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La solución inmobiliaria del Gobierno vendrá acompañada de un nuevo saneamiento de 35.000 millones

El Gobierno anunciará el viernes una nueva exigencia de provisiones para el ladrillo.

El Gobierno aplicará este viernes una reforma al famoso Plan de Guindos de saneamiento inmobiliario, con la que quiere cerrar las dudas sobre el balance del sector financiero español. El Ejecutivo que preside Rajoy presentará un nuevo plan de limpieza de ladrillo de las entidades que significará una necesidad adicional de provisiones que pueden llegar a los 35.000 millones. Todo el sector, y no sólo las entidades que decidan acogerse a la fórmula del 'banco malo', tendrá que dotar estas nuevas necesidades de capital.

Dado el deterioro del entorno económico y la creciente tasa de paro, que puede llegar al 26% al cierre de este ejercicio, el Gobierno quiere incidir en la protección de la cartera de activos no problemáticos, formada por aquellos créditos que se encuentran al corriente de pago. El decreto de febrero establecía que las entidades tendrían que aplicar una provisión genérica del 7% sobre esa cartera. Para el sector, este colchón de capital suponía un esfuerzo de 10.000 millones.

La intención de Economía es intentar aumentar ese porcentaje hasta niveles que podrían superar el 20%. Unas cifras que el sector no está dispuesto a asumir. De hecho, en estos días, gobierno y sector se encuentran en plena negociación del porcentaje final. Por el tono de la conversaciones, el sector asume que Economía no cederá definir una nueva genérica por debajo del 14%, justo el doble de lo que se establecía en el decreto de febrero.

El plan que se anunciará el viernes también contempla el ajuste en otras carteras de activos inmobiliarios en la que habrá una mayor armonización del precio en libros al que tienen apuntado estos activos cada una de las entidades con el precio de mercado. La valoración del suelo también sufrirá algún retoque. El Gobierno pretende aumentar las coberturas del suelo (actualmente en el 90%) lo que puede significar un nuevo cambio en la ley del suelo.

"La cobertura no se elevará al 100%, puesto que no es cierto que el suelo valga cero. El problema es que ahora no hay demanda, pero eso no implica que el suelo tenga cero valor. Lo que se pretende es hacer una valoración del suelo rústico, que es el que ahora no tiene precio, por aproximación a otro suelo que tenga ya la consideración de urbanizado o urbanizable", explican desde el sector.

Además, el Gobierno también pretende corregir al alza las coberturas tanto de las viviendas terminadas (actualmente en el 35%) y de las promociones en curso (60%). En el primer caso, las dotaciones podrían llegar al 50% y, en el segundo, puede llegar al 65%.

Estos niveles tan exigentes, además de despejar dudas en los mercados, tienen otro fin: forzar a la banca mediana a fusionarse. De hecho, el grupo de cuatro bancos (Unicaja, Ibercaja, BMN y Liberbank) a los que Economía 'aconsejó' unirse están a la espera de conocer los detalles del nuevo plan para cerrar las negociaciones que llevan manteniendo desde hace semanas. La pareja BMN-Liberbank parece la más definida, mientras que Unicaja e Ibercaja pretenden mantener una vía que se antoja esteril: continuar en solitario.

"Estas y otras entidades tendrán que fusionarse y acogerse a la fórmula del 'banco malo' (será opcional) para poder cumplir con estas nuevas necesidades", insisten un par de bancos de inversión. La fórmula de estas sociedades de aparcamiento inmobiliario contarán con ayudas públicas y acogerse a ellas será voluntario.

En el sector se espera que una parte de estas nuevas provisiones irá con cargo a los beneficios, como sucedió en el plan de los primeros 53.000 millones.

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