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Mercados

Berlusconi vuelve a reírse de la prima de riesgo y hunde a Italia y España en los mercados

“Hemos vivido felizmente durante muchos años sin preocuparnos por la prima de riesgo, que es una invención de hace dos años, olvidémosla (...) no tiene importancia”. Primeras declaraciones de Silvio Berlusconi tras las elecciones, totalmente ineficaces, ya que la prima de riesgo ha demostrado que no le olvida a él. Al contrario: los mercados europeos caían desde el primer momento con dureza, pero la salida a escena del político conservador los ha catapultado hasta finalizar casi en mínimos del día. Un día negro, que ya había comenzado complicado, tal como demuestra la subasta de Letras italiana, mucho más cara que en recientes ocasiones. 

El ex primer ministro encarna todos los miedos de antaño de los inversores, que parecían superados a base de inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) (en mayor medida) y ajustes de los estados periféricos (esto, algo menos).

Los resultados de las elecciones italianas se han traducido en una sesión nefasta, tanto en renta variable como fija. El peor de los escenarios posibles ha tomado cuerpo en Italia: la gobernabilidad está en el alero pero, en cualquier caso, siempre tendrá voz y voto il cavaliere. De esta manera, el hundimiento ha sido generalizado y a la propia Italia le ha costado colocar su deuda en los mercados primarios. Sin duda, hoy ha sido un día en el que el presidente del BCE, Mario Draghi, ha examinado con más atención que nunca el comportamiento de los mercados y los flujos de capitales.

¿Especulación? No, gracias

Reabrir problemas gobernabilidad es algo que parecía superado. Introduce de nuevo muchos problemas y siembra incertidumbre. Justo lo que no quieren los celebérrimos mercados.

La sucesión de declaraciones políticas por la parte de los líderes de las formaciones, así como de ‘quinielas’ por la de los analistas reabre todo tipo de temores, ya que no parece sencillo que se pueda formar un Gobierno estable y comprometido con el plan de reformas que quieren los socios europeos. En este sentido, será básico conocer las primeras reacciones desde Alemania. 

De momento, las Bolsas europeas y los bonos han sufrido fuertes caídas, especialmente en Milán, donde el FT Mib se ha dejado alrededor del 4% durante todo el día y al final ha acabado rozando los mínimos: un impactante 4,89% a la baja, que le deja en 15.552,20 puntos. A distancia le seguía España, con menor caída, pero claramente señalada como el siguiente mercado periférico a evitar por los operadores. El Ibex perdió los 8.000 puntos, cediendo un 3,20%, hasta quedar en 7.980,70.

España, fatal

Mención aparte merece el EuroStoxx 50, con un repliegue de 2,94%, siendo las seis peores compañías todas españolas: Santander (-4,6%), Iberdrola (-4,1%), BBVA (-4,08%), Telefónica (-3,91%), Inditex (-2,46%) y Repsol (-2,39%).

En las demás plazas europeas dominaron los números rojos. El Cac 40 y el Dax germano superaron claramente el 2% en negativo.

Mientras en la Eurozona tenía lugar el desastre colectivo, en EE UU los mercados se anotaban moderadas pero sostenidas ganancias, que continuaban al cierre de los mercados europeos. Al otro lado del Atlántico parecían no hacer el menos caso del cambalache del viejo continente y mostraban leve optimismo por unos datos de construcción de viviendas y confianza del consumidor aceptables. Las compras de vivienda nueva repuntaron en enero hasta máximos de julio de 2008 y los datos de confianza de este mes arrojaron una mejor cifra de lo esperado.

Diferenciales ensanchándose

En deuda, la sesión fue para olvidar. El 10 años italiano elevó en 50 puntos básicos su rentabilidad, hasta el 4,89%, lo que reducía su diferencial con España por debajo de los 50 puntos. El activo de referencia español también sufrió, aunque no tanto: el bono a 10 años se colocaba al cierre en el 5,37%, por lo que el diferencial con Alemania se ampliaba hasta 392 puntos.

El bund, evidentemente, ejercía de activo refugio, recortando su rendimiento hasta el 1,46%. Habrá que ver qué ocurre en los días venideros, pero de momento, la peor de las pesadillas para los inversores ha cobrado realidad. El viejo fantasma de Berlusconi ha regresado del más allá y promete emociones fuertes. 

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