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La casa cuartel inaugurada hace 45 días por Fernández Díaz en su pueblo aún no está operativa

El ministro descubre la placa del cuartel de Fitero el día de su inauguración.

De la inauguración por todo lo alto, con toros, 'lunch' y misa, a la falta de medios para realizar el trabajo diario. La recién estrenada casa cuartel de la Guardia Civil en Fitero (Navarra) aún no está plenamente operativa pese a que hace ya 45 días que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, acudió a esta localidad donde veranea y en la que vive su madre a inaugurarla en persona. Según denuncian agentes del Instituto armado y han confirmado a Vozpópuli fuentes del propio departamento de Interior, las instalaciones todavía no cuentan con conexión a Internet y las cinco viviendas donde se alojara parte de la plantilla tampoco disponen aún de corriente eléctrica.

Los agentes tienen que desplazarse a otras localidades para grabar las denuncias. Interior asegura que todo quedará solucionado la semana que viene

Por ello, las denuncias que presentan los vecinos no pueden ser tramitadas en el nuevo acuartelamiento y los guardias civiles han tenido que instalarse en una oficina prestada en el Ayuntamiento de la localidad o desplazarse a otras dependencias de la Benemérita en localidades próximas para hacerlo. Además, los cinco guardias civiles de los quince que forman la plantilla a los que se les asignó el uso de las viviendas con las que cuentan las instalaciones han debido buscarse de manera apresurada casas de alquiler ya que las nuevas aún no tienen electricidad. "Se ha hecho todo deprisa y corriendo porque al ministro se empeñó en inaugurarla coincidiendo con las fiestas del pueblo", denuncian fuentes del Instituto armado.

Desde la Dirección General de la Guardia Civil restan importancia a estos problemas e insisten que "entran dentro de la normalidad en una construcción recién terminada". También aseguran que todo ello quedará solucionado la próxima semana según les han comunicado las empresas suministradoras de dichos servicios. En este sentido, insisten en que el cuartel "está operativo al 100% desde el primer día y ya se ha hecho la primera detención". "Los problemas obligan a los agentes a acudir a otras dependencias para grabar las denuncias en las bases de datos, sí, pero los ciudadanos no lo notan y su seguridad está garantizada", insisten.

Construcción polémica

La polémica ha rodeado el proyecto desde que el propio ministro anunció en el otoño de 2013 el proyecto de levantar las nuevas instalaciones. Polémica que se acrecentó justo hace un año, cuando Fernández Díaz presidió la colocación de la primera piedra en un acto cuyas imágenes, distribuidas por el departamento de prensa de Interior, circularon por las redes sociales entre chanzas por la similitud con las imágenes del No-Do. Para entonces, las críticas a la construcción del inmueble dentro del Instituto armado, incluido entre los altos mandos, eran abundantes, ya que consideraban que el dinero que se iba a invertir era más urgente para otras partidas. En este sentido se destacaba que en dos localidades cercanas, Cintruénigo y Corella, situadas a sólo 3 y 6 kilómetros respectivamente, ya existían instalaciones de la Guardia Civil y que, por tanto, las nuevas eran innecesarias.

El presupuesto inicial de la construcción de la casa cuartel era de 1,1 millones de euros, aunque al final se ha disparado a más de 2 millones

Además, un grupo de vecinos de esta localidad denunció públicamente que la licencia de obras concedida por el Ayuntamiento a la Secretaría de Estado de Seguridad para levantar la instalación incumplía supuestamente la normativa urbanística municipal. Por ello, amenazaban con acudir a los tribunales y a otras instancias políticas si no se paralizaba la construcción. Desde el consistorio siempre se ha negado cualquier irregularidad y su alcalde ya aseguró entonces a este diario que todo el expediente está "impoluto". Ahora insiste en ello, y asegura que el Tribunal Administrativo Navarro ya ha tumbado las primeras demandas de estos vecinos mientras insiste en ligar sus protestas a la supuesta relación de éstos con la izquierda abertzale.

Las quejas han llegado incluso al Congreso de los Diputados, donde la parlamentaria del partido navarro Geroa Bai, Uxue Barkos, presentó unas baterías de preguntas por escrito para que el Ministro del Interior explicara las razones del gasto, que en un primer momento fue presupuestado en 1,1 millones de euros y que ha terminado elevándose a algo más de 2 millones. En una de las respuestas, del equipo de Jorge Fernández Diaz alegó que el Instituto armado "ha de estar presente efectivamente en todo el territorio español" para, de este modo, asumir "un papel de vertebración estatal", y que en Fitero se había producido un incremento de la criminalidad por los "forasteros". En una segunda, Interior echo mano de la ironía y la geometría para justificar el millonario gasto: "Tomando como centro de una hipotética circunferencia dotada de un radio de longitud igual a 8,92061015 kilómetros el municipio de Fitero (Navarra), en el interior de la superficie de 250 kilómetros cuadrados definida por tal circunferencia, únicamente se encuentran enclavados los puestos de la Guardia Civil de Cintruénigo y Corella".

El último episodio se vivió hace 45 días, el pasado 15 de marzo. Ese día, el ministro acudió a Fitero y, rodeado de su familia, inauguró las instalaciones dentro del programa de fiestas de San Raimundo. Al acto, acudieron, además del alcalde de la localidad, el senador de UPN Francisco Javier Yanguas; la presidenta de Navarra, Yolanda Barcina, y la delegada del Gobierno en la comunidad, Carmen Alba, así como el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. El corte de la cinta estuvo precedido de una misa cantada y, al término del acto, hubo 'lunch' y fin de fiesta taurino. Sin embargo, mes y medio después las dependencias oficiales aún no cuenta con Internet ni sus cinco viviendas con luz.

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