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¿Son más rentables los planes de pensiones que los fondos de inversión?

Unas monedas de dos euros.

Confundir la planificación patrimonial de cara a la jubilación con la contratación de un plan de pensiones únicamente puede significar un error, si no se tienen en cuenta otras variables. En principio, las deducciones fiscales a la hora de invertir en un plan de pensiones representan una ventaja para los ahorradores, que ven compensada la imposibilidad de disponer del dinero invertido en estos productos hasta que alcancen la edad de jubilación o cumplan alguno de los requisitos para retirarlo antes, como sufrir una enfermedad grave o estar en situación de desempleo de larga duración.

Pueden realizar traspasos entre distintos planes de pensiones, en función de sus preferencias de riesgo o buscando aquellos que les resulten más atractivos por rentabilidad, pero nunca podrán retirar el dinero tan fácilmente como si hubieran colocado su dinero en un fondo de inversión. De esta forma, la ventaja fiscal es la parte más atractiva de los planes de pensiones, puesto que ambos vehículos son muy similares en cuanto a la gestión de sus activos, según la categoría a la que pertenecen.

Pero si esta ventaja fiscal no es el principal objetivo del ahorrador, y teniendo en cuenta los límites  a las aportaciones  de los planes de pensiones e incluso la posibilidad de hacerlos líquidos al cabo de diez años que recoge la nueva modificación de la ley tributaria, otros condicionantes entrarán en juego a la hora de seleccionar qué vehículos elegir.

La rentabilidad esperada, como ocurre en casi todos los productos financieros, es uno de los elementos clave para decantarse por unos u otros y en este terreno las comparaciones entre planes de pensiones y fondos de inversión pueden resultar contraproducentes para unos instrumentos que a priori tienen una finalidad de mayor largo plazo, como son los planes de pensiones, en una de las categorías que mayor revalorización debería proporcionar también en este período de tiempo, como es la renta variable.

Aunque la clasificación de Inverco de planes y fondos no es homogénea, en tanto que a los planes de pensiones de renta variable los agrupa en una única categoría (sean de bolsa española, globales, regionales) y a los fondos de inversión en función de su ámbito geográfico, si se analizan los datos de revalorización de los planes de pensiones de renta variable con los fondos de inversión de bolsa española, por ejemplo, se puede comprobar que los segundos obtienen mejores resultados a largo plazo.

Mientras que los planes logran una rentabilidad media anual del 3,53% a diez años, los fondos consiguen un 5,09%; a quince años la diferencia es aún mayor: un 0,20% de los planes frente a un 2,93%; y si ampliamos el horizonte temporal más allá de los veinte años, la brecha crece hasta casi un 5%: un 2,82% de los planes a 24 años contra un 7,52% de los fondos a 23 años, según los datos de Inverco.

Si acudimos a Morningstar, que sí distingue dentro de los planes de pensiones por zonas geográficas, podemos obtener una comparativa más homogénea. Pero igualmente los fondos de inversión resultan ser más rentables a largo plazo que los planes de pensiones, si se considera un período de diez años. Mientras que en el caso de los primeros, los fondos con mayor revalorización logran entre un 8% y un 9% de rentabilidad, los planes de pensiones con mejor evolución se sitúan entre un 5,5% y casi un 7% en este período de tiempo.

Teniendo en cuenta la posibilidad de 'rescatar' el dinero invertido en planes de pensiones a los diez años que aparece en la recién aprobada reforma fiscal, ¿qué preferirá escoger un ahorrador: un fondo o un plan?

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