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España

Las grandes empresas del Ibex extreman su seguridad tras las cartas con falso ántrax al Santander

Especialistas en NRBQ de la Guardia Civil, en un simulacro.

El Ibex 35 refuerza su seguridad. Las grandes empresas y entidades españolas han extremado en los últimos días las medidas de seguridad de sus sedes principales después de que el pasado 6 de octubre se activara la alarma bacteriológica por el envío de siete sobres sospechosos de contener ántrax a directivos del Santander. Los análisis descartaron entonces la presencia de sustancias peligrosas en pocas horas, pero los protocolos de seguridad en el control de la correspondencia se han incrementado a partir de ese día en BBVA, Repsol, Telefónica e Inditex, entre otras entidades, según han confirmado a Vozpópuli fuentes de algunas de ellas. Otras empresas han asegurado que sus protocolos ya son suficientemente estrictos y que no han visto la necesidad de aumentarlos. En lo que coinciden todas es en asegurar que hasta ahora no se ha detectado ningún caso. Extremo éste que ratifican fuentes del Ministerio del Interior, donde sólo se tiene registrado el incidente del Santander en las últimas semanas.

Los departamentos de seguridad han incrementado sobre todo el control a la correspondencia que reciben los altos directivos de las entidades. En el Santander los destinatarios de las misivas fueron, entre otros, Ana Patricia Botín y el consejero delegado

Las grandes empresas del Ibex 35 reconocen que adoptaron con carácter urgente las nuevas medidas de seguridad tras conocerse la misma tarde del 6 de octubre la existencia de las siete cartas sospechosas en la Ciudad Financiera que el Santander tiene en la localidad madrileña de Boadilla del Monte. Aquel día sólo trascendió que uno de los destinatarios era "un alto directivo" de la entidad, pero sin concretar su identidad. Ese dato fue suficiente para que, como reconocen a este diario desde una de las empresas consultadas, se decidiera extremar las medidas de control sobre todo en el correo que reciben sus altos cargos. Una medida que se vio respaldada después de que Vozpópuli desvelase este jueves que los destinatarios de las cartas con falso ántrax habían sido la propia Ana Patricia Botín; el consejero delegado, José Antonio Álvarez, y cinco directores generales. Todos ellos tenían sus despacho en el edificio presidencial del complejo, que fue evacuado por la Guardia Civil tras recibir el aviso.

Las fuentes consultadas en las diferentes compañías reconocen que los equipos de seguridad han decidido mantener las medidas de refuerzo pese a que pocas horas después de saltar las alarmas en el Santander los análisis de urgencia realizados sobre el terreno por los especialistas del Gedex NRBQ (Grupo de Desactivación de Explosivos y Defensa Nuclear, Radiológica, Biológica y Química) del Instituto armado descartaron la presencia de sustancias peligrosas en los sobres. No obstante, aún se sigue investigando su contenido y, para ello, se han remitido las cartas a los dos laboratorios de referencia en España ante este tipo de amenazas: el Hospital Carlos III y el Instituto Tecnológico La Marañosa, dependiente este último del Ministerio de Defensa. Sus expertos serán los que finalmente tengan que concluir si había rastro de esporas de ántrax o de cualquier sustancia explosiva o corrosiva en la misivas. Fuentes cercanas a las pesquisas aseguran que dichos análisis aún no han concluido.

El antecedente de febrero en tres cárceles

No es la primera vez en lo que va de año que se produce una alerta bacteriológica en España. En sólo una semana del pasado mes de febrero se registraron tres actuaciones por misivas por supuesto "riesgo biológico". Todas ellas tuvieron como destinatarios trabajadores de cárceles. La primera carta se recibió en la prisión catalana de Brians. Los análisis posteriores confirmaron que la sustancia que contenía era inocua. Días después se recibió otro envío sospechoso en la de Aranjuez (Madrid). Esta iba destinado a la delegación que el sindicato de funcionarios de prisiones ACAIP tenía en en este centro penitenciario. Entonces hubo que aislar a ocho funcionarios para someterles a un proceso de descontaminación. Finalmente, los resultados descartaron la presencia de ántrax. La mayor parte del polvo blanco que contenía eran simple jabón, según han confirmado ahora este diario fuentes cercanas a aquella investigación.

El contenido de la carta enviada en febrero a la cárcel de Aranjuez (Madrid) resultó ser en su mayor parte jabón en polvo. Entonces, ocho funcionarios tuvieron que someterse al proceso de descontaminación

La última misiva se recibió en la prisión de A Lama (Pontevedra). Con matasellos de Vitoria, iba dirigida al director de la cárcel. Los subdirectores de Seguridad y de Régimen Interno, la secretaria de dirección y otro trabajador, las cuatro personas que tuvieron contacto con el envío, fueron aislados como medida preventiva durante horas hasta que se confirmó que la sustancia sospechosa era también inocua. En este caso, como en los dos anteriores y en el más reciente de la sede del Santander, se desplegó un dispositivo que se prolongó durante unas seis horas y que incluyó tareas de descontaminación una a una de las personas afectadas, el cierre y aislamiento de la estancia en la que se manipuló el sobre y de los espacios anexos y el desalojo del resto del personal de la zona afectada.

LA OLEADA DE CARTAS SOSPECHOSAS DE 2001

Las diez cartas sospechosas de contener ántrax durante este año no son la primera oleada de este tipo de envíos sospechosos que se registra en España. De hecho, hace catorce años se produjo una situación de psicosis en nuestro país. Era octubre de 2001 y los sobres conteniendo polvos sospechosos llegaron a empresas, organismos, instituciones y personas concretas. Así, un avión de Iberia retrasó una hora su salida del aeropuerto de Manises (Valencia) al negarse el comandante a despegar hasta que fueran retirados dos sobres con remitente de Tel Aviv (Israel) que se hallaron en la cabina del pasaje sin que nadie supiera explicar cómo habían llegado allí.

No fue el único incidente. Unos días antes habían llegado otro envío sospechoso a un médico de A Coruña y otro a un empleado de la sede de las empresa Siemens en Tres Cantos (Madrid). También se recibieron sobres que obligaron a actuar a la Policía en la Embajada de EEUU, en la sede del diario 'El País' y en las consejerías de Trabajo, Economía y Agricultura del Gobierno de la Región de Murcia. Hubo, incluso, un detenido: una vecino de Ejea de los Caballeros (Zaragoza) al que se le acusó de remitir dos sobres con harina a la cooperativa agrícola local. En ningún caso se detectó ántrax o cualquier otra sustancia peligrosa. Además de harina, lo que único se encontró en el interior de aquellos sobres fue inofensivo almidón y polvos de talco.

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