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El tren mantiene el reto de seguir entre los medios de transporte más sostenibles

Un tren de alta velocidad de la red de Renfe.

La rapidez y la seguridad no son las únicas ventajas que tiene el ferrocarril. El compromiso con el planeta y la garantía de cumplimiento de los criterios medioambientales hacen de los trenes y las líneas de alta velocidad uno de los medios de transporte más recomendables. En este sentido, un estudio recientemente publicado señala algunas de las razones por las que el tren es uno de los medios de transporte más ecológicos. No sólo generan menos emisiones de gases efecto invernadero, favoreciendo la lucha contra el cambio climático, sino que fomentan el impulso en el uso de energías verdes si se favorece la inversión en I+D+I en este campo y reducen el nivel de contaminación acústica.

Además, el aprovechamiento del espacio es mayor ya que la infraestructura ferroviaria ocupa menos que las carreteras. De esta manera, se favorece la conversación de un recurso tan importante como el suelo. 

En este sentido, el respeto ambiental es un atributo esencial de Renfe y es un elemento competitivo y de diferenciación frente a otros modos de transporte menos sostenibles. Por ello, desde su creación Renfe ha situado en sus Planes Estratégicos a la Sostenibilidad como uno de sus objetivos fundamentales. Para ello, Renfe cumple una política ambiental, que se basa en tres ejes fundamentales: La adecuación ambiental de los servicios de Renfe mediante el cumplimiento de la legislación ambiental y de los compromisos ambientales adquiridos de forma voluntaria; la difusión y puesta en valor de las ventajas ambientales del ferrocarril como modo de transporte; la gestión de los aspectos ambientales existentes en la relación entre infraestructura y operación.

En un informe elaborado con ocasión del 25 aniversario de la alta velocidad en España, la operadora resalta que en este cometido ha jugado un importante papel el hecho de que el 89% del volumen de transporte de viajeros y mercancías se desarrolle en la actualidad a través de redes electrificadas, por lo que se encuentra "parcialmente descarbonizado en base al actual mix eléctrico (53% sin emisiones y 33% renovables)".

Además, la compañía ha adoptado otras medidas de sostenibilidad y eficiencia energética para mejorar sus prácticas de consumo y ahorro de energía y para poner en marcha proyectos de innovación que permitan analizar posibles sustitutos del combustible fósil como el gas natural licuado o las pilas de hidrógeno.

El AVE, una ayuda al medioambiente

Renfe insiste en que los beneficios de la reducción de emisiones no sólo afectan al medio ambiente, sino que se extienden al ámbito económico. La compañía especifica, por ejemplo, que la actividad de los servicios de alta velocidad de larga y media distancia, en los que se han desplazado 346 millones de viajeros entre 1992 y 2016, ha permitido un ahorro para la sociedad española de alrededor de 4.286 millones de euros si se tiene en cuenta el impacto sobre el cambio climático, sobre la contaminación y la tasa de accidentes que podría haber acarreado transportarse a través de otros medios.

En este último caso, las emisiones de gases de efecto invernadero habrían aumentado en más de 12,9 millones de toneladas en España, además de conllevar un aumento en el consumo energético de más de toneladas equivalentes de petróleo. 

La operadora ha elaborado estas estimaciones basándose en dos estudios que analizan esta metodología de sustitución modal y diversas externalidades, respectivamente; y concluye que estos procedimientos de medida "estandarizados y científicamente aceptados" demuestran que "el ferrocarril es el modo que genera menos costes externos, especialmente comparado con otros modos dependientes de los hidrocarburos".

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