió el exlendakari Juan José Ibarretxe, una figura de triste recuerdo para todos. Esta actitud ya le ha reportado importantes frutos, como la reforma del Concierto Económico.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.