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Alerta amarilla: los inversores afrontan un trimestre pendientes de Grecia y la economía americana

Los resultados trimestrales han recogido una mejoría de los beneficios de las compañías.

¿Cambio de tendencia o corrección para tomar impulso durante las próximas semanas? El Ibex 35 había vivido un comienzo de año espectacular, con una revalorización del 12%, siguiendo el mismo camino que el resto de bolsas europeas. La caída del precio del petróleo y al depreciación del euro habían dado alas a los inversores, que se mostraron entusiasmados con el anuncio del programa de compra de deuda del Banco Central Europeo.

Estos factores impulsaron las cotizaciones de las compañías europeas, apoyadas por ciertos datos de recuperación económica en algunos países, como Alemania y España. Los analistas esperan que los resultados corporativos trimestrales vayan apuntalando esa confianza que todavía se percibe tímidamente. Y el inicio de presentación de cuentas de las cotizadas españolas parece que está dejando un buen sabor de boca.

“Por el momento estamos viendo buenos datos. El Ibex está formado por compañías con una gran presencia internacional que se benefician de un euro barato. Es de esperar que, con la moneda común en estos niveles y con el BCE manteniendo su exitosa política de compra de deuda, podamos ver cómo se hace realidad una reactivación económica que redunde en buenos resultados corporativos. El buen momento del mercado se está viviendo también con las nuevas salidas a bolsa”, apunta José Luis Herrera, director de relaciones con clientes de CMC Marktes.

Los sectores que más se han beneficiado durante el primer trimestre de la subida de la bolsa han sido la construcción, el bancario y compañías como Iberdrola. Es decir, aquellas precisamente que tienen una fuerte exposición internacional.

Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, explica que el crecimiento de los beneficios de las entidades financieras presenta varios elementos comunes a tener en cuenta, como el aumento sustancial en las cifras de margen de intereses, fruto de los menores costes de financiación; el descenso de la morosidad, que significa menores provisiones; y una mejora de los activos fuera de balance, las divisiones de de gestión de activos y asesoramiento. “Se está produciendo un incremento de las nuevas operaciones de crédito, pero el volumen total es estable e incluso está descendiendo en algunos casos. Y los ratios de capital son suficientes, como vimos en los test de estrés de octubre. Esto es importante ahora que está entrando en vigor la nueva regulación de Basilea”, subraya.

Esta pequeña mejoría de los créditos para pymes y consumo para los particulares, que ha permitido el incremento de los beneficios a pesar de los estrechos márgenes, se ha producido en un entorno para las entidades financieras en el que “es difícil que ganen dinero con los tipos de interés a cero”, asegura Ignacio Cantos, responsable de renta variable de ATL Capital.

La caída del 1,18% que ha sufrido el Ibex durante el mes de abril ha encendido los pilotos de alerta de los inversores ante lo que puede ser una corrección del mercado o un cambio de tendencia. La apreciación del euro, como consecuencia de unos peores datos de lo esperado en la economía norteamericana, y el repunte del precio del petróleo Brent hasta los 66 dólares por barril son señales de aviso. De momento, esta falta de mejora de Estados Unidos ha aparcado la posibilidad de subida de tipos de interés hasta después del verano.

¿Cómo puede afectar a la bolsa española este cambio de rumbo? “De cara a los próximos meses, evidentemente el impacto de las compras de deuda del BCE tendrá menos impacto. Y la bajada del precio del petróleo es difícil que se prolongue. Vemos, no obstante, indicadores que pueden mejorar la situación, como revisiones al alza de previsiones de crecimiento del PIB, encuestas de confianza esperanzadoras, una mayor recaudación fiscal”, señala López-Gálvez.

“Es difícil saber qué va a hacer la bolsa española durante los próximos meses, si bien es cierto que la debilidad del euro frente a otras divisas (como el dólar), las compras de deuda del BCE y el aumento de la actividad en España plantean buenas perspectivas para la renta variable española. Aunque puede haber ciertos riesgos que los inversores deberían de tener en cuenta, como lo que ocurra con Grecia, las elecciones en España o el comienzo de la subida de tipos en EEUU”, asegura Ángel Pérez Llamazares, analista de Renta 4.

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