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España

Mas tirará la toalla si no logra arrastrar a ERC a un pacto estable de legislatura que garantice la gobernabilidad

Los dirigentes de CiU deducen de sus contactos preliminares con los republicanos que su actual líder, Oriol Junqueras, no está por la labor de arruinar su reciente éxito electoral avalando desde un Gabinete de coalición los duros recortes que todavía le esperan a Cataluña para sanear su economía.  ERC ha comenzado a bombear su programa de máximos y ha condicionado cualquier arreglo con Artur Mas a que CiU rompa sus acuerdos municipales con el PP, que alcanzan también a la Diputación de Barcelona, a recuperar el Impuesto sobre Sucesiones y a eliminar el euro por receta. Los nacionalistas le han respondido que están dispuestos a hablar de todo, pero sospechan que el grado de compromiso que, al final, contraerá ERC con ellos no será tan alto como para garantizar a Artur Mas un Gobierno estable para toda la legislatura. Ni dentro de la Generalitat, ni fuera de ella.

CiU está dispuesta a romper los acuerdos municipales con el PP, a recuperar el Impuesto de Sucesiones y a eliminar el euro por receta con tal de implicar a los republicanos en su futuro Gobierno

Fuentes nacionalistas son claras sobre el particular: “Si apuradas las negociaciones observamos que por parte de ERC ni siquiera se nos garantiza la estabilidad parlamentaria, lo más probable es que Artur Mas tire la toalla y renuncie a formar Gobierno”. La posibilidad de una nueva convocatoria electoral fue acariciada en la dirección de CiU en la misma noche del domingo cuando hizo con caras fúnebres un análisis frio del Parlamento tan fragmentado que ha salido de las urnas y de la dificultad que habrá para gobernar Cataluña. Taponada cualquier vía de acuerdo con el PP, y en eso el escándalo de las cuentas suizas sí que ha influido, a CiU solo le quedan dos opciones: o caer en los brazos de ERC, la opción prioritaria, o terminar en los del PSC, ahora también salpicado por la corrupción, una hipótesis que solo será considerada, añaden las mismas fuentes, en caso extremo.

En las posibles alianzas pesa mucho el resultado electoral del domingo y también el enfoque que cada formación política le dio a la campaña. Comprobado el fuerte trasvase de votantes desde CiU a ERC y la ganancia de casi 280.000 votos por parte de los republicanos, es lógica la preferencia de Artur Mas por estos últimos ya que considera que son los que mejor encajan en su proyecto. A ellos no les tiene que convencer de introducir el referéndum en la agenda de gobierno, mientras que con el PSC tendría que negociar a cara de perro los detalles de la convocatoria. Además, a la debilidad de CiU, con la pérdida de 92.000 votos y 12 diputados, se sumaría la fragilidad de los socialistas, que se han dejado en estas elecciones 52.000 votos y ocho escaños.

Los nacionalistas han designado ya dos comisiones de trabajo para agilizar los pactos postelectorales, aunque temen que la situación de bloqueo que ya se ha constatado al inicio de las conversaciones preliminares se prolongue varias semanas. Además, ya empiezan a dar por hecho que la nueva legislatura será, en todo caso, "corta e inestable".

Mariano Rajoy y su equipo de confianza siguen con atención los primeros movimientos de Mas después de su desplome electoral. En La Moncloa hay interés en reanudar pronto los contactos al máximo nivel ya que no tiene sentido que el Estado pague las facturas a Cataluña, incluidos los ‘bonos patrióticos’ y perdure demasiado en el tiempo la incomunicación entre los dos presidentes, dicen fuentes seguras. El Ministerio que dirige Cristóbal Montoro ya ha trasladado a la Generalitat que no tendrá problemas para cubrir los vencimientos de deuda del año que viene a través del Fondo de Liquidez. “En Cataluña nos jugamos buena parte de la credibilidad del ajuste presupuestario”, confiesa un miembro del Gabinete de Rajoy, atónito ante la endiablada situación política que ha creado Mas en esta comunidad.

¿Tirar la toalla?, se pregunta espantado un ministro ante la posibilidad de que Mas renuncie a formar Gobierno y Cataluña asista a la tercera convocatoria electoral en poco más de dos años

A lo que no se encuentra ningún sentido en la dirección del PP es a que los nacionalistas le dejen fuera del baile de alianzas justamente cuando fue su muleta principal en la anterior legislatura para sacar adelante los Presupuestos y para encarar los principales recortes que erosionaron de forma paulatina las expectativas electorales de CiU.

De manera informal, varios ministros han cambiado impresiones con dirigentes de CiU. Estos  les trasladan un alto grado de preocupación por el embrollo en el que Artur Mas ha introducido a Cataluña por el adelanto electoral. ¿Tirar la toalla?, se preguntaba ayer en alto un miembro del Gobierno, espantado ante la posibilidad de tener que asistir a la tercera convocatoria electoral en esta comunidad en poco más de dos años.

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