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Mercados

La austeridad de los ricos: las sicavs buscan comisiones de gestión bajas y bajan su capacidad máxima

Un centro comercial con tiendas de lujo.

La crisis está haciendo mella en los millonarios españoles. Muchos de ellos sólo han sido víctimas del efecto de falsa riqueza que creó la burbuja de deuda en la que todavía están inmersas las grandes economías. No son pocos los que se han visto obligados a comernzar a consumir sus anteriormente cuantiosas fortunas por pura necesidad (la amnistía fiscal tiene mucho que ver con esto) y los que tienen algo de patrimonio lo protegen al máximo. Hay un baile de sicavs continuo buscando menores comisiones y también se acabaron los excesos del pasado: lo pequeño y discreto es mejor.

En lo que va de año, resulta curioso comprobar cómo numerosas sicavs han cambiado de gestora, básicamente por las menores comisiones de gestión que aplican las gestoras de nuevo destino. “Hay firmas recién llegadas de Andorra o Suiza que están tirando los precios”, señalan continuamente en mercado.

Así, se ha podido ver la sociedad Solgim, de la familia Martínez Sampedro, fundadores de la empresa cotizada de juegos Codere, que ha dejado Bankia en busca de Mirabaud, una de estas recién llegadas a España. Esa sociedad tiene un capital máximo estatutario de 60 millones de euros, pero adelgaza trimestre a trimestre. A finales del pasado año tenía 33 millones de euros, pero a mediados de año sólo 10,6.

Uno que sí es rico de verdad es M. Rodríguez Blanco, hombre muy ligado a Manuel Jove que obtuvo mucho dinero en la venta de Fadesa (tenía alrededor del 3% de la compañía). También está moviendo sus sociedades desde Espirito Santo hacia otras con mejores condiciones.

Bajar el techo

Mientras, los del Pino reducirán el capital máximo de su histórica sicav Chart, que aunque cuenta con más de 200 millones de euros, su techo es de 1.500 millones. En la próxima asamblea de la sociedad, está contemplada en el orden del día la reducción. Esa sociedad se vio inundada de dinero después de la salida a Bolsa de Ferrovial, a finales de los 90. 

En su día,  patrimonios como el de Alicia Koplowitz, Amancio Ortega y los propios del Pino ‘rivalizaban’ por presentar la mayor sociedad de inversión española. Todo eso era antes de las inspecciones por sorpresa por parte de Hacienda a las sociedades, que se saldaron con la apertura de actas a varias sicav porque tenían menos inversores ‘reales’ que los declarados. Pero los tiempos han cambiado y ahora mismo presumir de músculo financiero no es la mejor idea posible. Amancio ha liquidado algunas sicav mientras Koplowitz o Del Pino han reducido sus tamaños.

Otro de los ‘reyes de las sicav’, Rahm Bhavnani, también sacará el dinero. Su sociedad Laxmi celebrará junta y entre otras cosas, aprobará el pago de un dividendo extraordinario a sus accionistas.

Los tiempos de glamour pasaron. Se acabó despreciar el precio de las cosas y ahora, cada euro tiene su valor, incluso para los más ricos. 

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