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El levantamiento de los cortos a los bancos hunde también a las grandes corporaciones no financieras del Ibex

El pasado 15 de febrero, la CNMV levantó la prohibición de las posiciones cortas sobre las compañías financieras. Desde entonces, el hundimiento bursátil ha sido espectacular. Se puede argumentar que en el caso de la banca ha sido lógico, pero lo malo es que las grandes corporaciones no financieras de España han sufrido un enorme castigo inducido. La práctica totalidad del declive de estas entidades (Telefónica, Iberdrola, Repsol, Endesa...) se produce desde entonces. En todas esas entidades se quejan, con la voz más o menos alta, del acoso infatigable de los bajistas, que atacan todo tipo de activos españoles. Prácticamente no se ha librado nadie.

Probablemente, el caso más sangrante es el de Telefónica, que pierde un 23% anual, aunque desde el pasado 15 de febrero su repliegue ha sido del 22%. No sería incorrecto decir que la operadora que preside César Alierta sufre un inusitado castigo por posiciones cortas, en un perfecto efecto contagio financiero.

Algo parecido ocurre con Iberdrola, que cuando levantaron esta operativa ganaba terreno en el año y desde entonces se ha hundido un 32%, que deja su saldo anual en un 30%. Casi idéntico camino ha recorrido Endesa y el de Repsol ha sido un ejemplo muy similar, aunque en este caso se puede argumentar que la penalización extra ha venido por la expropiación de YPF.

Estas utilities del sector energético, así como Telefónica son empresas con elevados números de clientes, enormes ingresos y unos flujos de caja que están entre los mayores de Europa. Sin embargo, se están viendo arrastradas por otras empresas del Ibex como Indra o Gamesa (las mayores ‘sufridoras’ de los cortos), los bancos y las constructoras, que también tienen fondos bajistas revoloteando como moscas en su capital.

El asunto es todavía doloroso cuando estas empresas se comparan con sus pares europeos. Vodafone, por ejemplo, no se ha movido en dicho periodo, mientras que France Telecom y Deutsche Telekom se dejan alrededor del 10% desde ese 15 de febrero, o sea, menos de la mitad que Telefónica. Ningún analista se atreverá a decir, sin embargo, que alguna de estas entidades es sensiblemente mejor a la española. Tampoco ha servido de nada que la operadora tenga un mix de ingresos muy diversificado en Latinoamérica y Europa.

Claro ejemplo

La sesión de hoy en los mercados era un claro ejemplo de lo que está pasando en España. El Ibex abría con suaves caídas, pero la presión bajista se acentuaba con el tiempo. El índice selectivo retrocedía un 2,8% poco antes de la apertura de EE UU. Telefónica caía un 2,75%, colocándose en 9,1 euros. Santander y BBVA sufrían pérdidas aun mayores, lo que confirmaba a Inditex como la mayor empresa cotizada de nuestra economía.

Pero este tono es el que se está registrando a lo largo de las últimas semanas. Si no hay un catalizador claro, los inversores comienzan a presionar por doquier y no discriminan entre compañías grandes o pequeñas, ni tampoco 'perdonan' a las que no son bancarias. 

Es cierto que en Europa hay un requilibrio de fuerzas que también se está produciendo en España: empresas de consumo están desplazando a energéticas y bancos de los primeros lugares por capitalización en Bolsa. Pero incluso la textil gallega apenas sube desde ese día del levantamiento de cortos. Todo lo español está duramente castigado, casi sin importar la empresa. 

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