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España

Nuevos correos sugieren trato profesional entre Torres y García Revenga

Diego Torres, en los juzgados de Palma, en una imagen de archivo.

El apoderado y presunto testaferro de Iñaki Urdangarin, Mario Sorribas, quien ha aportado al caso Nóos varios emails de los que se deduce la posición de mando que tenía el exsocio del Duque de Palma Diego Torres al frente del Instituto Nóos, presentó varios correos en concreto en los que se menciona el nombre del secretario personal de las Infantas, Carlos García Revenga, en relación a un envío de determinados materiales.

"Mario. No me acuerdo si te dije lo de enviar materiales a Carlos García Revenga. ¿Lo hice?", le pregunta Torres a Sorribas en uno de esos emails, fechado el 20 de junio de 2005. Ese mismo día, el supuesto testaferro le responde que "no me lo dijiste", acatando la instrucción de Torres al manifestar: "se los envío a la primera de cambio. O sea, hoy". En concreto, García Revenga fue imputado en el marco de esta causa por las labores de asesoramiento que habría llevado a cabo con Urdangarin y respecto a su entorno societario y personal, respecto a lo cual el propio encausado declaró su inocencia en un comunicado aseverando que pudo haber mezclado, "en ocasiones, gestiones propias" de su puesto "con otras relacionadas con actividades privadas de los Duques de Palma".

En concreto, junto los anteriores correos, Sorribas ha entregado otros con el objetivo de acreditar que Torres era "quien manda y dispone" en el Instituto Nóos, recalcando por el contrario cómo, hasta el momento, no se han incorporado a las investigaciones correos "dirigidos por o al yerno del Rey de España donde dé instrucciones de mando".

En un escrito al que tuvo acceso Europa Press, la defensa de Sorribas recrimina el "intento de practicar la maniobra de la confusión" por parte de Torres o, "lo que se dice en catalán, 'embolicar la troca'", si bien subraya que "la mayoría decaen por sí solas por inverosímiles". Asimismo, ironiza en torno a la entrega de emails por parte del exsocio de Urdangarin "por capítulos", como si se tratara "de un serial que tiene a medio país enganchado, y quien dice país dice medio mundo", al incidir en que "el avatar judicial de este asunto se sigue con pasión en Hispanoamérica, con lo que puede afirmarse que está haciendo más por la unidad cultural de los hispanoparlantes que muchas de las iniciativas costosítimas del Instituto Cervantes.

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