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España

Esperanza Aguirre, el único 'verso suelto' que planta cara a los "conservadores"

La presidenta de los populares madrileños, Esperanza Aguirre, se prueba las 'Google Glass' en la Convención Nacional de Valladolid.

A la presidenta del Partido Popular de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, le quedan mejor las gafas futuristas. Las Google Glass, lentes que te permiten conectarte a tu teléfono inteligente a golpe de voz, fueron el objeto estrella de la Convención del PP. Aguirre se las probó y, como si de una superwoman se tratara, fue capaz de ver más allá de la visión cortoplacista del partido. Sólo ella, el único verso suelto que ha tenido el PP en Valladolid, se atrevió a comentar en público las amenazas que se ciernen sobre los populares si no se corrigen determinadas estrategias.

En su intervención en la mesa de diálogo España competitiva, junto al ministro de Economía, Luis de Guindos (cartel de primera), llamó a "vencer a las fuerzas conservadoras y anquilosadas" de los partidos de izquierdas, de los sindicatos e, incluso, del propio PP para llevar a cabo reformas que permitan el crecimiento y la creación de empleo. "A las fuerzas conservadoras hay que vencerlas, es fundamental para que España sea una gran nación", insistió.

Fiel a su estilo liberal, Aguirre no se ciñó a la doctrina del aparato y acudió al auditorio Miguel Delibes con un decálogo propio de medidas para afianzar la recuperación. Así, propuso una bajada de impuestos más ambiciosa que la prevista por el Gobierno de Mariano Rajoy. En este sentido, dijo que "están muy equivocados" quienes tratan de propiciar una economía "más social" a costa de añadir más cargas a las personas más productivas. Ya sea, relató, a través del Impuesto sobre la Renta, con "tributos que gravan a quienes ahorran" o con "más impuestos sobre los emprendedores".

Su compañero de seminario, Guindos, que se jactó en el coloquio de ser liberal como Aguirre, destacó las ventajas del rescate del sector financiero: "No hemos rescatado a los banqueros, sino a los depositantes de los bancos españoles, a los ahorradores en España". ¿Pensarán lo mismo los ciudadanos y los preferentistas que fueron a manifestarse a las puertas del cónclave? Y así, recordando los momentos de mayor dificultad por los que atravesó el Ejecutivo de Rajoy, Guindos bromeó diciendo que cuando le preguntaban cómo dormía, siempre contestaba: "Como un niño. Me desvelo a las dos y toda la noche llorando". Risas en el auditorio para amenizar el debate económico.

"No hemos rescatado a los banqueros, sino a los depositantes de los bancos, a los ahorradores". ¿Pensarán lo mismo los ciudadanos y los preferentistas que se manifestaron a las puertas del cónclave?

Por su parte, Rajoy volvió a probarse ayer las Google Glass en la jornada inaugural (ya se las puso en su viaje a Washington) y afirmó que "se ve muy bien el futuro con ellas y sin ellas" (gallego las 24 horas). Luego almorzó con los barones territoriales, pero no hubo envite alguno a los postres. Y es que el ponche segoviano no triunfó ("demasiado dulce", decían los que apenas lo cantaron). El resto del menú, servido por el chef vallisoletano Jesús Ramiro, que llegó a tener una estrella Michelín, consistió en unas habitas con huevo y un bacalao con morritos de ternera, regado por vino de Rueda y Ribera y pan lechuguino de Valladolid.

El recuerdo de Giménez Abad

En esa comida, el tema más comentado fue la emotividad del discurso que hizo en la tribuna Manuel Giménez Larraz, hijo de Manuel Giménez Abad, presidente del PP de Aragón asesinado en 2001 por la banda terrorista ETA. Manuel manifestó que cuando los terroristas dispararon a su padre lo hicieron porque "representaba los valores y principios de la democracia".

Pero como Manuel no piensan otras víctimas de ETA, que acusan al Gobierno de realizar "concesiones" a la banda y sus satélites. Por ello, a este frente también se asomó Esperanza Aguirre para advertir a sus compañeros de que "ETA no ha sido derrotada, aunque gentes en el PP crean que sí". Además, la lideresa destacó que Jaime Mayor Oreja "me parece un referente para el partido" y lamentó "profundísimamente que pase a la segunda fila".

Entre pulla y pulla al Gobierno, y con las Google Glass puestas, Aguirre se dio un baño de multitudes, dando muestra de cómo mantiene intacto su tirón entre las bases. Una militancia entregada que le acosaba para hacerse la foto en cada palmo del auditorio. Muy de cerca le siguió también Ángel Carromero, asesor del Ayuntamiento de Madrid, ahora metido a escritor. Muerte bajo sospecha es el título del libro donde dará su versión del accidente que costó la vida al disidente cubano Oswaldo Payá.

Un despliegue el de la comitiva de Aguirre que alimenta las cábalas. ¿Será la próxima alcaldesa de Madrid? De momento, la actual regidora, Ana Botella, no se ha puesto las Google Glass.

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