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La banca no se quita de encima el peso del ladrillo: pierde 2.400 millones este año

La herencia inmobiliaria sigue pesando en los balances de los bancos.

La banca española sigue sin desenladrillar su balance. Las principales entidades financieras acumulan pérdidas de 2.419 millones en 2016, sólo con datos de Banco Popular, Sabadell, CaixaBank, BBVA y Santander. A pesar de que la situación mejora frente a hace un año, -los números rojos se reducen un 16%- sigue siendo preocupante, suponiendo un lastre para unas cuentas ya de por sí debilitadas por los bajos tipos de interés.

Lidera las pérdidas Banco Popular, que con 27.700 millones en activos inmobiliarios es el banco con más tarea pendiente en el saneamiento de su balance. Su sociedad del ladrillo arrastra números rojos de 723 millones en 2016, y todo ello sin que haya todavía aflorado gran parte de las provisiones pendientes. Las pérdidas podrían ascender a 2.000 millones a final de año, después de provisionar más de 4.000 millones.

Al igual que la mayor parte de los bancos, Popular ha dejado para el último trimestre la adaptación a la nueva normativa contable del Banco de España, que entró en vigor el 1 de octubre. La mayoría de los banqueros dice que ponerse al día "no tendrá un impacto relevante" en sus cuentas, aunque sí que implicará elevar la morosidad y cambiar provisiones de unas partidas a otras.

"Estamos avanzando en el proceso. Hemos optado por usar modelos internos, cuyo desarrollo hemos terminado hace poco. Ahora tenemos que contrastar los datos y validarlos antes de final de año. De momento no tenemos información de que pueda suponer un impacto significativo", explicó en resultados Jordi Mondéjar, director de intervención de CaixaBank. De momento, la entidad catalana ha reducido a la mitad sus pérdidas inmobiliarias durante 2016, de 1.014 millones a 517 millones.

El foco de los inversores está puesto en Popular, que todavía no ha realizado las provisiones anunciadas en su ampliación de capital

El que ya ha puesto al día sus provisiones es Banco Sabadell, que calcula el impacto de la circular en 350 millones, de los que dotó en el primer semestre los 200 millones que necesitaba. Por ello, los números rojos en el ladrillo se han disparado de los 395 millones de los nueve primeros meses de 2015 a los 648 millones anunciados esta semana.

Banco Santander también aplazó al último trimestre la adaptación a la nueva norma, descartando un impacto extra en provisiones, pero reconociendo que la morosidad se elevará en 300 millones. De los grandes grupos, es el que menos pierde en ladrillo, 217 millones entre enero y septiembre.

La situación de Bankia es similar, ya que tal y como anticipó José Sevilla, consejero delegado, en los dos próximos meses habrá "un pequeño aumento de los dudosos, ya que para algunos refinanciados se endurece la clasificación contable. Los efectos globales serán poco materiales". Esta entidad no facilita sus pérdidas inmobiliarias, ya que son asumibles tras traspasar casi todo su ladrillo en 2012 a Sareb.

Las nuevas provisiones llegan en un momento de caídas de entre el 6% y el 8% del negocio en España

Por su parte, tanto BBVA como Bankinter ven incluso posibilidades de liberar algunas provisiones a final de año, aunque las destinarían a otras partidas y el efecto sería neutro.

Todo ello refleja que la tendencia general del sector es que todavía hay agujero por aflorar en el ladrillo, lo que se acentuará en los dos próximos años con la adaptación a la normativa internacional IFRS 9. Por si fuera poco, esta falta de provisiones llega en un momento crítico, ya que las entidades han sufrido un frenazo del 6% en márgenes y del 8% en beneficio, sólo teniendo en cuenta el negocio en España. La tormenta está lejos de amainar en el sector.

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