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España

Aguirre dice ahora en el comité ejecutivo del PP que "todos estamos en el mismo barco"

El PP consiguió ayer, al menos momentáneamente, cerrar filas en torno a Mariano Rajoy y acallar  las críticas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, cuyas declaraciones de los últimos días había provocado una ola de rechazo de muchos dirigentes, cargos medios y personal laboral de la sede de la calle Génova. Tras las informaciones de El Mundo de que el ex tesorero del PP Luis Bárcenas repartía en Génova sobresueldos en dinero de la “caja B”, no son pocos los indignados con Aguirre por entender que dio pábulo a estas noticias marcando, al mismo tiempo, distancias con la dirección nacional. Pero Aguirre se "reconcilió" de nuevo con los suyos al afirmar que "todos esamos en el mismo barco", defender la honradez de la "inmensa mayoría" de los políticos y, eso sí, tras calificar de "maravillosa" la idea de la auditoría externa, inisitir en que "hay que llegar hasta el final, hay que averiguar lo que ha ocuddio caiga quien caiga".

Durante la reunión del comité ejecutivo nacional, los principales “barones” del partido tomaron la palabra para apoyar las medidas adoptadas por el partido al objeto de hacer frente a las denuncias sobre los ya famosos sobres. Intervinieron el presidente de la Xunta gallega, Alberto Núñez Feijóo; el de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; el de Extremadura, José Antonio Monago; la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y los presidentes provinciales del partido en Andalucía y Cataluña, José Antonio Zoido y Alicia Sánchez Camacho, además de Aguirre.

A decir de muchos de los asistentes, la intervención de mayor calado fue la de Rudi, que tras una apelación a la responsabilidad de todos sus compañeros de partido pidió que “nadie juegue en solitario. Todos hemos ido en la misma dirección siempre”, lo que se interpretó como un “toque” de atención contra Aguirre. El gallego dijo por su parte que en el PP “no hay camino para los pillos”, Sánchez Camacho lamentó que “se mancilla el nombre de un gran partido” o Monago, muy gráfico, reivindicó  la clase política “porque vamos a tener más crisis de vocaciones que la Iglesia”, y en todos los casos respaldaron a Rajoy.

Por eso la intervención más esperada fue la de Aguirre. La ex presidenta de la Comunidad de Madrid ya había expresado su apoyo a algunas de las medidas que se anunciaron este fin de semana, como la de volver a revisar las cuentas internas del partido. Tan satisfecha estaba de estos anuncios que su intención en un principio era no intervenir en la reunión del lunes. Pero pocos olvidaban en Génova que entre las cosas que había venido diciendo Aguirre estaba el haber considerado “sorprendente” que nadie en la dirección nacional supiera de las andanzas de su tesorero en Suiza. Ayer cambió de tercio al afirmar también que “las crisis son oportunidades” para mejorar y lamentar la lentitud de la justicia recordando que el caso Filesa sigue sub iudice quince años después.

Lo acontecido en el comité ejecutivo del PP de cierre de filas en torno a la dirección nacional, vino precedido de una intensa labor de fin de semana de la secretaria general para dar imagen de unidad pero, también, de cierta resolución, conscientes de que la mezcla de la crisis económica con las sospechas de corrupción puede ser explosiva.

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