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España

Rubalcaba intenta enterrar a Zapatero mientras los fieles al ex presidente se acercan a Madina

Ha pasado desapercibido en casi todos los grupos parlamentarios, menos en el PSOE. El pasado miércoles, durante el debate que le enfrentó a Mariano Rajoy sobre el plan nacional de reformas, Alfredo Pérez Rubalcaba lanzó su primer aviso público de que no comulga con la herencia recibida de José Luis Rodríguez Zapatero. “Este tema tiene una extraordinaria importancia. Lo primero que quiero aclararle es que yo jamás le he hecho a usted una propuesta de volver a políticas equivocadas, se lo voy a decir de otra manera: ni la de Zapatero ni la de Rajoy, yo le propongo la política de Rubalcaba, para que quede absolutamente claro”, le dijo el líder del PSOE al presidente del Gobierno. Y por si alguien en el hemiciclo no lo había oído, insistió: “Ni la de Zapatero ni la de Rajoy, no me diga usted a mí que le estoy proponiendo volver a políticas equivocadas. Para nada, señor Rajoy…”. Las frases del líder socialista causaron malestar entre la parroquia que todavía le sigue rindiendo culto al ex presidente socialista.

"Yo jamás le he hecho a usted una propuesta de volver a políticas equivocadas", le dijo Rubalcaba a Rajoy en referencia a la etapa de Zapatero

El divorcio del actual secretario general del PSOE con el ex presidente Zapatero no ha pasado todavía por los juzgados, pero se ha instalado de forma permanente en la cabeza de Rubalcaba, para el que sigue constituyendo una auténtica obsesión borrar cualquier vestigio de cercanía con quien le hizo vicepresidente primero del Gobierno hace menos de tres años. El miércoles, Rubalcaba no solo quiso enterrar cualquier vínculo con Zapatero sino que tampoco defendió su gestión, algo que llamó mucho la atención en las filas socialistas. Lo que le dijo a Rajoy es que no le compare con el antiguo inquilino de La Moncloa porque él hace tiempo que ha aprendido a andar solo.

La excursión del ‘bonismo’ al ‘zapaterismo’ la hizo Rubalcaba en el congreso celebrado por el PSOE en julio de 2000 en pocos días, delante de ex ministras que ahora trabajan en sillones bien remunerados fuera de España, como Bibiana Aído, Leire Pajín o Magdalena Álvarez, pero también delante de numerosos diputados y diputadas que hoy se sientan en el Congreso, como es el caso de Trinidad Jiménez, de la mismísima Carmen Chacón o de Jesús Caldera. Son también tres ex ministros ante los que el secretario general del PSOE ha dejado claro ahora que reniega de la herencia de Zapatero mientras su partido observa cómo se acercan al joven diputado vasco Eduardo Madina, patrocinado precisamente por el ex presidente del Gobierno como una de las promesas que puede sustituir al propio Rubalcaba en el cartel electoral de 2015 si es que antes algún veterano con mayor bagaje político –vuelve a hablarse de José Bono- no le adelanta en alguna curva.

En el PSOE vuelve a rumorearse el regreso de José Bono como la alternativa de los más veteranos al experimento de Madina

Rubalcaba suele confesar en privado que uno de los problemas que encuentra en el PSOE es que todas las caras conocidas “tienen pasado”. Un pasado manchado por una desastrosa gestión económica que está impidiendo a los socialistas remontar en las encuestas ya que la mayoría de los ciudadanos vinculan los efectos devastadores de la crisis con las políticas que Zapatero desarrolló entre 2008 y 2011 bajo la batuta del “mejor sistema financiero del mundo” y, posteriormente, el espejismo de los “brotes verdes”.

La corriente por la que ahora navega Rubalcaba para ahogar a Zapatero bajo las aguas, aseguran en el Grupo Parlamentario Socialista, no puede ser fluida. Primero, porque él fue una de las figuras más destacadas en los últimos gobiernos del ex presidente y, en segundo lugar, porque hasta ahora ha sido incapaz de construir una alternativa sólida a la del Gabinete del PP en política económica. Hace pocos meses, desde la federación andaluza que pilota José Antonio Griñán se reconocía públicamente que alguien en el PSOE debería pedir perdón a los españoles por haber cambiado la Constitución para incluir en ella el principio de estabilidad presupuestaria. “Tenemos que ser previsibles y pedir perdón por haber tocado la Constitución y haberla puesto al servicio de los intereses económicos. Eso nos dará la credibilidad de los ciudadanos que no entendieron esa decisión. Y tenemos que ser sensibles con nuestra gente, que lo está pasando muy mal…”, declaraba la consejera de Presidencia de Andalucía, Susana Díaz, en una crítica también directa al ex presidente Zapatero y al propio Rubalcaba.

Algunos sectores del PSOE consideran que no puede remontarse el vuelo sin que antes el ex presidente del Gobierno pida públicamente perdón por su gestión

La rendición de cuentas no se ha producido todavía, más allá de los gestos de Rubalcaba, Zapatero tampoco ha pedido perdón y el PSOE encuentra serias dificultades para remontar el vuelo mientras que algunos fieles al ex presidente se acercan a Madina con la esperanza de verse reciclados en el futuro para un proyecto que volvería a tutelar desde la sombra el antiguo secretario general.

“Todos tenemos herencias, señor Rajoy, todos tenemos herencias”, le espetó Rubalcaba el miércoles al presidente del Gobierno sin defender un ápice la que el PSOE y España recibieron de Zapatero. Y lo malo es que sin dar sepultura política al leonés, los socialistas lo tienen imposible para levantar la cabeza, se concluye en su grupo parlamentario, pendiente de los movimientos que se detectan en el interior del partido para ensayar el despegue.

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