Quantcast

España

La infanta Cristina, la perfecta esposa ignorante, será juzgada por un tribunal compuesto por tres juezas

La infanta Cristina de Borbón entrando en los juzgados de Palma.

La infanta Cristina de Borbón se sentará en el banquillo de los acusados el próximo 11 de enero a las 9:30 horas de la mañana en una sala ubicada en la tercera planta de la Escuela Balear de Administración Pública (EBAP), ubicada en el polígono Son Rossiñol de Palma de Mallorca.

La hermana del rey Felipe VI está acusada de ser cooperadora necesaria de dos delitos fiscales cometidos presuntamente por su marido Iñaki Urdangarin en el marco del caso de corrupción destapado en torno al Instituto Nóos. Casualidades del destino, la infanta -cuya estrategia de defensa siempre ha sido la de ser una esposa fiel e ignorante- será juzgada por un tribunal compuesto por tres magistradas: Samantha Romero Adán (ponente), Eleonor Moyá Rosselló y una tercera jueza que está aún por determinar.

Cristina de Borbón siempre ha defendido que firmó todo lo que su marido le decía porque tenía confianza plena en él

La marcha a la política del magistrado que iba a presidir el juicio del caso Nóos Juan Pedro Yllanes -quien fichó por Podemos en Baleares por lo que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) le ha concedido una excedencia voluntaria- ha alterado a dos meses de que arranque la vista oral la composición de la Sala que debe enjuiciar, por primera vez en la historia, a una infanta de España.

Según informan fuentes jurídicas consultadas por Vozpópuli, Yllanes será sustituido por una de estas tres juezas: Francisca Ramis, Rocío Martín o Gema Robles. En concreto, Ramis -una magistrada de carácter progresista miembro de la asociación Jueces para la Democracia- preside la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares por lo que sería, a priori, la que más papeletas tendría para sustituir en el cargo a su colega Yllanes.

La jueza Ramis, pendiente del CGPJ

Sin embargo, se da la circunstancia de que en este momento la magistrada Francisca Ramis está pendiente de que el órgano de gobierno de los jueces resuelva un concurso donde ella ha solicitado volver a un juzgado de lo Penal; en definitiva, a un destino similar al que ocupaba antes de aterrizar en la Sección Primera de la Audiencia de Baleares en el año 2012. Dicho concurso será adjudicado por número de escalafón en la Carrera Judicial, es decir, atendiendo al criterio de antigüedad por lo que fuentes del CGPJ sostienen que Ramis tiene serias posibilidades de hacerse con la plaza.

En el supuesto de que así sea esta tercera plaza del tribunal sería ocupada por las juezas Rocío Martín o Gema Robles -atendiendo a lo que determinen las reglas de reparto sería una u otra- que, junto con Samantha Romero y Eleonor Moyá, integrarían el tribunal que a partir del 11 de enero de 2016 juzgue el citado caso de corrupción. En el caso de la mallorquina Romero, una jueza discreta y muy trabajadora, le correspondió asumir la ponencia del caso Nóos a las pocas semanas de haber tomado posesión en la Audiencia de Baleares procedente de una sección penal de la Audiencia de Tarragona.

Por su parte, Eleonor Moya no es juez de carrera -accedió a la Judicatura procedente de la Agogacía por el denominado cuarto turno- y trató de apartarse del tribunal que juzgará a la infanta el pasado mes de mayo por vínculos familiares con uno de los abogados personados en la causa. Sin embargo, la Audiencia rechazó dicha abstención al entender que no concurría la circunstancia legalmente establecida de parentesco para apartarse de la Sala.

La infanta será juzgada previsiblemente por tres mujeres de su misma generación a las que tendrá que convencer de su rol de esposa fiel e ignorante

El 8 de febrero del año pasado, Cristina de Borbón y Grecia declaró como imputada durante seis horas y media ante el juez José Castro. Durante el interrogatorio la estrategia de defensa de la infanta fue crear la imagen de una esposa fiel, ignorante y desmemoriada. En sus respuestas se reflejó que la hermana del rey Felipe contestó unas 400 veces "no lo sé" a las preguntas que le formuló el instructor mientras que en 50 ocasiones, aproximadamente, sus respuestas fueron "no lo recuerdo". Las contestaciones más repetidas aquel frío día de invierno en el juzgado de Castro eran "no, señoría; no me consta; lo desconozco, no lo sabía".

Confianza ciega en Urdangarin

Una de las explicaciones que la infanta dio sobre su matrimonio con Urdangarin fue la siguiente: "Yo me ocupaba de los niños, sus actividades, de la escuela y de todo lo que tenía que ver con ellos, con médicos y demás, y mi marido se ocupaba de toda la parte de los gastos". La imputada repitió entonces una y otra vez: "Yo confiaba en mi marido y mi marido ha hecho las cosas de la mejor manera posible y confío en que lo ha hecho bien".

Por esta razón, resulta cuanto menos llamativo que Cristina de Borbón, por casualidades del destino, vaya a ser juzgada por tres magistradas de mediana edad como ella -mujeres de su misma generación- a las que deberá convencer que firmó todo por amor y sin saber por qué plasmaba su rubrica en los documentos de la sociedad pantalla Aizoon. La única razón, según la imputada, era la confianza 'ciega' que tenía depositada en Iñaki Urdangarin.

Las fuentes jurídicas consultadas por este tribunal aseguran que "en cuestión de días" se conocerá la composición final del tribunal que celebrará un juicio histórico: por primera vez en la historia de España un miembro de la familia real se sentará en el banquillo de los acusados.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.