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Los creadores del capitalismo más salvaje, Henry Kravis y George Roberts, se jubilan

Henry Kravis, uno de los fundadores de KKR.

Henry Kravis y George Roberts, dos de los tres fundadores de la firma de inversión KKR (Kohlberg Kravis Roberts), mayores de setenta años, comunicaron el lunes quiénes serán sus sucesores -Scott Nuttall y Joseph Bae-, aunque indicaron que seguirán vinculados a la sociedad que fundaron en 1976. Sus nombres estarán siempre ligados al desarrollo del capital riesgo y a la época más desenfrenada de Wall Street, la de los años ochenta del pasado siglo.

Mientras que en la década de los años sesenta los jóvenes estadounidenses experimentaban con nuevas músicas, nuevas sustancias, nuevas vestimentas, tres ejecutivos del banco Bearn Stearns, Jerome Kohlberg, Henry Kravis y George Roberts, experimentaban con las posibilidades que ofrecían las adquisiciones de activos con deuda. No es que fuera este un terreno totalmente virgen, pero los KKR lo llevaron a unos límites hasta entonces inimaginables. En 1964 participaron en la compra del grupo de pesticidas Orkin, considerada como la primera gran operación de compra apalancada, es decir, la adquisición de un activo a base de deuda.

Este tipo de operaciones conlleva elevados beneficios para los propietarios de la compañía adquirida, y planes agresivos de expansión y, en teoría, una gestión más profesionalizada del negocio. Pero cuando salen mal, las grandes compras apalancadas provocan grandes quiebras que pueden llevarse consigo no solo a la empresa adquirida, sino también a los financiadores, además de a proveedores y por supuesto empleados.

KKR adquirió el pasado mes de febrero el 40% de Telxius a Telefónica

A principios de los años setenta, Kohlberg, Kravis y Roberts se independizaron y crearon su propia firma de inversión, KKR. En la web de la sociedad, Jerome Kohlberg no aparece ya mencionado en la fundación de la firma, que según cuenta la empresa, fue decidida por Kravis y Roberts en una cena en el restaurante neoyorquino Joe and Rose. Jerome Kohlberg dimitió de KKR en 1987, y falleció en 2015.

Ahora es habitual que en los fondos levantados por las sociedades de capital riesgo estadounidense participen fondos de pensiones de gremios como profesores, bomberos, jubilados..., una actividad que en países como España está todavía muy limitada, siendo prácticamente un tema tabú. Pero en el año 1981 KKR fue la primera sociedad de capital riesgo en convencer a fondos públicos de pensiones en invertir en sus vehículos.

Gracias a socios como los pensionistas estadounidenses, KKR logró en 1984 levantar un fondo con 1.000 millones de dólares. En sólo tres años llevaron a cabo grandes operaciones como la compra de la empresa de ocio y televisión Wometco; Beatrice -entonces propietaria de marcas como Samsonite-; y Safeway. Pero la gran operación, la que ha dado pie a libros -Barbarians at the Gate es el más conocido-, películas, la operación que se sigue y seguirá estudiando en escuelas de negocio de todo el mundo, estaba a punto de llegar.

Alejo Vidal-Cuadras, jefe de KKR en España.

En 1988, poco después de la marcha de Kohlberg, KKR se lanzó a por el grupo de marcas de alimentación RJR Nabisco. Nabisco era entonces un imperio empresarial propietario de las galletas Oreo, los chocolates Snickers, o las marcas de cigarrillos Camel y Winston. KKR movilizó a todo tipo de inversores, desde fondos de pensiones hasta grandes multinacionales y banca de inversión, para formalizar una oferta ganadora de 31.100 millones de dólares, incluido deuda. Se trataba de la mayor compra apalancada realizada hasta la fecha; hasta el siglo XXI no se volvió a efectuar una operación similar.

Durante los años posteriores, KKR fue desmembrando Nabisco para pagar la deuda. Una operación de ese tamaño no pudo evitar ser altamente sensible a los vaivenes de la Bolsa, de los mercados de deuda, de las distintas crisis financieras a lo largo del planeta.

En la actualidad, las empresas en las que participa KKR emplean a cerca de un millón de trabajadores

A pesar de los muertos que dejó en el camino la compra de Nabisco -el banco de inversión Drexel Burnham Lambert se declaró en quiebra tras participar en una emisión de bonos para financiar la compra del grupo de alimentación por parte de KKR-, la sociedad de inversión estadounidense logró digerir la operación y mantenerse como una de las mayores firmas de capital riesgo del mundo y expandir su negocio a otros países.

En la actualidad, KKR gestiona activos en el mundo valorados en 137.600 millones de dólares. Cuenta con oficinas en 16 países y las empresas en cuyo capital participa emplean a cerca de un millón de personas.

En España, KKR se está convirtiendo en la sociedad de capital riesgo extranjera más activa en el país. En 2014 llevó a cabo operaciones valoradas en total en 1.000 millones, adquiriendo Acciona Global Renewables, el 49,9% de Port Aventura, y parte de Telepizza, además de los centros comerciales Nassica y Vista Alegre. El pasado mes de febrero acordó con Telefónica la compra del 40% de Telxius, su filial de infraestructuras, por 1.275 millones. La oficina de KKR en Madrid está dirigida por Alejo Vidal-Quadras de Caralt. Jesús Olmos, exejecutivo de Endesa, es el director de Infraestructuras para Europa de KKR.

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