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JP Morgan ve recorrido a la Bolsa: "los criterios de valoración deben cogerse con pinzas"

Ayer realizó una presentación de expectativas JP Morgan Asset Management en Madrid, liderada por su director de Estrategia para España y Portugal, Manuel Arroyo. Las conclusiones: “no hay burbuja en la renta variable”, aunque, si hay que invertir en Bolsa, mejor en compañías pequeñas.

Sobre Europa, en el grupo opinan que aunque las valoraciones de la renta variable empiezan a ser abultadas, la política monetaria relajada podría seguir respaldando más ganancias el año que viene, especialmente si el crecimiento de los beneficios se materializa.

 Mientras que en renta fija se inclinan por el activo high yield, en renta variable aconsejan compañías pequeñas. “Durante largos períodos, los índices de pequeña capitalización han superado considerablemente la rentabilidad de los índices de gran capitalización”, afirman.

Las empresas más pequeñas “a menudo son son ágiles, con la capacidad de adaptarse inmediatamente a las condiciones del mercado y aportar nuevas ideas y productos de forma más rápida”.

Además, tienden a ser muy cíclicas y están mejor posicionadas de cara a la recuperación económica por el lugar que ocupan en la parte inferior de la cadena de suministro. “Si un gran fabricante de automóviles recibe más pedidos de los concesionarios debido a la mejora de las condiciones económicas, a menudo son los pequeños proveedores de piezas los que obtienen los mayores beneficios”.

Ventaja competitiva

Otra ventaja competitiva reside en que al haber muchas pequeñas empresas de gran calidad que solo son tenidas en cuenta por unos pocos analistas, “existen más posibilidades de que el mercado se equivoque, al producirse diferencias entre el precio de mercado de una empresa y sus indicadores fundamentales subyacentes”.

Como perspectiva general, opinan que los mercados se comportan a menudo “como una pelota de goma: cuanto más fuerte caen, más rebotan hacia arriba”. Eso es exactamente lo que ha sucedido en los últimos años, en los que el S&P 500 ha registrado una impresionante rentabilidad del 200% desde 2009, y del 26% solo en 2013.

Este fuerte repunte ha hecho que algunos se muestren preocupados porque en lugar de un rebote se esté creando una burbuja, en la que los valores están siendo respaldados artificialmente por la política monetaria enormemente flexible de la Reserva Federal (la Fed). Preocupa que las acciones vuelvan a caer hasta el fondo en cuanto se elimine dicho respaldo. Pero “aunque las acciones ya no son baratas, aún es demasiado pronto para hablar de una burbuja”.

La diferencia clave entre este período y la burbuja tecnológica de finales de la década de los 90 es que esta vez, la subida de las cotizaciones de las acciones ha venido acompañada de un aumento más o menos igual de sorprendente de los beneficios empresariales.

Respecto a determinadas señales que ofrece el mercado en cuanto a valoraciones, en JP tienen ciertas dudas: “hay señales dispares y los parámetros de valoraciones hay que tomarlos siempre con pinzas”.

Así, “la política monetaria flexible, un ciclo económico joven, el reciente repunte de las entradas de capital en los fondos de inversión de renta variable y la ausencia de las alertas típicas de un mercado bajista (como fuertes subidas de los tipos de interés o de los precios de las materias primas) indican que el rally podría seguir teniendo recorrido”.

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