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Expertos antiterroristas descartan que ETA vuelva a atentar: "No habrá otra T4"

El comunicado de ETA más duro desde su anuncio de 2011 de cese definitivo de la violencia no hace vislumbrar, sin embargo, una vuelta a los atentados. Esa es la opinión coincidente de todas las fuentes policiales y políticas vascas consultadas en las últimas horas por este diario, que apuntan a que el texto, en el que la banda llega a hablar de "consecuencias negativas" por la negativa del Gobierno a sentarse a dialogar con su cúpula en Noruega, "tiene más una lectura política que 'militar'", en palabras de una de estas fuentes. Un experto de la lucha antiterrorista fue, incluso, más gráfico: "No habrá otra T4", en referencia al atentado que en diciembre 2006 rompió la anterior tregua de la organización terrorista.

El comunicado deja claro que el desarme del que tanto se ha hablado en los últimos meses no forma parte de la "agenda" de ETA en estos momentos

El texto, que tiene fecha del pasado 17 de marzo, se conoce cuando se recrudecían los rumores sobre un supuesto desarme etarra, un gesto que el comunicado etarra descarta esté ahora en su "agenda". De hecho, el documento se centra en criticar al Gobierno de Mariano Rajoy su “actitud negativa y obstaculizadora” por negarse a sentarse a diálogar en Oslo (Noruega) con los tres integrantes de su cúpula: José Antonio UrrutikoetxeaJosu Ternera, David Pla e Iratxe Sorzábal. Además, los etarras acusan al Ejecutivo del PP no haber dado ningún paso en política penitenciaria.

Sin embargo, no han sido estas críticas a la política de Moncloa --nada novedosas, por otra parte-- las que en un primer momento dispararon las alarmas en la Policía, sino la referencia a que “la disolución del espacio de diálogo [en referencia a la reciente expulsión de la capital noruega de sus negociadores] constituye un paso atrás muy claro y traerá consecuencias negativas, ya que dificulta y retrasa la resolución de conflicto”. Pese a la amenazante expresión "consecuencias negativas", la banda se refería a continuación a que su intención es la de seguir "trabajando por construir una resolución definitiva". “No cederemos ante las dificultades, porque Euskal Herria merece y necesita la paz y la libertad”, concluyen.

Es esta última parte del documento la que todas las fuentes consultadas destacan para concluir que el mensaje no supone, ni mucho menos, una amenaza de vuelta a los atentados. "El abandono de las armas no tiene marcha atrás ni aunque quisieran", resaltan fuentes políticas vascas que ayer insistían en interpretar el duro mensaje etarra como un gesto para bajar las expectativas que se estaban creando en los últimos meses en Euskadi de un próximo desarme, y que habían sido alimentadas por declaraciones desde el PNV e, incluso, del propio PP vasco. "Ya han dejado claro que no toca hablar por ahora ni de entrega de las armas ni de disolución", añaden.

"Vías discretas" de contacto hasta noviembre

En este sentido, el comunicado apunta a que hasta el pasado mes noviembre el proceso avanzaba a su satisfacción, pero que a partir de ese momento se vinieron abajo sus expectativas. De hecho, el texto habla de que se habían abierto “vías discretas” de contacto. "Alguien, quizá asumiendo funciones que no le correspondían, ha podido crear esperanzas a la banda de avances en un tema que ellos consideran clave, sus presos, que no se han traducido en hechos. Por eso, ahora se sienten engañados", detalla un destacado miembro de una organización social muy activa durante el proceso. Esta misma fuente añade que quizá ahora haya que hacer ver a la organización que el modelo de diálogo que ella pretende, con representantes del Gobierno a un lado de la mesa y los suyos al otro, "no es posible y que hay que buscar otra metodología".

Fuentes políticas vascas consideran que las "consecuencias negativas" son de índole política: "El abandono de las armas no tiene marcha atrás" 

En este sentido, un analista del Ministerio del Interior apunta que el comunicado de ETA tiene en realidad una lectura "más política que militar. Se trata a la vez de una muestra de su enfado y de un mensaje a sus activistas en la clandestinidad, a sus presos, para que estén tranquilos porque ellos no van a ceder siempre", resalta. En este sentido, un experto antiterrorista añade que "en el fondo, lo que están lanzando es un mensaje a la sociedad vasca: 'nosotros estamos dando los pasos necesarios y si no se avanza es culpa del Gobierno". ¿Y las "consecuencias negativas"? "Son de índole político, de repercusión en el electorado vasco, que en su opinión no entiende lo que consideran cerrazón del Gobierno y eso se traducirá en las urnas en el futuro", asegura un político vasco.

De hecho, el mensaje también incluye una crítica al que es el gran rival electoral de la izquierda abertzale, el PNV, al que acusa de dar "una y otra vez" cobertura a las decisiones del Gobierno de Madrid en un actitud que califica de “incomprensible”. Incluso la Comisión Internacional de Verificación (un grupo de personalidades internacionales cuyo papel es 'certificar' los avances en el proceso, aunque nunca ha sido reconocido por el Gobierno) es objeto de reproches por parte de la banda. En concreto, por pedir a la organización su desarme, algo que los etarras consideran "está fuera del mandato que recibió".

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