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"Si somos capaces de aflorar la gestión activa, tendremos recorrido"

Xavier Fàbregas, director general de Caja Ingenieros Gestión.

Caja Ingenieros Gestión pertenece a ese grupo de gestoras españolas de tamaño medio que se han propuesto conquistar al inversor institucional para ganar una mayor cuota de mercado. Con un volumen patrimonial de 621 millones de euros en activos en fondos de inversión y 206 millones en fondos de pensiones, esta cooperativa de crédito ha fijado la inversión socialmente responsable (ISR) como la marca con la que quiere ser identificada en la gestión de activos. Un valor que, según Xavier Fàbregas, director general de CI Gestión, está alineado con los intereses de sus clientes y reconocido cada vez más por los grandes inversores.

"El mundo de la ISR todavía no tiene demasiado punch para que otras entidades hagan una apuesta tan clara. Pero nosotros, por nuestra naturaleza de cooperativa, sí que teníamos esa necesidad, demandada por nuestros propios socios, que son muy conscientes de estos problemas", asegura Fàbregas.

Fruto de esta estrategia se inserta el reciente lanzamiento de CI Environment, un fondo que invierte aplicando filtros de criterios ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo en las compañías que luchan contra el cambio climático. Son los mismos criterios que subyacen en la selección de valores del resto de fondos de la gestora, y que aplican a rajatabla especialmente en Fonengin ISR, un producto de renta fija mixta internacional, emblemático de la firma, y su clon el plan de pensiones CI Global Sustainability.

"El tema de la ISR es la punta de lanza de nuestra estrategia y eso implica calidad en la gestión, preservación de capital, no correr riesgos innecesarios, tener una visión alineada con nuestros partícipes, promover iniciativas para el cambio. Es una estrategia que nos puede ayudar a ganar nicho de mercado porque los inversores nos pueden ver de forma diferenciada para que la gestora tenga su propio espacio. Y lo vamos a potenciar", apunta el responsable de CI Gestión.

Fàbregas resalta que la inversión socialmente responsable implica analizar las compañías más allá de sus estados contables y las proyecciones financieras, un esfuerzo añadido para el equipo gestor, que utiliza Sustainalitycs como herramienta para valorar si una controversia en el análisis tiene la suficiente entidad como para descartar una empresa o mantenerla en cartera.

Sin penalización en bolsa

Casos como el de la firma automovilística alemana Volkswagen o el banco norteamericano Wells Fargo son algunos ejemplos de la política de inversión que sustenta la estrategia de Caja de Ingenieros. "Vivimos en un tiempo de máxima complacencia y tendemos a olvidar con facilidad los escándalos. En el caso de Volkswagen, los inversores terminaron percibiendo que era una práctica estándar de la industria y lo pasó por alto, aparte de que en Europa la regulación no ayuda a tomar conciencia de estos problemas porque las sanciones dependen de cada país", explica Fàbregas.

Wells Fargo, que se vio envuelto en un asunto turbio de cuentas falsas, muestra a juicio del director general de Caja Ingenieros Gestión como los temas de ISR tienen poco peso en la conciencia de las firmas de inversión. "Nos enseña que de momento aún es pronto para que el sentimiento de gestión sostenible sea suficiente para que las empresas sean penalizadas en bolsa. Porque una cosa es la consistencia de la estrategia para acercarte al mercado y otra si los principios de ISR tienen el suficiente peso como para decantar la balanza", subraya.

En cualquier caso, Fábregas destaca que si se priorizan en la selección de valores para la cartera compañías poco apalancadas, recurrentes en la generación de caja, con ventajas competitivas y buenos equipos directivos, "aunque luego apliques criterios de ISR, ya tienes una parte importante de la cartera y acorde con los principios de sostenibilidad ambiental, social y de gobierno corporativo".

Esta identificación con la ISR que quieren potenciar como marca de la gestora pretende atraer a inversores a través de este elemento diferenciador, en un momento de fuerte competencia en el mercado. "Hay que tener una vocación clara de tener un sello propio, que ayude a exportar nuestros valores y nuestra metodología, que permita que te reconozcan con un vehículo de inversión consistente al margen del volumen", asegura Fàbregas.

Visibilidad

La entrada en vigor de MiFID II va a favorecer, en este sentido, a las firmas medianas reivindicar su valía. "Las gestoras vamos a tener que ser más competitivas, más consistentes aún si cabe. El inversor no va a estar dispuesto a pagar una comisión si no percibe ese diferencial, porque cada vez está más informado, conoce más el mundo financiero y es más exigente. Es la evolución natural de un sector que está madurando", subraya. "El problema de las gestoras medianas es la visibilidad. El inversor español busca valor más allá de los fondos más vendidos, por lo que podemos competir en prestaciones aunque no tengamos su volumen. Es una línea a la que nos tenemos que sumar", explica Fàbregas.

En Caja Ingenieros Gestión, no obstante, no están obsesionados con el crecimiento. "Tenemos una apuesta decidida por ganar volumen, pero lo vamos a hacer de forma orgánica", reconoce su director general. "Tenemos un potencial que depende de nosotros. En la medida que seamos capaces de aflorar la gestión activa y ofrecer valor añadido a los partícipes, tendremos recorrido. El tema es generar esa consistencia y ese método diferenciador que nosotros buscamos con la inversión socialmente responsable", concluye.

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