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España

El nuevo hospital de Toledo, presupuestado en 299 millones, ya lleva gastados 362 con sólo un 34% ejecutado

La presidenta del Gobierno de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal.

El nuevo hospital de Toledo se adjudicó en el 2005 con un presupuesto de 299.760.234,88 euros. Las obras comenzaron en 2007 y sufrieron cuatro modificados. Con la llegada del gobierno Cospedal, las obras se paralizaron. La foto fija actual es de un 34% ejecutado, pero un gasto superior al presupuestado inicialmente para el conjunto: 362.322.522. De continuar con los planes del ejecutivo Barreda, el coste se dispararía al entorno de los 500 millones de euros, calculan en la Consejería. En total, 1.428 euros por cada uno de los 350.000 habitantes a los que dará servicio.

No será tan caro porque ni se terminará el proyecto entero ni con las calidades iniciales. El pliego estará listo este mes de agosto, la adjudicación se prevé para diciembre y se calculan 18 meses de ejecución. El calendario se ha puesto en marcha después de que la semana pasada el BEI diera el visto bueno a la financiación de un 30% de la obra restante. El BBVA aportará otro 30%; el Gobierno regional, otro 20%, y el 20% restante lo adelantará la constructora adjudicataria a cambio de licencias de limpieza y mantenimiento.

El ‘ladrillazo’ del nuevo hospital se suma además al macroedificio del Servicio de Salud y a la arquitectura de diseño del edificio de la Consejería. Inversiones de Estado rico para una región con pocos posibles. Pero si la dimensión impresiona, sorprenden más los acabados. Las paredes -por ejemplo- iban a ser recubiertas con un azulejo portugués cuyo metro cuadrado salía a 83,97 euros. Como se iban a recubrir 2.576 metros cuadrados, sólo en azulejos el presupuesto ascendía a 474.068 euros. Los zócalos eran de mármol y de diseño específico para el hospital. Salían a 43,05 euros la unidad.

Los inodoros costaron 603,17 euros; los urinarios, 407,08, y los platos de ducha, 348. El lucernario exclusivo costó 750.000 euros y su limpieza costará 5.000 euros cada vez que se haga. La fachada principal será un enorme muro de cristal de 7.000 metros cuadrados, cuya limpieza costará 20.000 euros. Hasta la caseta de obra tiene precios de barrio de Salamanca: 5.734 euros el metro cuadrado, un total de 4 millones de euros para una superficie de 680 metros.

Pero lo más llamativo son los acabados de lujo sin utilidad. Las columnas, por ejemplo, son redondas y por tanto más caras. Pero es que después se tapan. Los acabados están duplicados y la zona de hospitalización tiene un mecanismo para evitar las columnas y crear un espacio diáfano completamente inútil porque las habitaciones hay que cerrarlas. El coste de dicha modificación fue de 28 millones de euros. “Igual pretendían hacer una pista de baile”, señala con ironía la directora general de infraestructuras y gestión del servicio castellano-manchego de Salud, Amparo Carrión.

Y para colmo, entre las consultas y las pruebas diagnósticas hay una especie de calle hospitalaria o pasillo gigante cuya climatización dispara los costes energéticos y cuya utilidad resulta discutible. “El coste de la climatización multiplica por 4,5 veces el actual coste del hospital Virgen de la Salud y serían unos 13 millones de euros”, apunta Carrión.

Tampoco las consultas externas están bien diseñadas porque tienen servicios comunes para cada 6 médicos cuando el ratio de eficiencia se encuentra entre 12-15 médicos. Y el laboratorio de 7 plantas y 2.000 metros cuadrados es redondo cuando las maquinarias son rectangulares. ¿Por qué tantos errores? “Los arquitectos que diseñaron este hospital no habían hecho hospitales”, responde Carrión. ¿Y la responsabilidad política?, ¿no han pensado judicializar el despilfarro? Carrión se pone el traje de técnica y elude la pregunta. Su prioridad es reorganizar los recursos sanitarios de la provincia porque también el hospital de tetrapléjicos acaba de finalizar una obra de ampliación.

‘La ruta del despilfarro’

‘La ruta del despilfarro’. Así es como han bautizado en la consejería de Sanidad de Castilla la Mancha la obra faraónica del nuevo hospital de Toledo. Aspiraba a ser el mayor hospital de Europa a pesar de dar servicio a una población de 350.000 habitantes. Tiene un kilómetro de ancho, y la superficie es equivalente a 37 campos de fútbol, la mitad del casco antiguo de Toledo. Su plaza de 7.500 metros cuadrados es ya la más grande de toda la Ciudad Imperial.

El nuevo hospital cuenta con 2.500 kilómetros de cableado, 500 despachos, 95 ascensores, 9.483 puertas, 102 mostradores, 12 escaleras mecánicas y 13 accesos a la calle. Las dimensiones son tan inmensas que desde urgencias a la habitación, el paciente puede tardar un cuarto de hora para recorrer los 600 metros de distancia. Es el resultado de agregar un 20% a la ‘carta a los Reyes Magos’ de los médicos.

La puntilla es que el ‘autor intelectual’ del “hospital más grande de Europa”, el ex consejero de Sanidad, Fernando Lamata, acaba de ser nombrado asesor de Sanidad del Parlamento Europeo. Presume de haber formado a más de 2.000 profesionales de la gestión sanitaria, pero el ‘faraonismo’ del nuevo hospital de Toledo no parece motivo de orgullo. 

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