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España

Las juergas del 'pequeño Nicolás', conocido en El Viso como el 'Okupa pijo'

La fachada del chalet en el que hacía las fiestas

Durante el día acudía a actos con los cabecillas del PP madrileño, como Ana Botella o Esperanza Aguirre, también asistía a desayunos informativos y se relacionaba “como pez en el agua”, según fuentes de toda solvencia, con las altas esferas del país. Podía parecer la vida de un empresario, o la del “asesor del Gobierno” por el que se hizo pasar, pero los fines de semana, el presunto estafador, Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el 'pequeño Nicolás', se desmelenaba como cualquier chico de su edad. A pesar de todo, no era más que un joven de 20 años que trataba de aparentar la vida de un hombre de negocios. 

“Organizaba fiestas los fines de semana en el jardín, a las que generalmente asistían unos 10 chicos de su misma edad. Hizo dos macrofiestas a las que invitó a mucha gente y molestaron mucho al vecindario, pero sé que al día siguiente pasó a pedir perdón a los vecinos”, relata un hombre que reside en la misma calle en la que se ubica el chalet. La mujer que le acompaña prosigue relatando la anécdota: “Al punto de la mañana, los vecinos pasaron a tocarle el timbre y un señor, el que se hacía llamar por el 'jefe de seguridad de la casa', les comentó que se encontraban durmiendo. Al mediodía, el joven pasó a disculparse siendo tan educado que les sorprendió”. 

Al parecer, y según cuentan estas fuentes, que prefieren preservar el anonimato, era habitual que el joven organizara cenas que se alargaban hasta altas horas de la madrugada. “Muchas veces se escuchaban gritos al que era el 'jefe de seguridad' y le pedían que sirviera más copas o les llevara más botellas”, apunta el hombre, quien todavía no da crédito de lo ocurrido.

El 'Okupa pijo' de El Viso que tenía 'jefe de seguridad'

El 'pequeño Nicolás', como le han bautizado los medios, era conocido por los vecinos del chalet en el que organizaba las fiestas y mantenía reuniones con distintos empresarios como el 'Okupa pijo'. A los residentes de la calle les llamó la atención que “siempre salían por la puerta de atrás”. “Las pocas veces que se les veía, entraban por la puerta de atrás de la casa y nunca jamás por la de delante”, matizan las citadas fuentes. 

A los vecinos también les extrañaba la presencia continua de un hombre que les doblaba en edad. Una vez, este hombre, “de unos 40 años”, mostró una tarjeta de identificación a una de las fuentes y en ella se leía: jefe de seguridad. “Me impresionó el cargo porque nunca había conocido a nadie tan joven con una casa que tuviera jefe de seguridad”, añade y apunta que el día en el que los vecinos pasaron a quejarse por el ruido de la noche de borrachera, fue este señor el que les indicó que los jóvenes, cansados por la larga noche de fiesta, “estaban dormidos”.

Este medio se ha puesto en contacto con esta persona que ejercía de chófer, escolta y camarero puntual del joven y no ha querido confirmar esta información “hasta que pase un tiempo”. Tampoco ha querido responder a las preguntas de si también ha sido estafado por el joven y ha precisado que no quiere “hablar del asunto”.

El chalet de las fiestas

Este sábado por la tarde, las personas que paseaban por la zona residencial en la que el joven tenía presuntamente una casa en la que organizaba fiestas con sus amigos y encuentros con empresarios, se mostraban incrédulas por la noticia. Varios apuntaban a la casa de la que habían visto salir a Fran, tal y como es conocido por sus amigos, y que después reconocieron en los medios.

Actualmente, en la casa señalada por los transeúntes reside una familia portuguesa que no ha querido realizar ningún tipo de declaración y ha asegurado que “desconocía” tanto quien era el anterior inquilino y como el escándalo en torno a él. Simplemente aseguraron que llevaban viviendo desde julio en el chalet y que nunca habían escuchado hablar de Nicolás ni de la presunta estafa. Se trata de una casa de tres plantas, de 700 metros cuadrados, con jardín y piscina ubicado en la calle Carbonero y Sol, en una de las zonas más exclusivas de la capital. 

Fuentes consultadas por este medio, apuntaron que la casa tenía “casi siempre las persianas bajadas” y que no había “signos de habitabilidad” mientras el supuesto estafador tenía las llaves de la propiedad. “Se le veía muchos días antes del verano, pero después no se le ha visto por la zona”, indican. Estas mismas personas, aseguraron que la casa fue mandada construir por Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal antes de que los aristócratas se separaran. “Ellos la construyeron pero nunca llegaron a vivir aquí porque al poco de empezar las obras se separaron y no sé quién de los dos se la quedó o si la han vendido. Por eso muchos pensaron que podría ser algún sobrino o hijo de ellos, si es que la casa sigue siendo suya. Yo lo descarté por el joven era muy feo”, concluye la mujer mientras se aleja por la acera y continúa con su paseo. 

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