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Economía

El Estado consigue financiarse más barato a costa de emitir más a corto plazo

El Estado español se financia a unos tipos más reducidos gracias a que emite más a corto plazo. El tipo medio de emisión se ha situado en el 3,42 por ciento durante 2012, por debajo del 3,9 por ciento de 2011.

Este interés no incluye los préstamos del mecanismo de rescate europeo o Mede para el rescate bancario, que son más baratos y por lo tanto rebajan este promedio hasta el 3,01 por ciento.

No obstante, esto se ha conseguido a costa de reducir la vida media de los títulos desde los 6,55 años en 2011 hasta los 6,06 años en 2012. Y si se tienen en cuenta los pagarés del Mede, la vida media de la deuda en 2012 queda en los 6,34 años.

El Tesoro ha tenido que buscar las emisiones de tramos más cortos para brindar menos rentabilidad y así ahorrarse en la factura de los intereses, que en 2012 alcanzó los 28.000 millones y en 2013 se situará en unos asfixiantes 38.000 millones.

Y esta estrategia la sigue en parte forzado por el BCE. La institución que preside Mario Draghi ha declarado que, siempre que un país lo solicite y bajo estricta condicionalidad, comprará del mercado secundario la deuda entre 1 y 3 años, las llamadas Transacciones Monetarias directas (OMT por sus siglas en inglés).

Ello implica que estos títulos estarían protegidos por el banco central de producirse el rescate, lo que precisamente ha animado la vuelta de los inversores extranjeros, probablemente hacia estos productos de menor maduración.

De hecho, el secretario de Estado del Tesoro, Iñigo Fernández de Mesa, explicó ayer que entre agosto y noviembre entraron 23.000 millones de capitales foráneos en la deuda española.

Semejante hito puede resultar decisivo para el intento del Gobierno de evitar el rescate. Sin embargo, el montante de la deuda del Reino de España rondará el 90 por ciento del PIB en 2013, y ello conlleva que la elevadísima carga de intereses no se deba tanto al coste de la financiación como a la cantidad de deuda acumulada, por lo que incluso aminorando los intereses habría que abonar mucho dinero.

Es más, las rentabilidades a las que ahora toma prestado el Tesoro son más bajas que en otros momentos de la historia. El coste medio del total de la deuda se ubicó en 2012 en el 4,11 por ciento (3,91 si se añade el Mede), frente al 4,07 de 2011. Unos intereses que no se antojan excesivos.

Durante 2008 y 2009, estas rentabilidades disminuyeron extraordinariamente porque los mercados buscaban refugio en los Estados al ver cómo se derrumbaban los bancos y las bolsas. Pero conforme los riesgos se traspasaron a los soberanos de la periferia europea, la deuda española se encareció.

Un proceso de encarecimiento que el Ejecutivo espera que se frene durante 2013. Según las previsiones incluidas en los Presupuestos, el Gabinete de Rajoy contempla que durante este año el tipo del bono a 10 años caiga desde el 6,4 por ciento de 2012 hasta el 5 por ciento. Algo que se vio ayer corroborado en los mercados, que precisamente cerraron justo en el 5,04 por ciento.   

El Tesoro presentó ayer su estrategia para 2013, en la que publicó que emitiría hasta un total de 230.000 millones, de las que 71.000 millones serían emisiones netas, es decir, deuda nueva.

Esta cantidad supone un 8 por ciento menos que el año pasado, en el que se financiaron 250.000 millones, y se emplearán para financiar 150.000 millones de vencimientos, el déficit del Estado y el Fondo de Liquidez Autonómico.

El equipo que dirige Fernández de Mesa pretende adaptarse a las ventanas de oportunidad y aprovecharlas bien, igual que hicieron en 2012. Para ello, habrá también subastas a petición de los agentes privados o creadores de mercado, un hecho hasta ahora insólito.

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