Quantcast

España

El PP no quiere un test plebiscitario a Rajoy en las europeas, pero admite que influirán en el cambio de Gobierno

El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, quiere ser comisario europeo y esto ya no es un secreto para nadie en el Gabinete. Pero su relevo, si Mariano Rajoy lo hace en solitario y limita los cambios al departamento que dirige, no sería una crisis de Gobierno, sino un sencillo reajuste circunstancial que podría tener dos capítulos. El primero consistiría en convertirle en cabeza de lista para las elecciones de mayo, como salto previo a la Comisión Europea. Su toma de posesión como comisario no llegaría hasta noviembre, fecha de coronación de la segunda fase.

Arias Cañete busca un puesto de comisario europeo, destino del que no tomaría posesión hasta noviembre

Hay un amplio consenso en la dirección del PP de que este hipotético movimiento no debería abocar a una crisis de Gobierno antes de las elecciones europeas de mayo. La razón es sencilla: si Rajoy introdujera cambios de envergadura en el Consejo de Ministros y el resultado para el PP en los comicios previstos para dentro de cuatro meses no fuera tan optimista como el que reflejan algunas encuestas internas de Pedro Arriola, el nuevo Gobierno quedaría quemado antes casi de empezar su rodaje.

Este es el motivo principal que lleva a destacados dirigentes del PP a defender que son los resultados que se obtengan en las europeas los que deberían condicionar, al menos en parte, la profundidad de la remodelación del Gobierno. Si el PP consiguiera ganar a los socialistas y salvar la cara a pesar de los ajustes conocidos en el último bienio, “el presidente podría aplicar una cirugía no invasiva” en el Gabinete, afirma un dirigente del partido. En cambio, si como resultado de las europeas se percibiera un serio desplome electoral con una extrapolación preocupante a las generales del año que viene, “todos habríamos recibido señales de alerta roja que deberían abocar a un profundo baile ministerial”.

Rajoy podría aplicar "una cirugía no invasiva" en el Gobierno en caso de que las europeas salieran bien para el PP

De cualquier modo, en el Grupo Parlamentario Popular casi nadie duda de que antes del verano el presidente se tomará en serio si prescinde o no de varios ministros, una opinión compartida también dentro del propio Gobierno. Hay varias premisas que se consideran en el PP muy asentadas. Una es la pereza de Rajoy a la hora de hacer los cambios, otra es que no los hará si no los ve absolutamente necesario y una última procede del creciente peso que están teniendo en su criterio las sugerencias de los presidentes regionales, pendientes del importante examen al que se enfrentan dentro de 16 meses en las autonómicas y locales.

Varios de estos ‘barones’ creen también que la toma de temperatura que su partido hará en mayo influirá en las decisiones de Gobierno que adopte Rajoy, por mucho que desde el PP vaya a intentarse evitar que las urnas europeas supongan un test plebiscitario a la gestión del presidente. En este tablero político encajan los movimientos del titular de Economía, Luis de Guindos, para abonarse a la carrera que podría auparle después de mayo a la presidencia permanente del Eurogrupo, un cargo de momento inexistente que requeriría dedicación exclusiva, cuya creación apadrinan algunos países como Francia e Italia. En el Gobierno se ve como una posibilidad remota que entra dentro del mismo bombo de la lotería en el que se mezclará el reparto de otros destinos como la presidencia de la Comisión Europea, la del Consejo, la del Parlamento Europeo, la del Alto Representante, la del Fondo de Resolución Bancaria e, incluso, la secretaría general de la OTAN.

En el Gabinete se considera "una lotería" que Guindos pudiera acceder a la presidencia permanente del Eurogrupo, un puesto aun inexistente

En el PP se atribuye a Guindos el razonamiento hecho en privado de que si fuera Miguel Arias el elegido por Rajoy para ocupar un puesto en la Comisión Europea, España se vería abocada a negociar una cartera comunitaria de segunda categoría, de mera gestión, nada que ver con la que ocupó en el pasado Pedro Solbes o desempeña ahora Joaquín Almunia. De la selección del ministro “más europeo” para los próximos cinco años, aseguran fuentes gubernamentales, dependerán también las decisiones que al final tome el presidente para reforzar el Gobierno y nombrar o no un vicepresidente económico.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.