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Los dueños de preferentes de Novagalicia y Catalunya Banc, atrapados sin liquidez

El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia.

La imposición de pérdidas a los particulares para contribuir a pagar la factura del rescate bancario puede salir muy caro a los dueños de deuda subordinada y preferentes de Novagalicia y Catalunya Banc. Estas dos entidades nacionalizadas, a diferencia de Bankia y Banco de Valencia, no cotizan en Bolsa, lo que supone un obstáculo a la hora de dar liquidez a estos productos una vez se apliquen las quitas (aún sin cuantificar) exigidas por Bruselas.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, dejó ayer bien claro que los  tenedores de participaciones preferentes y deuda subordinada de las entidades nacionalizadas tendrán que asumir pérdidas. El objetivo final de forzar este reparto de la carga del rescate entre inversores particulares y contribuyentes es reducir la factura final en 10.000 millones.

Las entidades nacionalizadas tendrán tres meses para decidir la quita que aplicarán a estos títulos. La idea es que una vez se fije el descuento que se aplicará en cada caso (dependerá del tipo de deuda, los intereses, el plazo…) se proceda a un canje por acciones o instrumentos de capital equivalentes. La dueños de deuda subordinada y preferentes de las entidades cotizadas acabarán así con acciones de las entidades que podrán vender en el mercado. Las dudas surgen en torno al futuro de los inversores que apostaron por Novagalicia y Catalunya Banc. Al tratarse de entidades que no cotizan en Bolsa está por ver cómo se da liquidez a estos instrumentos de capital.

La entidad catalana, en proceso de subasta, espera poder dar una solución lo más favorable posible a los titulares de los 510 millones de euros en preferentes y 1.400 millones en bonos subordinados que tiene en circulación. Se prevé que la privatización de Catalalunya Banc se cierre en el primer trimestre de 2012 y la esperanza de la entidad es en acabar en manos de un grupo inversor cotizado que pueda hacerse cargo del problema. Bruselas ha dado tres meses a las entidades para fijar las quitas y por tanto si la operación se cierra en los próximos meses como está previsto podría cumplir los plazos.

La quita probablemente resultará inevitable para los inversores pero los precedentes de los anteriores procesos de subasta son halagüeños. Sabadell se hizo cargo de los híbridos de CAM, BBVA hizo lo mismo tras hacerse con Unimm y La Caixa hizo lo propio con Banca Cívica, al final se impusieron los canjes por acciones. Se espera que los inversores de Banco de Valencia corran la misma suerte tras la adquisición de La Caixa, mientras que Bankia ya ha anunciado que hará lo propio. De hecho fue la única ayer que anunció las quitas que aplicará antes de proceder al canje de títulos. En el caso de las preferentes, el 39%, en deuda subordinada perpetua, el 46% y en deuda subordinada con vencimiento el 14%.

Novagalicia, por tanto, se perfila como la entidad con menos margen de maniobra al no tener una subasta programada. Fuentes de la entidad reconocieron ayer que están estudiando el mecanismo al que puedan optar para dar liquidez a los 900 millones de euros en participaciones preferentes que tienen en circulación y los 1.130 de deuda subordinada pero no dieron detalles. “Se realizará una operación de canje de los instrumentos híbridos (preferentes y subordinadas) por acciones del banco, una vez recapitalizado”, explicaron en una nota de prensa. 

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