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¿Quién es el gestor que le pisa los talones a Beltrán de la Lastra en Citywire?

Álvaro Cubero.

Álvaro Cubero es el gestor del fondo Intermoney Variable Euro desde 2013 y durante este tiempo ha conseguido ofrecer un rendimiento anualizado del 12,66% a cinco años y del 8,51% a tres años, según los datos de Morningstar, situándose como uno de los mejores fondos españoles en la categoría de renta variable europea de la consultora. Estos datos han significado que la prestigiosa publicación Citywire, de referencia en la industria de inversión, le haya otorgado la calificación de doble A un año después de alcanzar la primera, situándose por rentabilidad a tres años en tercer lugar de un total de casi 90 profesionales, solo por detrás de Matthias Born, gestor de Allianz, y Beltrán de la Lastra, el director de inversiones de Bestinver.

¿Cómo ha conseguido este reconocimiento? Investigación, psicología y una labor artesanal de análisis es lo que asegura Cubero que le permite realizar bien su trabajo. "No hay una receta mágica ni un secreto. El 90% de nuestro tiempo consiste en investigar, estudiar, analizar y leer mucho, algo básico en esta profesión. También cuenta la experiencia personal como cliente o consumidor, o de personas de tu entorno, que te comentan algo de un producto determinado", señala el gestor, para quien es muy importante el componente psicológico debido al comportamiento irracional de los mercados. A su juicio, es preciso "ir contra la manada, invertir en negocios que nadie quiere, con recomendaciones de venta de los analistas. Y a pesar de todo tener la fortaleza mental para mantener la tesis de inversión sobre una empresa", subraya.

Nosotros nos definimos más como inversores con mentalidad empresarial, porque al final invertir en una compañía no es otra cosa que ser dueño de un trozo de su capital"

Aunque comparte la mayor parte de la filosofía del value investing, considera que su estrategia es más abierta, al no rechazar ningún sector a priori ni ninguna compañía de perfil más growth o de crecimiento. "No decimos que es un fondo value, pero aplicamos análisis fundamental y queremos comprar las acciones por debajo de su valor. Nosotros nos definimos más como inversores con mentalidad empresarial, porque al final invertir en una compañía no es otra cosa que ser dueño de un trozo de su capital. Por eso nuestro horizonte temporal es de largo plazo, de permanencia en la compañía, para beneficiarnos de la creación de valor", subraya Cubero, para quien es fundamental tener la "suficiente paciencia" y la "disciplina máxima" para esperar que precio y valor estimado converjan.

A la hora de seleccionar las empresas, el gestor del Intermoney Variable Euro prefiere centrarse en aquellas que son poco seguidas por las firmas de análisis, de mediana capitalización, con ventajas competitivas sostenibles en el tiempo, que crean valor al accionista, medido a través de la rentabilidad sobre el capital empleado, con un equipo gestor respetable, con un perfil financiero sólido y "si son familiares, mejor". "Suele dar la casualidad de que muchas empresas de este perfil son familiares o están controladas por la familia fundadora. Han sobrevivido al paso del tiempo, a muchos eventos extraordinarios, que tienen mucho cuidado al reinvertir su dinero porque se juegan su patrimonio y su reputación", explica.

Aparte de este componente familiar, también suele preferir las compañías de perfil industrial y tecnológico. De hecho, representan hasta un tercio de la cartera del fondo, compuesta por 63 valores. Cubero confiesa que al tener un patrimonio de solo 35 millones de euros el fondo puede fijarse incluso en firmas con una capitalización por debajo de los 500 millones, algo que los grandes vehículos de inversión no pueden hacer porque desvirtuarían la cotización de la acción. Pero esto no significa que rechace los grandes nombres. De hecho, nombres como Repsol o Vinci aparecen también en la cartera.

Cadenas de valor

"Una fuente muy potente para generar ideas de inversión es estudiar las cadenas de valor de las multinacionales de diferentes sectores, como fabricantes de trenes, empresas textiles, farmacéuticas, de la industria alimentaria o la tecnológica. Suelen ser empresas de nicho de mercado, especialistas en producir de una forma eficiente un bien intermedio o un producto final, con una cartera de clientes muy potente y una barrera de entrada natural", comenta Cubero. Son firmas como la austríaca Lenzing, que produce fibras textiles a partir de pasta de celulosa para marcas como Inditex, H&M, Nike o Adidas: la holandesa Corbion, dedicada a la fabricación de ácidos lácticos emulsionantes para potenciar sabores de la industria de la alimentación; o la francesa Plastic Omnium, centrada en la producción de depósitos de gasolina o maleteros para todos los fabricantes de coches. Empresas donde "la tecnología es muy importante y es muy difícil romper su ventaja competitivas", subraya Cubero.

En cualquier caso, señala el gestor, el requisito que piden finalmente a la empresa es que su cotización se encuentre muy por debajo de su valor, con un margen de hasta el 40%. Y pueden esperar "pacientemente" a que ocurra, aprovechando eventos inesperados como el Brexit o la caída de las materias primas, como ocurrió el año pasado, momentos donde "la irracionalidad campa a sus anchas a corto plazo" y es probable que se amplíe el margen de descuento. "La cartera del fondo se comporta mejor con las caídas fuertes que con las subidas, sobre todo si están lideradas por los bancos, porque tenemos una posición muy marginal en ING, Caixabank y BBVA. Si los modelos de negocio de las empresas no cambian, ni sus barreras de entrada, ni pierden sus ventajas competitivas, podemos incluso incrementar la posición", concluye Cubero.

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