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España

El PSOE activa a sus barones para levantar alfombras en las regiones ganadas el 24-M

Pedro Sánchez y Ángel Gabilondo.

La mácula que ha dejado en Andalucía el caso de los ERE ya no preocupa demasiado a la cúpula del PSOE, pues considera que su coste político ya ha sido amortizado en las urnas. Gracias a los acuerdos firmados después de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo, los socialistas gobiernan en siete comunidades autónomas y casi la mitad de las capitales de provincia.

En el corto plazo, con la vista puesta en el horizonte de las legislativas, una de las prioridades de Pedro Sánchez va a ser airear los casos de corrupción donde hayan podido dejar huella los gobiernos regionales y municipales del PP en aquellos territorios más sensibles desde el prisma electoral.

El PSOE aireará en su campaña los casos de corrupción en los que hayan dejado huella los gobiernos regionales del PP

En el último barómetro del CIS, el correspondiente al mes de junio, la corrupción figuraba como el segundo problema al que más importancia conceden los españoles, después del paro, prueba de que puede condicionar de forma determinante el resultado de las próximas generales.

El propósito del PSOE es envolver la próxima campaña electoral, de unos tres meses de duración, en un clima propicio para convencer a 11 millones de electores de que el Gobierno del PP ha sido cómplice, por acción u omisión, de algunos de los escándalos más sonados y de otros que quedan por conocer en las comunidades autónomas que han cambiado de color político.

Se trata, afirman fuentes socialistas, de una bolsa de voto machacada por la crisis económica y por el paro, que puede verse tentada de refugiarse en la abstención o, por el contrario, incentivada para acudir a las urnas si se la moviliza con el mensaje de que facilitar la continuidad del PP en el Gobierno sería tanto como perpetuar la corrupción generalizada.

En el PSOE se considera que el viento corre a su favor teniendo en cuenta que solo se conocen las dos terceras partes del sumario de la operación Púnica, que todavía quedan flecos importantes del ‘caso Gürtel’ sobre los que se propone afinar a partir de septiembre el extesorero del PP Luis Bárcenas, y que el ‘caso Rato’ no ha hecho más que empezar pues el juicio puede tardar todavía dos o tres años en celebrarse.

Madrid volverá a centrar el foco de atención de los socialistas pues es, además, el territorio donde no se ha conseguido levantar cabeza ni en la Alcaldía, donde Antonio Miguel Carmona permanece en muy segundo plano fuera del equipo de gobierno, ni en la comunidad, donde Ángel Gabilondo se ha quedado sentado en los bancos de la oposición. Es, también, donde el PSOE considera que más se vulneró la legalidad en numerosas adjudicaciones públicas durante la etapa del PP.

Neutralizar los mensajes de recuperación económica

Fuentes socialistas reconocen que el objetivo último no es sólo agitar los principales casos de corrupción en los que ha podido verse involucrado el PP en esta legislatura, sino también conseguir con ellos tanta potencia de sonido que eclipse la campaña de Rajoy y, sobre todo, “los regalos que hará el Gobierno a los españoles en los Presupuestos”.

Los socialistas buscan movilizar a 11 millones de electores vinculando al PP con la corrupción

Se anticipa así un interesante duelo a partir de septiembre sobre dos estilos de campaña, una que intentará centrar los mensajes en la recuperación económica y los riesgos que representaría para ella que los socialistas llegaran al poder y otra en la que se dibujará al PP como un partido corrompido hasta la médula con un presidente tolerante con los escándalos que se investigan todavía en numerosas instancias judiciales.

Pedro Sánchez aprovechó este miércoles una intervención ante el grupo socialista de  la Asamblea de Madrid para acusar a Rajoy se mantener un “silencio cómplice” sobre los datos que se conocen de la operación Púnica. El presidente del Gobierno, aseguró, debe “rendir cuentas” ya que esta nueva trama de corrupción es, en su opinión, el “paradigma de la depravación política”
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