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El testamento de Amancio Ortega, el secreto más valioso y mejor guardado de España

El empresario Amancio Ortega durante el entierro de su exmujer Rosalía Mera en La Coruña.

Dos hombres muy importantes pero desconocidos para el gran público están condenados a entenderse, si es que no lo están haciendo ya: José Leite y José Arnau. El primero, comanda Rosp Carunna, la corporación financiera de Rosalía Mera, fallecida por sorpresa este verano. El segundo es el hombre de la máxima confianza personal de Amancio Ortega. La muerte de Mera, ocho años más joven que su ex marido, el fundador y máximo accionista de Inditex, ha sido una sorpresa y ha puesto sobre la mesa con más insistencia que nunca una pregunta: ¿Cómo será el relevo accionarial en la multinacional española?

Si hay una persona que lo sepa, además del propio hombre más rico del mundo, ese es Arnau, el hombre de los inmuebles, las sicav, las participaciones y los consejos; el más leal y duradero colaborador de Amancio, premiado hace poco más de un año con un asiento en el consejo de Inditex. Nadie más que él puede saber cómo se repartirá la herencia del hombre más rico de España, que podría tener consecuencias en el reparto de poder político en la matriz de Zara.

Seguramente no lo sepan ni los hijos: Marta Ortega, fruto del segundo matrimonio de Ortega con la antigua empleada de Inditex, Flora Pérez Marcote, y, por otro lado, Sandra y Marcos, hijos de Rosalía. Quizá, tampoco lo sepa ni siquiera Floramadre de Marta, esposa de Amancio, consejera de Inditex por parte de Gartler, (sociedad que controla el 51% de las acciones de la textil) y esforzada vigilante de los derechos de su hija.

Ahora mismo, Ortega controla el 59% de Inditex. Su hija Marta, con sus estudios terminados, lleva tiempo trabajando en la firma, primero en tienda y ahora en la sede de Arteixo. Sin prisa , pero sin pausa, conociendo la organización desde todos los rincones. Parece llamada a ser la sucesora en la gestión. De momento, lleva una vida discreta (se le puede ver comiendo a diario con algunas amigas en cualquier restaurante de menú de la zona, de menos de 10 euros por persona), y se ha casado celebrando una boda que cualquier familia de clase media podría haber costeado. Sólo disfruta de una única extravagancia: los caballos y para ello, su padre le ha construido un hipódromo en la misma localidad.

Sandra y Marcos heredarán, en principio, la participación de Mera en la empresa textil, que ronda el 6%. Pero estos también son hijos de Amancio. Es más, en teoría, la patria potestad de Marcos, que nació con síndrome de down, ha recaído de nuevo en Amancio, a pesar de que Sandra ha sido educada toda su vida bajo el precepto de ser ella quien cuide a su hermano en el futuro.

Coge el testigo

Por tanto, Sandra ha recogido el testigo de ‘mujer más rica de España’ de su madre, a pesar de que antes no estaba mal ni mucho menos: su sicav personal en JP Morgan, Quembre, tiene más de 20 millones de euros.

Nadie sabe qué incluirá el testamento de Ortega, salvo Arnau y este inspector de Hacienda, hermético, del que no se conocía su rostro hasta que entró a formar parte del consejo, no dará ninguna pista. ¿Es posible que la herencia del millonario deje a Marta con menos del 50% de Inditex? Técnicamente así parece, ya que tocaría a ser repartida entre los otros dos hijos.

Eso, en cualquier caso, no supondría en ningún caso una posición incómoda para Marta Ortega, el ojo derecho de Amancio y la indiscutible ‘delfina’. Aunque su relevo no será a corto plazo. De hecho, no falta quien dice que la idea de que la sucesora es su hija pequeña conviene a Inditex ya que elimina otro tipo de especulaciones. "Esa es una percepción cómoda, nadie puede decir seguro al 100% que será Marta la futura presidenta de Inditex", dicen fuentes expertas en el tejido empresarial gallego. 

Sin ir más lejos, "en Inditex trabaja mucha gente. El marido de Sandra, Pablo Gómez, es también un alto ejecutivo del grupo, mientras que los hermanos de Flora también son directivos. Hay sitio para muchos".

Hay cuerda

La firma gallega ya tiene un presidente, Pablo Isla, al que le queda cuerda para mucho rato y que, bajo su mandato, ha visto como la compañía se ha convertido en la mayor de España en Bolsa, superando al Santander con claridad. Ha gozado del favor unánime de los grandes fondos de inversión. 

Pocas cosas se saben, pero será casi imposible que Inditex no tome decisiones de futuro profesionales sobre las familiares. Así lo ha hecho, por ejemplo, Juan Miguel Villar Mir, que ha nombrado consejero delegado a Josep Piqué, pese a tener a tres hijos en el consejo de la compañía y a su yerno. Incluso Emilio Botín podría vacilar a la hora de nombrar a su hija sucesora, ya que los grandes fondos no ven con agrado estos movimientos tan personalistas.

No hay enfrentamiento entre los hermanos. Amancio respetaba profundamente a Rosalía Mera y fue él quien se encargó de enviar el avión medicalizado que la trajo desde Menorca, con su propio equipo médico. Los problemas han existido entre las familias.

José María Castellano, anterior número dos de la firma, ha contado jocosamente en alguna ocasión que su gran éxito en Inditex no fue la salida a Bolsa, que le costó una operación a corazón abierto, sino haber sentado en una mesa al grupo que representaba a Rosalía y al de Flora, madre de Marta, para establecer un reparto razonable de acciones tras la colocación. Dicen que Amancio lloraba de alegría con ese acuerdo.

¿Es posible que en el futuro Marta, al frente en Inditex, tenga menos acciones que sus hermanos? Sería perfectamente posible, aunque no probable. Sobre esa cuestión lleva mucho tiempo velando Flora Pérez. Hay muchas más salidas. 

La fortuna de Ortega no alcanza sólo a su compañía. Tiene un montón de participaciones financieras, la inmobiliaria Pontegadea, que es una de las mayores patrimonialistas de Europa, capital riesgo... Eso, que se sepa.  

Puede haber todo tipo de particiones o arreglos, como ocurrió, sin ir más lejos, con las hermanas Koplowitz. A finales de la década de los 90, Esther le compró a Alicia su participación en FCC. Es una simple cuestión de valoración: Marta podría quedarse con las acciones de Inditex y sus hermanastros con Pontegadea, dinero y otros activos (acciones de la empresa, pero en menor proporción), que valieran lo correcto. 

Quién sabe si incluso podría llegar algún tipo de arreglo del propio patriarca en vida. Equipo jurídico que lo arme todo no le falta a Ortega, evidentemente. Pero el futuro reparto accionarial de Inditex sólo está en la cabeza de una persona, y esa es Amancio, que deberá hilar fino fino. 

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