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La cumbre Europea acuerda obtener al menos un billón de euros para financiar los acuerdos alcanzados

El fondo público-privado que financiará la recapitalización bancaria estará dotado de un volumen de al menos un billón de euros, tal como ayer informó este medio, aunque Bruselas todavía no ha explicado de dónde obtendrá la financiación. De hecho, todavía no se han cerrado muchos de los apartados básicos de este fondo, como la participación del sector privado en el mismo o el grado de apalancamiento. 

Este instrumento constará de dos elementos básicos. Por un lado, uno o más vehículos de inversión especial (SPVs), donde se permitirá la entrada del Fondo Monetario Internacional, fondos soberanos de países emergentes, y otros inversores privados. Por otro lado, el Fondo de Estabilidad (FEEF) asegurará las primeras pérdidas en las nuevas emisiones de bonos soberanos. Los ministros de finanzas son los que tendrán que acordar los detalles operativos durante noviembre. Pero todavía hay gran falta de concreción en estos apartados. 

Según fuentes de mercado, consultadas por Vozpópuli, el nivel de endeudamiento del fondo público-privado será de una dimensión de 4 o 5 veces, es decir, por cada unidad de capital habrá 4 o 5 de deuda. El capital lo aportarán los sectores privados, el FMI y fondos soberanos, mientras el apalancamiento o deuda para la compra de activos tóxicos estaría apoyado por avales o garantías del Fondo de Estabilidad (FEEF) sobre las posibles pérdidas de los activos del vehículo. Los vehículos de inversión especial invertirán tanto en el mercado secundario como en el primario, y tratarán de optimizar los capitales públicos y privados invertidos.

El acuerdo alcanzado, en última instancia, tiene la intención de proporcionar una financiación adecuada a medio plazo tanto para los estados soberanos como para los bancos que se han enfrentado a los problemas urgentes de liquidez. En este sentido, lo que se tiene aún que concretar es cómo va a participar el capital privado. Lo único que ya se sabe, en cambio, es la quita de un 50% sobre la deuda griega, que recaerá sobre los acreedores privados, por una cuantía aproximada de 80.000 millones de euros.

Todo el resto de dinero nuevo, incluyendo los 106.000 millones de Euros para recapitalizar los bancos, y los más 800.000 millones a añadir al Fondo de Estabilidad (FEEF), mediante el apalancamiento del vehículo con garantías del FEEF, aún no se ha planteado como se obtendrá del sector privado, de los prestamistas soberanos fuera de la eurozona, y, muy probablemente del BCE. Eso sí, Alemania finalmente mantendrá la triple A. 

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