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Educación

Madrid rechaza el calendario escolar 'a la cántabra' con vacaciones cada dos meses

Niños saliendo del colegio

El debate sobre la implantación de un calendario escolar similar al que impera en el sistema educativo francés y, desde este último curso, también en Cantabria, ha vuelto a generar opiniones encontradas entre los agentes de la comunidad educativa. En Madrid, los sindicatos volverán a reunirse este miércoles con la Consejería de Educación para negociar cuál será la agenda que marque el ritmo de los alumnos, y de sus padres, de cara al año que viene. Mientras que organizaciones sindicales mayoritarias como CCOO abogan por adoptar un calendario escolar "a la cántabra", es decir, con vacaciones de una semana cada dos meses, el consejero de Educación, Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid, Rafael van Grieken ha señalado que el gobierno regional rechaza este modelo porque "no es voluntad de las familias". Desde el  IES Marqués de Suanzes, el consejero se ha mostrado convencido de que alcanzarán "una opción intermedia" donde "prevalezca la conciliación familiar con una ruptura de algunos trimestres largos". Una idea, dice, es quitar los exámenes de septiembre en los institutos y adelantarlos a finales de junio. Así, el curso comenzaría la primera semana de septiembre como se hace en los colegios.

El consejero de Educación de la Comunidad de Madrid dice que "no es voluntad de las familias" adoptar el modelo cántabro

Sin embargo, la secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO Madrid, Isabel Galvín, ha asegurado que la negociación sobre el nuevo calendario escolar está "muy avanzada" y camina hacia una "racionalización y concentración" de las pausas del curso escolar, que sumarían en total cinco periodos por curso. Galvín ha explicado que se trataría de reordenar el calendario para que no haya festivos "sueltos" y se dé paso a una concentración que favorezca el "descanso" de los alumnos, la planificación de las clases, el desarrollo de las evaluaciones docentes y la revisión de los materiales docentes. Una idea en la línea de la materializada por el Gobierno de Cantabria que, a su vez, está inspirada en las vacaciones francesas y de otros países europeos. Vozpópuli ha hablado con algunos de los implicados en la implementación de este calendario para conocer cuáles están siendo los resultados.

Pros y contras

Conchi Sánchez, secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO, explica que se trata de una demanda que comenzaron a realizar desde la década de los 90. "Llevamos la propuesta a la Consejería el año pasado y, para nuestra sorpresa, fue plenamente aceptada, tanto por el resto de los sindicatos como por el propio consejero. Ahora, en lugar de las vacaciones tradicionales de acuerdo al calendario litúrgico, hay una semana de descanso por cada dos meses lectivos. A efectos prácticos y legales, eso ha significado mover cinco días del calendario, dos que se sumaron al puente de Todos los Santos y tres a los días de Carnaval en febrero", explica Sánchez. "Al principio hubo rechazo por parte de las familias porque, según ellas, se hizo sin contar con su opinión, pero ahora en el Consejo Escolar de Cantabria se han hecho audiencias donde han escuchado a distintos colectivos de la comunidad educativa y el nuevo modelo ha salido plenamente ratificado", reconoce.

Tiene como fin mejorar los resultados educativos. De esta forma se ponen en marcha las medidas de atención a la diversidad más rápido

Según Sánchez, el calendario ha funcionado bien "porque los ayuntamientos, ampas y otras asociaciones se han implicado mucho" y, gracias a la coordinación entre las distintas entidades, se han podido abrir los centros educativos en esos periodos no lectivos para ofrecer servicios de comedor y acoger actividades de ocio y tiempo libre. El director general de Innovación del Gobierno de Cantabria, Alonso Gutiérrez, explica que también han implantado evaluaciones cualitativas porque "creemos que este calendario tiene como fin mejorar los resultados educativos del alumnado". Así, a finales de octubre y a finales de febrero, los profesores  cántabros se reúnen para evaluar a sus alumnos y entregar a las familias información sobre el desarrollo educativo de sus hijos. "De esta forma se ponen en marcha las medidas de atención a la diversidad de una forma más rápida, cuando antes no se ponían hasta después de las vacaciones de Navidad. El retorno que tenemos es positivo, el nuevo calendario escolar ha resultado beneficioso porque las familias se han acercado a los centros y estos han ofrecido más información sobre los alumnos, además de que el profesorado ha tenido más tiempo para reflexionar sobre los procesos de enseñanza aprendizaje", considera Gutiérrez.

Incremento del gasto

Sobre la controversia en torno a la conciliación familiar, el director general de Innovación argumenta que la escuela debe contribuir a ella, pero no debe ser la única que asuma la responsabilidad. "Esto es un problema social en el que nos tenemos que comprometer todos. Los ayuntamientos de Cantabria se han implicado de una manera muy potente, así que tenemos bastantes consistorios que lanzan programas de ocio educativo para conciliar que incluyen actividades gratuitas como visitas a museos y filmotecas, estancias en albergues, participación en competiciones deportivas y, además, los comedores escolares están abiertos desde las 8.00 horas hasta las 15.00", detalla. Los niños tienen 175 días de clase como marca la ley, aclara, pero los periodos no lectivos están distribuidos de una forma distinta. "No lo tenemos resuelto del todo, pero sí que vamos avanzando. Además, cuando los trimestres se hacían tan largos influía en el proceso disruptivo y generaba algunos problemas de convivencia", opina.

Ha habido un incremento en el gasto, pero es el compromiso que hay que adquirir para tener este calendario"

Sobre el incremento del gasto que supone tener abiertos los comedores escolares durante cinco periodos vacacionales, así como aumentar la oferta de actividades en torno al ocio de los niños, las autoridades cántabras prefieren no dar cifras todavía. "Los alumnos que tienen becas de comedor, las mantienen en el periodo no lectivo, mientras que los alumnos que no tienen becas y quieren asistir, se pagan su comedor igual que el resto de días. Ha habido un incremento en el gasto, pero es el compromiso que hay que adquirir para tener este calendario. Estamos haciendo una evaluación que se presentará a final de curso cuando haya una amplia perspectiva", comenta.

Y este punto es el que preocupa al presidente de Concapa, Pedro José Caballero, que, si bien está de acuerdo con que se apruebe "cualquier calendario", lamenta que no se haya contado con la opinión de las familias. "A día de hoy todavía no se ha nos ha llamado para ver cómo tratar este tema. Queremos conciliar la vida laboral y familiar porque los que tenemos que organizar los tiempos de vacaciones somos los padres. La administración se debería implicar y hablar con los empresarios para ver de qué manera podemos conciliar", solicita. Por otro lado, sigue, no sabe "quién" corre con los gastos de esta nueva medida. "Si el centro abre los comedores, ¿los gastos recaen en las familias? Tendrían que explicarnos claramente quién tiene que pagar", señala a este diario.

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