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Economía

El 'infierno fiscal' de CiU y ERC, que persigue ingresar hasta 1.000 millones de euros más, apenas llegará a recaudar 300

Las cuentas de Cataluña para 2013 se presentan harto complicadas. Tras el pacto con ERC, la Generalitat espera hacer 1.000 millones de caja con la nueva batería de impuestos entre depósitos bancarios, nucleares, grandes superficies, pisos vacíos, transporte de mercancías por carretera, bebidas azucaradas, Patrimonio, Transmisiones Patrimoniales o Sucesiones y Donaciones.

Sin embargo, economistas del ala moderada de CiU reconocen que algunas no podrán ponerse en práctica y que, en el mejor de los casos, tan sólo lograrán ingresar unos 300 millones, muy lejos de las necesidades de ajuste para 2013.

Golpe a la economía

Estas fuentes explican que Cataluña ya mantiene uno de los tipos marginales sobre la renta más alto del mundo, en el 56 por ciento, sólo superado por Suecia (56,6) y la caribeña isla de Aruba (58,95) según un estudio de KPMG. “Si además empezamos a poner impuestos sobre todo lo que se mueva, la demanda y la economía se resentirán, y el capital y el talento escaparán. La absurda política económica de ERC ya arrastró al PSOE por el barro y lo mismo puede suceder con CiU”, sostienen.

El partido tradicional de la burguesía catalana ha abandonado sus principios. ¿Quién se acuerda de aquellos tiempos lejanos cuando Artur Mas presumía de su celo y responsabilidad aplicando los recortes? Con Esquerra de socio, el infierno fiscal de Cataluña no bastará para reconducir la desviación de los presupuestos.

Impuestos imposibles

El Gobierno ya recurrió el euro por receta y Montoro ha advertido que llevará al Constitucional la tasa bancaria catalana, pues le parece inaceptable que se haya diseñado con carácter retroactivo buscando que el Estado indemnice a Cataluña con 500 millones por arrebatársela.

Tanto ésta como la tasa a las nucleares o el gravamen sobre el transporte de mercancías quebrantarían la unidad de mercado, según alertan desde Bruselas. Respecto a las nucleares, éstas ya han sufrido un impuesto verde nacional y, por lo tanto, no pueden tributar dos veces. Tampoco parece fácil que vayan a poder gravar las bebidas azucaradas. De modo que las perspectivas de incumplimiento con la disciplina presupuestaria se recrudecen.

La meta de déficit, lejana

El govern se empeña en afirmar que en 2013 ha de recortar 4.000 millones. En principio, siempre que alcanzase el objetivo de déficit del 1,5 por ciento para 2012, el ajuste tendría que ser de unos 1.600 millones para dejarlo en el 0,7 de 2013. La elevación hasta los 4.000 millones puede explicarse por varias razones: por un lado, pueden estar contando los recortes del 2012 que se repiten en 2013, como por ejemplo las rebajas salariales. Por otro y mucho peor, la Generalitat puede incumplir de largo el 1,5 por ciento de déficit hasta incluso superar el 2,5.

En cualquier caso y ante la ausencia de financiación en los mercados para Cataluña, Hacienda debería ser capaz de controlar la tesorería de la Generalitat mediante el Fondo de Liquidez Autonómica, cuyos recursos el Ministerio sólo los libra cuando se le presentan las facturas.

Sin embargo, por consideraciones políticas dictadas desde Moncloa y para evitar que el pánico infecte de nuevo la prima de riesgo, Montoro no va a dejar de costear los servicios, como tampoco va a permitir que quiebre una comunidad, hecho que intentarán aprovechar en Barcelona.

Ni la clase empresarial

Para colmo, ni siquiera las grandes compañías catalanas, muy irritadas por las alzas tributarias, podrán parar los pies a los nacionalistas. “Muchos empresarios han estado mediando entre las partes, pero durante toda la huida hacia delante de CiU se ha demostrado que el empresariado no reúne las palancas con las que influir sobre Mas. Y ahora todavía menos, porque a ERC le da igual la clase empresarial”, comentan fuentes del PP.

La principal esperanza de los populares consiste en que sea Unió el que dinamite la coalición con Convergencia porque no pueda aguantar esta alianza antinatural con Esquerra.

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