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Mercados

La primera subida de tipos en EEUU, entre el drama griego sin resolver y el 'corralito' inesperado de China

Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, durante su comparecencia semestral en el Congreso norteamericano.

Ya lo dice el saber popular: tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. Algo parecido está ocurriendo con la subida de tipos de interés en Estados Unidos. La expectativa creada en los mercados ante el comienzo de su repunte, una vez que se retiraron los estímulos monetarios a finales del año pasado, ha sido tan asumida por los inversores que ya no importa tanto la cuantía del incremento sino que el proceso se ponga en marcha. ¿Cuándo? Ya nadie se atreve a poner una fecha concreta. Y si septiembre parecía hasta hace poco un buen mes para empezar a plantear la subida, el enrevesado problema de Grecia y el inesperado corralito que las autoridades chinas han impuesto a su mercado de valores bursátiles emergen como dos potentes diques de contención.

Aunque los datos macroeconómicos de Estados Unidos del primer trimestre no fueron tan buenos como se esperaba, las previsiones para los siguientes meses son más halagüeñas, con la inflación abandonando el terreno negativo y el mercado laboral dando señales de mejoría. Si se confirmara esta tendencia, que permitiría un crecimiento de los salarios y del gasto en consumo, casi todos los analistas siguen estimando que durante el otoño se comenzaría a ver la subida de tipos por parte de la Reserva Federal.

Los analistas dan por descontado el incremento de los tipos a partir de septiembre, para dar una señal de normalización de la política monetaria

Grecia, que hace tiempo ha perdido su papel de poder desestabilizar la economía global, porque la mayor parte de su deuda ya no está en manos privadas, sí que tiene el inconveniente de distraer la atención de los inversores, pendientes de la incertidumbre que rodea las negociaciones del tercer programa de rescate y de la reestructuración de su deuda. Y, sobre todo, cómo puede afectar políticamente a otros países europeos, como España.

La fuerte corrección de las bolsas chinas, después una espectacular subida del 150% durante el último año, provocó la actuación del gobierno, imponiendo un control estricto de las inversiones en acciones y con gran parte de las empresas con su cotización suspendida. Aunque para algunos la bajada de las bolsas significa que el mercado chino funciona, para las autoridades se ha convertido casi en una cuestión de seguridad nacional, debido a la gran cantidad de pequeños inversores que se han visto afectados y que podrían reclamar en la calle lo que han perdido. Esta situación, en un contexto de reducción del crecimiento y de cambio de modelo hacia un mayor consumo interno, no interesa al omnipresente gobierno comunista.

Y justamente cuando la Fed debería empezar a plantear la primera subida de tipos de interés se encuentra con dos problemas que introducen mucha inquietud entre los inversores. En su comparecencia semestral ante el Congreso, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, mencionó expresamente a Grecia y China como dos factores que podrían representar “algún riesgo” para la economía norteamericana, pero se mostró más optimista sobre la evolución de los datos de consumo y del mercado laboral en EEUU, lo que permitiría iniciar “en algún momento de este año” la subida de tipos de interés.

Los analistas dan por descontado este incremento de los tipos a partir de septiembre, para dar una señal de normalización de la política monetaria y de la fortaleza de la recuperación económica norteamericana, aunque sea de manera moderada. “Los aumentos de tipos serán extremadamente graduales”, aseguran en sus últimas Perspectivas trimestrales en JP Morgan AM. “La calidad de la mejora del mercado laboral sigue siendo incierta y la Reserva Federal estará muy pendiente del impacto de los tipos más altos sobre la recuperación”.

Evolución de la subida de tipos

Pero, según los expertos de la gestora norteamericana, “los mercados deberían de preocuparse menos del primer incremento de tipos y más del último” porque “alejarse de una política de tipos cero debería interpretarse como un signo claro de una economía más saneada y dibujar un entorno en el que las compañías pueden cumplir sus objetivos de beneficios e impulsar gradualmente al alza a los mercados”. En su opinión, “son las subidas adicionales de tipos más adelante en el ciclo las que deberían de preocupar a los inversores, y el ritmo al que los tipos de interés se suben”.

Y es que dar la vuelta a la inercia de los últimos nueve años es algo que tiene a los inversores con el alma en vilo porque no existen precedentes históricos. ”¿Cuáles son los peligros de subir los tipos de interés desde mínimos históricos y cuán severas serán las repercusiones? Simplemente no lo sabemos”, reconoce David Lafferty, director de estrategia de mercado de Natixis GAM. “La preocupación fundamental es cómo responderán los inversores y los consumidores, que se han convertido en adictos a los tipos bajos cuando la Fed se embarque en su primer ciclo de endurecimiento de la última década”.

¿Y cómo podría afectar a Europa? En BlackRock consideran que el tema de Grecia no está dejando ver con claridad otros asuntos más importantes para los inversores, como la baja productividad, los escasos márgenes empresariales y el auge de las fusiones y adquisciones. “Aunque la renta variable europea ha dejado de estar barata, las previsiones de beneficios finalmente empiezan a aumentar gracias a la debilidad del euro, la flexibilidad de las condiciones para la concesión de préstamos y las señales de crecimiento del crédito”, apunta Russ Koesterich, director global de estrategias de inversión de BlackRock.

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