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El viaje a Niza del alcalde de Burgos invitado por el hijo de Méndez Pozo levanta ampollas ocho años después

El alcalde de Burgos, Javier Lacalle (i), acompañado por el vicealcalde, Ángel Ibáñez, en rueda de prensa

El 'efecto Gamonal' sigue peleando para no desinflarse. Sin ir más lejos, este sábado los vecinos del barrio obrero burgalés acudieron a la convocatoria del "entierro de la codicia". La cita rezaba así: "Se convoca a los vecinos y vecinas de Gamonal al entierro de la codicia, la ambición y la soberbia de Antonio Miguel Méndez Pozo y Fco. Javier Lacalle, el día 25 de enero a las 12 horas". Tras protagonizar los diez días más convulsos que se recuerdan en la capital burgalesa en los últimos años con tres convocatorias urgentes del alcalde en seis jornadas y un pleno ordinario dedicado únicamente al bulevar de la discordia, Gamonal continúa con sus reivindicaciones.

Unas reivindicaciones entre las que sigue figurando la dimisión del alcalde, el popular Javier Lacalle. Gamonal ha hecho resurgir fantasmas del pasado. No sólo ha devuelto a primera línea nombres como el del exconvicto constructor Antonio Miguel Méndez Pozo, condenado a siete años de cárcel por el 'Caso de la Construcción', sino que la corrupción también ha acabado salpicando al edil capitalino.

Era un secreto a voces. Justo después del estallido social de Gamonal en una ciudad aparentemente conservadora como Burgos, fueron muchas las informaciones que apuntaban a Javier Lacalle. A nadie se le escapaba que en 2006, cuando era concejal de urbanismo, se vio implicado en otra gran polémica al haber realizado un viaje a la Costa Azul francesa con todos los gastos pagados por varios construtores encabezados por el hijo de Méndez Pozo, Miguel Méndez Ordóñez. Tampoco a nadie se le pasó por alto que dos meses después estos constructores obtuvieron la adjudicación de una obra del Ayuntamiento de Burgos, la construcción del túnel de la calle Islas Baleares. El alcalde de la época y exministro de Trabajo Juan Carlos Aparicio repobró esta actitud, que fue recriminada por la oposición.

Lo que hasta ahora no se sabía es el descaro con el que presumía el hijo de Méndez Pozo de liderar este tipo de prácticas de invitar a técnicos y políticos a determinados viajes para agradecerles su "colaboración leal... hasta el infinito" y su intención de repetirlas. Según aparece en una denuncia efectuada por la filial burgalesa de Ecologistas de Acción ante la Fiscalía Anticorrupción a raíz del famoso viaje realizado en 2006, Miguel Méndez Ordóñez efectuó unas declaraciones explosivas durante la inauguración de uno de los tramos de la circunvalación de Burgos, en la que su empresa había participado.

"Si Dios quiere volveremos a invitar a aquellos políticos y técnicos municipales que nos han demostrado colaboración leal y honestidad hasta... el infinito", afirmó el hijo de Méndez Pozo

En su discurso como portavoz de la UTE, adelantado por eldiario.es, el hijo de Méndez Pozo se mostró sin pelos en la lengua: "Una reflexión que seguramente sea políticamente incorrecta pero como me lo pide el cuerpo pues la voy a decir: el próximo año yo calculo que por el mes de marzo o de abril, nueve amigos de esta ciudad y empresarios nos volveremos a marchar de viaje aprovechando como disculpa una feria de construcción, un algo de urbanismo, alguna cosa".

Y añade: "Y si Dios quiere volveremos a invitar a aquellos políticos y técnicos municipales que nos han demostrado colaboración leal y honestidad hasta... el infinito porque además las empresas que participamos en estas UTES no sabemos agradecerles su dedicación de otra forma".

Méndez Ordóñez, en referencia a un viaje que según Ecologistas en Acción "fue conocido por los ciudadanos de Burgos de casualidad puesto que inicialmente se realizó en secreto", remató esa reflexión que le pedía el cuerpo con una autodefensa: "Resulta que fuera nos reconocen la valía empresarial y aquí dentro nos dan las obras por ser amigos de de... de los políticos (risas)".

"Cuando fuera se nos dan las obras, se elogia al empresario burgalés, y aquí resulta que se nos dan las obras porque somos amigos"

La denuncia de Ecologistas en Acción resaltaba, por tanto, dos hechos: el primero, el regalo de un viaje a la localidad francesa de Niza por parte de Méndez Ordóñez, representante de entidades mercantiles y UTES que reciben adjudicaciones de obra pública del Ayuntamiento, a un concejal y técnicos municipales que se intentó mantener en secreto pero que cuando no quedó más remedio que reconocer su existencia se habló de un congreso de urbanismo, al parecer inexistente. Y el segundo, "decir públicamente que seguirá haciendo esos regalos e invitaciones a los políticos y técnicos que colaboran con dedicación con ellos".

Ecologistas en Acción consideraba que estos hechos estarían incluidos en los supuestos previstos en los capítulos V y VI del Código Penal que regulan el cohecho y el tráfico de influencias, pero la Fiscalía archivó la causa. La pasada semana llegó la última reacción a este episodio: Javier Lacalle, en una entrevista concedida al programa 'Las mañanas de Cuatro' recurrió a lo más sencillo, negarlo. Con un "eso es completamente falso" dio por zanjado un capítulo que le ha sacado los colores en una ciudad consciente de la fuerza que ha generado su movimiento y con ganas de aprovecharla para seguir con sus reivindicaciones.

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