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El Ibex 35 pierde un 2,42% y los 7.000 puntos, siendo el peor de Europa

El principal indicador de la Bolsa española, el Ibex 35, sucumbía a media sesión a la presión vendedora y, pese la inyección de optimismo que suponía la buena acogida de la emisión de deuda celebrada hoy por el Tesoro, perdía los 7.000 puntos lastrada por Repsol y el resto de grandes valores. El indicador caía un 2,42% y cerraba como la peor bolsa de Europa.

El Ibex es, de nuevo y con diferencia, el peor mercado de los grandes de Europa. Sus caídas superaban con mucho a las 14.54 las de París (-2,00%), Fráncfort (-0,43%) y Milán (-2,01%). Londres, como suele ser habitual, subía mientras los demás bajaban (un 0,25%).

Los mercados europeos volvían a sucumbir al pánico pese a que tanto España como Francia lograban hoy buena acogida en sus respectivas emisiones de deuda, en ambos casos con ligeras subidas de la rentabilidad.

Por su parte,  los futuros de los principales índices bursátiles estadounidenses anticipaban alzas en la apertura de Wall Street a la espera de los datos de las solicitudes de subsidio por desempleo de la semana pasada.

En España pesaba en particular la nacionalización en Argentina de YPF, participada por Repsol, que le costaba a la petrolera un recorte del 2,18%.

Sacyr, que posee un 10,01% de Repsol, sufría un fuerte descenso del 3,89%, en tanto que los pesos pesados del mercado experimentaban caídas del 2,57% para BBVA, del 2,06 para Santander, del 2,03% para Endesa, del 2,14% para Iberdrola y del 1,81% para Telefónica.

Sólo Inditex esquivaba las caídas y se revalorizaba el 0,16%, con lo que consolidaba su segunda posición como empresa más capitalizada del Ibex 35 sólo por detrás de Telefónica y por delante del Santander.

La estratega de mercados de IG Markets Soledad Pellón, consultada por Europa Press, atribuyó al pesimismo "máximo" sobre España que el Ibex se decante por el rojo y aseguró que la "mala interpretación" procede de los bancos españoles, ya que el mercado ha querido entender que la "fuerte demanda" de la emisión hoy expone aún más a los bancos a la deuda española, haciéndolos más vulnerables al riesgo país.  

La desconfianza también se trasladaba al mercado de deuda pública, con la prima de riesgo española escalando a los 420 puntos básicos. Concretamente, la rentabilidad del bono español a diez años aumentaba hasta el 5,90% mientras que la del Bund alemán bajaba hasta el 1,70%.

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