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España

Rajoy frena en seco la ansiedad electoral de sus barones

Mariano Rajoy saluda al presidente valenciano, Alberto Fabra, durante un acto en Madrid

El PP andaluz es una jaula de grillos desaforados desde la elección de Susana Díaz como presidenta la Junta de Andalucía. La reunión interparlamentaria celebrada hace un par de semanas en Córdoba aceleró la rumorología. El PSOE, con una figura pujante al frente y en el PP andaluz, el vacío más desolado, obligaba a tomar medidas. El pulso entre Cospedal y Arenas, cada uno en pro de un candidato diferente, también subió de intensidad. Pero este lunes, Mariano Rajoy, que abomina de las disputas internas trasciendan a la galería, lanzó un pescozón a Juan Ignacio Zoido, actual líder "accidental" en Andalucía, y le pidió calma sobre la designación de su sucesor. Nada de lo que se está publicando es cierto, comentó el presidente del PP ante el Comité Ejecutivo.

Candidatura improvisada

Un mensaje extensivo a otros líderes autonómicos, inquietos con el avance del calendario y con las elecciones en sus respectivos territorios. Así, ayer, Alberto Fabra, presidente del PP de la Comunidad Valenciana, tuvo la osadía de reconocer en presencia de Rajoy su decidida voluntad de ser candidato. Ya hace unas semanas había anunciado su candidatura sin encomendarse ni a Dios ni a Génova. Ocurrió en el cierre de la interparlamentaria levantina. Fabra, asaeteado por los rumores, las campañas, los comentarios y las dudas, optó por tirar por la calle de enmedio y se descolgó con su autoproclamación. Fue reprendido por ello. Dolores Cospedal, número dos del partido, recordó que no es tiempo de candidaturas. Pero Fabra volvió a insistir ayer mismo en un desayuno informativo celebrado en Madrid, con Rajoy y un puñado de ministros entre la concurrencia.

Alberto Fabra, presidente del PP de la Comunidad Valenciana, tuvo la osadía de reconocer en presencia de Rajoy su decidida voluntad de ser candidato

"Por supuesto que quiero ser candidato, aunque es una decisión que tendrá que tomar mi partido", dijo el presidente valenciano al ser interrogado. Rajoy, sentado en la mesa presidencial a quince centímetros de su codo izquierdo, ni pestañeó. Por supuesto que antes le había elogiado merecedidamente, como corresponde. Fabra, al fin y al cabo, está lidiando no sólo con una herencia envenenada sino con un asunto feroz, como es el del cierre de Canal Nou. Pero de ahí a la proclamacón hay un largo trecho. Que ha de recorrerse sin precipitaciones ni urgencias.

"Es como Benzema"

En Génova se le aprecia, aunque no es el hombre que asegure una clara victoria. Fabra es un político laborioso y cumplidor pero "es como Benzema, le falta sangre", según comentaba ayer mismo un dirigente del PP regional.Tras la vuelta del verano, se le transmitió desde la dirección nacional un ultimátum. O hay cambio de tendencia en los sondeos o habrá que pensar en una alternativa. Sabido es que el ministro Margallo es uno de los más intensos impulsores de su defenestración.

La alcaldesa Rita Barberá ha manifestado a su círculo más íntimo su firme deseo de tirar la toalla

Pero un factor juega en pro del capitidisminuído presidente valenciano. Ahora mismo no tiene alternativa. Y Valencia es una pieza clave para el PP. Un símbolo, como también lo son Madrid y la comunidad madrileña. Los responsables de Génova intentan convencer a Rita Barberá para que vuelva a presentarse. La alcaldesa ha manifestado a su círculo más íntimo su firme deseo de tirar la toalla, aunque públicamente ha desmentido todas las versiones sobre este particular. El horizonte de perder la mayoría absoluta y verse forzada a gobernar en coalición no es plato de gusto para una líder política de su fuerte personalidad y su trayectoria.

El mensaje de Rajoy a su partido y en especial a sus barones es que lo más importante es acertar con los tiempos y seguir el ritmo que impone el calendario. Ahora toca perfilar las elecciones europeas, en las que supuestamente los barones se juegan muy poco. Tiempo habrá más adelante para plantear las municipales y autonómicas. Sólo Andalucía podría ser una excepción si se consuma un adelanto electoral. Pero no depende del PP. Por lo tanto, tranquilidad. Este es el discurso oficial de Rajoy, pero no todos parecen dispuestos a tomar nota.

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