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Mercados

El impulso de Draghi al papel del BCE propicia la mayor subida del Ibex 35 en dos años (6,06%)

Los mercados han recibido las voluntariosas palabras de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE) con una euforia alcista que rayaba en la histeria. El Ibex, que durante el día osciló entre pérdidas y ganancias, llegando a fijar un mínimo diario de 5.955 puntos, se disparaba tras las palabras del presidente del banco central más del 5%, quedando al cierre en 6.368 puntos, un 6,06% al alza, seguido en la Eurozona por el FT Mib de Milán, con un 5,62%. Las subidas fueron impactantes: Gamesa repuntó un 19,88%, mientras Mapfre y Bankinter rondaron el 14%. Ningún valor finalizó en negativo, y destacaron otros avances como los de Santander y BBVA, exactamente iguales, del 10,67%, o de Telefónica, que después de caer con estrépito cerró un 3,35% en positivo.

En deuda, el 10 años recortó 46 puntos básicos su rentabilidad, hasta el 6,92%, mientras el 5 años finalizó en el 6,70%; 63 puntos a la baja. A tres años, el rendimiento bajó 72 puntos básicos, hasta el 6,36%. Por tanto, la prima de riesgo se estrechó hasta 561 puntos. El bund germano retrocedió posiciones, pero sin estrépito, hasta el 1,32%.

Italia también se vio afectada de manera positiva. Su bono a 10 años está ahora al borde del 6,00%, pero a corto plazo está 200 puntos básicos por debajo de España. Los transalpinos también respiran.

La mejoría del Ibex fue la mejor en dos años, animada por la reciente prohibición de cortos. Este buen tono tuvo su reflejo en los demás índices, aunque en menor medida. El Cac superó el 4%, mientras el Dax repuntaba un 2,75%.

Sesgo positivo

Todo esto ocurría en pleno fragor de informaciones que dejan caer la posibilidad de que el fondo de estabilización (Mede) obtenga ficha bancaria y pueda intervenir en los mercados de deuda, así como en una oleada de declaraciones favorables (ahora) a ayudar a España e Italia en su agónica situación.

Un cambio de sesgo desde las altas instancias europeas que hace que los mercados descuenten acciones encaminadas a rebajar las rentabilidades de la deuda, que hacen imposible por el momento que ambos países se financien. Los expertos han sostenido hasta la extenuación que en cuanto Mario Draghi dejara clara una actitud vigilante ante el mercado, los bajistas se retirarían.

No se trata de que el BCE compre todo en el mercado secundario, pero su reiterada y aireada inhibición, pasara lo que pasara, ha llevado a los bajistas en las semanas previas a chequear todos los niveles de resistencia imaginables. Han bastado unas palabras para que el bono español a corto plazo recortara 70 puntos básicos en unos minutos… de la misma manera que hace dos semanas bastó una rueda de prensa para elevar la rentabilidad española en la misma medida. 

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