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Fondos

La industria independiente de fondos española, casi inexistente: no maneja ni el 10% del patrimonio

Los fondos de inversión han tomado el testigo este año como la mejor opción para el pequeño y mediano ahorrador. En un entorno de tipos de interés a la baja y fin a la remuneración alta de los depósitos, la gestión personalizada gana valor cada día y más en momentos de mercado de alta volatilidad como los actuales. Sin embargo, el dinero ha salido de los depósitos a los fondos de las propias entidades bancarias. Las gestoras independientes, es decir, aquellas que se dedican exclusivamente a gestionar y no son filiales de un gran banco comercial o aseguradora, tienen un peso en el mercado casi inexistente, pese a que son ellas las que tienen gestores vocacionales y auténtico mimo por la gestión.

Conforme las últimas estadísticas de Inverco, correspondientes del mes de noviembre, las gestoras independientes manejan algo menos de 13.500 millones de euros, lo que representa menos del 9% del total. Pero de esa cifra, 5.000 millones pertenecen Bestinver, considerada por muchos una de las mejores gestoras de toda Europa, perteneciente al 100% a Acciona. Es decir, sólo Bestinver es casi la mitad de la industria independiente no bancaria.  

Sin Bestinver, menos del 6%

Sin las cifras de la filial de la constructora, la cuota desciende a algo más del 5%, para algo más de una treintena de entidades. Sólo Renta 4 y Banco Madrid (ambos con ficha bancaria, pero pueden ser considerados también independientes) superan los 1.000 millones directos en fondos de inversión. Un desastre en toda regla, que ha promovido quejas o, al menos, peticiones por parte de algunos frentes para que se inicie un periodo de reflexión sobre el sector, tanto a la CNMV como a la patronal, Inverco.

Miembros de las entidades independientes vienen denunciando el retraso en la aprobación de la figura del agente comercial, algo que parecía inminente, pero sigue arrastrando un importante y aparentemente indefinido decalaje, que impide crecer a las entidades que no disponen de red.

Además, las exigencias de capital y, en definitiva, la relación con el regulador, le exigen a las firmas pequeñas una disposición de recursos muy importante. Según revela una de estas casas, toda gestora pequeña y mediana debe contar con un profesional administrativo que dedique casi la totalidad de su tiempo a tener todo en orden con la CNMV. El coste empresa de ese empleado es superior a los 50.000 euros anuales, una cifra que en muchos casos puede suponer estar (o no) en beneficios.

Choque frontal

El asunto choca frontalmente con los mercados desarrollados, como EE UU o Reino Unido, en los que las grandes dominadoras del sector son entidades dedicadas en exclusiva a la gestión, muy por encima de los bancos. De esta manera, no confluyen intereses bancarios de la matriz con los de la gestora, algo que ha ocurrido hasta la fecha en España. Pero aquí no hay réplicas de figuras como Fidelity, Schroders, Blackrock o American Funds.

Por supuesto, también hay una cuestión de mentalidad del inversor medio español, que se siente más confortable invertido en un fondo de un gran banco, pese a que tenga comisiones más altas o la gestión sea peor que la de una firma independiente. Pero en 2013 se ha podido ver que la rentabilidad ha estado en firmas independientes e incluso en pequeños fondos de autor desconocidos.

Pero el partícipe debería saber que, hasta la fecha, no hay noticias de malas prácticas en fondos de inversión en España que hayan causado perjuicios a particulares. Ni siquiera la hubo en el caso Gescartera, cuyos fondos fueron casi lo único que se pudo rescatar. La inversión colectiva ha demostrado ser, seguramente, el mercado más al margen de estafas posible. 

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