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España

Las autonomías mantienen una red de más de cien 'embajadas' y oficinas comerciales en el exterior

No son sólo Cataluña y el País Vasco. Distintas comunidades autonómicas mantienen abiertas oficinas políticas y comerciales en el exterior pese a las presiones del Gobierno central para que se integren en la red diplomática del Estado. Esta semana, la Generalitat catalana ha puesto en marcha la convocatoria de becas para formar a sus futuros 'embajadores' en el extranjero. En total, cien mil euros que 'educarán' a activistas para que propaguen el credo soberanista catalán en los centros internacionales.

Más de un centenar de delegaciones autonómicas funcionan aún en distintas capitales de mundo. Las estimaciones efectuadas por algunos medios cifran estas entidades en más de 150. Cataluña mantiene del orden de 40, de las que cinco son eminentemente "políticas": París, Berlín, Londres, Buenos Aires y Nueva York. El País Vasco tiene abiertas en la actualidad en torno a 15. Ni el gobierno del PNV ni el de CiU tienen previsto por el momento echarles el cierre. Artur Mas ha comentado incluso que se trata de potenciarlas en el futuro.

Pero hay otras regiones que incurren en la misma política de representación en el extranjero. Por ejemplo Andalucía, que ha mostrado su disposición a revisar su extrategia en el exterior, o Extremadura. Galicia, con sedes en Uruguay y Argentina, donde hay un importante voto emigrante, las ha trasladado a dependencias de los centros gallegos en esos países para abaratar costes.

En la nueva Ley de Acción Exterior que acaba de presentar el ministerio de Asuntos Exteriores, no se refleja la posibilidad de que el Gobierno proyecte forzar el cierre de estas embajadas regionales, en contra de lo que en un primer momento había circulado. Exteriores no quiere fomentar el victimismo, pero sí aplicar una estrategia de eficacia y de ahorro de costes. Por este motivo, el gobierno autonómico que no acepte la integración de sus oficinas en la red del Estado verá publicada la recomendación del Ministerio así como los argumentos que ofrezcan los aludidos para rechazarla, según comentó el ministro tras la rueda de Prensa del Consejo de Ministros. Estrategia de la disuasión.

La deuda galopante

Como es sabido, la deuda de las CC.AA. ha aumentado este trimestre en casi cincuenta mil millones de euros. Lo que significa que el gasto no se está conteniendo. De ahí que el presupuesto invertido en las representaciones en el extranjero sea visto como un despilfarro. En el Plan Nacional de Reformas que el Gobierno español envió a Bruselas se menciona explícitamente este asunto y se señala que casi el 80 por ciento de los gobiernos autonómicos con legaciones en el exterior han aceptado integrarlas en las embajadas españolas respectivas. El Gobierno admitió el mes pasado, en respuesta a una interpelación parlamentaria, que desconoce el coste real de ese despliegue diplomático autonómico. Nada de transparencia, como se ve.

No hay que olvidar que todas las autonomías han llegado a tener embajadas en Bruselas con el objeto de defender sus respectivos intereses económicos o comerciales en el ámbito comunitario. Muchas de ellas funcionaban en coordinación con la representación oficial española y ahora continuarán haciéndolo pero ya formalmente adscritos al ámbito de Exteriores.

Aunar esfuerzos

El ministro García Margallo insiste siempre ante sus interlocutores autonómicos que resulta mucho más eficaz aunar esfuerzos bajo el paraguas de la representación oficial del Reino de España que disparar cada uno por su lado. "Es mejor una orquesta compacta y homogénea que una banda de solistas", viene a ser la versión oficial expresada por el ministro.

Dada la recalcitrante actitud de algunas comunidades, en especial catalanes y vascos, refractarios a estudiar la supresión o fusión de sus entidades diplomáticas o comerciales, Exteriores les recuerda que al menos deben supeditar su actuación a lo que marca la línea de política exterior española, en especial en lo referido a las relaciones internacionales. 

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