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España

Artur Mas lanza una ofensiva para captar el voto de los catalanes en el extranjero el 27-S

El presidente de la Generalitat, Artur Mas.

A la espera de conocer si finalmente el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, convoca las elecciones generales para el próximo 27 de septiembre –coincidiendo con la fecha anunciada pero no convocada para las elecciones autonómicas catalanas-, Artur Mas ha puesto en el punto de mira de su campaña electoral a los catalanes que viven fuera de España. 

Según ha podido confirmar Vozpópuli de fuentes de la administración catalana, desde el Govern se ha iniciado una “ofensiva” para convencer a los catalanes censados en el exterior para que “participen en las próximas elecciones catalanas y voten por correo”. El objetivo de esta campaña es que “estos electores catalanes participen y voten siendo conscientes de que puedan votar por opciones que garanticen que decidamos el futuro de Cataluña en libertad”.   

De esta forma, desde el gobierno de la Generalitat se vuelve a “rescatar” el término de “derecho a decidir de los catalanes” –sin contar con la opinión del resto de los españoles- el futuro político de Cataluña, o lo que es lo mismo, en defensa del derecho de autodeterminación. 

Artur Mas tiene la intención de arañar votos a favor de las tesis secesionistas de los catalanes que viven en el exterior y para ello pone como ejemplo la “participación activa” en la consulta ilegal celebrada el pasado 9 de noviembre y que, en su gran mayoría, contó con los votos de 2,2 millones de catalanes –sobre un censo de 7 millones-, movilizó a los votantes favorables a la independencia de Cataluña. 

“Los catalanes forman parte de una única nación, de Cataluña” 

En un reciente vídeo en el que aparece Artur Mas, el presidente catalán apela a que los catalanes que viven en el exterior se movilicen y voten, aunque sin pedir expresamente que voten por una opción concreta: “Los catalanes que viven fuera de Cataluña, de nuestro país, forman parte de una única comunidad, de un único país y de una única nación”. 

Y añade en el mensaje propagandístico multimedia emitido con ocasión del “Día Internacional dela Cataluñaexterior”: “Con las próximas elecciones de mayo y septiembre nos estamos jugando el ser o no ser y debéis estar muy atentos de cara a contribuir como comunidad y como nación porque nosotros somos los que debemos contribuir a nuestro futuro y decidir como colectividad y como nación nuestro propio futuro en paz y en libertad”, asevera el presidente catalán a su vez dirigente de la federación nacionalista CiU. 

Tensión con el Gobierno por la ley exterior catalana 

Precisamente, estas declaraciones de Artur Mas se producen en un momento en que el Tribunal Constitucional ha impugnado la ley catalana de acción exterior impugnada por el Gobierno de Mariano Rajoy. 

Entre otros artículos que el Ejecutivo central considera que colisionan con la acción exterior de España como nación y la ley catalana está el redactado catalán que considera a los catalanes residentes en el exterior como “agentes diplomáticos destacados en la defensa de los intereses, la proyección y la identidad de Cataluña”, algo que defienden a capa y espada desde el ejecutivo catalán. 

El Gobierno de la Generalitatcatalana ha planeado multiplicar por diez las delegaciones en el extranjero "en los próximos meses y años", según ha reiterado en los últimos tres meses el secretario de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Roger Albinyana

"La intención es que en los próximos meses y años llegaremos a abrir 50 delegaciones en todo el mundo". Este año Artur Mas ha nombrado a los nuevos delegados del Govern en Italia, Luca Bellizzi, y Austria, Adam Casals, quienes se han comprometido a internacionalizar el proceso soberanista catalán, y que percibirán por sus servicios unos 78.000 euros al mes, tal y como ya informó este diario en enero pasado. 

La Generalitat tiene cinco oficinas “diplomáticas o embajadas" en el mundo (Washington, LondresParísBerlín y Bruselas), a las que ha añadido Roma y Viena. Sumando ambas embajadas, el total de gastos que supondría pagar a los representantes de las siete delegaciones repercutiría en el bolsillo de las arcas de la Generalitat catalana con más de 600.000 euros.

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