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El Gobierno inyectará dinero público y sustituirá al consejero delegado y a parte del consejo de Bankia

El futuro de Bankia sufrirá un vuelco en las próximas horas. Entre hoy y mañana, la entidad presidida por Rodrigo Rato tendrá que hacer frente al nuevo plan de saneamiento que Economía y el Banco de España han venido elaborando en las últimas semanas para que Bankia pueda cumplir con el Plan de Guindos. Este nuevo plan podría ascender a un volumen de limpieza que llegue a los 7.000 millones de euros, que será el dinero que se inyectará a Bankia a través de este nuevo plan. Esta nueva estrategia conllevará la entrada de ayudas públicas mediante el conocido como FROB 3 y cambios en el equipo de gestión. El relevo, como adelantó este medio ayer, afectará a Francisco Verdú, actual consejero delegado de Bankia y a otros consejeros de la entidad. Otras fuentes no descartan que el relevado sea Francisco Pons, recientemente nombrado vicepresidente tras la salida de José Luis Olivas, con escasa trayectoria bancaria y especializada en sectores como el alimentario. Pons no ha participado en ningún acto importante de la entidad, fuera del ámbito valenciano, hasta el momento. En Bankia explican que este cambio en el equipo directivo se debe a que el Consejo de Bankia está formado actualmente como si las siete cajas fueran dueñas del 100% del accionariado del banco, cuando en la realidad su participación es del 50%.

Bankia recibió el encargo de tener que tomar medidas adicionales a su plan de limpieza inmobiliaria, como informó Vozpópuli, día después del pasado 30 de marzo, fecha en la que las entidades enviaron su plan de provisiones del ladrillo al Banco de España. En este nuevo plan no se contempla ningún tipo de aportación por parte del Fondo de Garantía de Depósitos. La intervención podría afectar a los números enviados a la CNMV la pasada semana correspondientes al cierre del ejercicio 2011 y que fueron mandados sin la firma del auditor Deloitte.

La situación se aceleró el viernes

La situación se aceleró el pasado viernes, cuando Economía solicitó a Bankia realizar una aportación extra de recursos para sanear su cartera inmobiliaria. "Se exigió a Bankia nuevas fórmulas para hacer de una forma rápida estos saneamientos", explican fuentes conocedoras de la situación. Fue entonces cuando se terminó de perfilar el plan de rescate de la entidad presidida por Rato, en la que el FROB inyectará entre 500 y 1.000 millones de euros en forma de cocos (bonos convertibles en acciones), una ayuda que implica derechos políticos, que la entidad tendrá que rembolsar a un precio de mercado que puede superar el 8%. Además, Bankia tendrá que aportar como parte del saneamiento las plusvalías que obtenga por su estricto plan de desinversiones de su cartera industrial. Para llegar a esos 7.000 millones de ayudas, Bankia tendrá que cumplir paralelamente con toda la hoja de ruta enviada al Banco de España para cumplir con el Plan de Guindos que contaba con varias líneas de actuación: liberación de provisión genérica (el grupo aún cuenta con una hucha de 1.100 millones), venta de carteras de créditos, reordenación de algunas de esas carteras que consumen mucho capital, junto a la venta de activos inmobiliarios. Según el nuevo decreto de reforma financiera, Bankia debe dotar 5.070 millones brutos en provisiones y capital. Tras los saneamientos realizados a lo largo de 2011, con más de 2.800 millones de limpieza sobre patrimonio, Bankia tiene que hacer todavía un esfuerzo extra en el entorno de los 2.500 millones. Fuentes del sector no descartan que Bankia pueda estar inmersa en una posible fusión. De hecho, el decreto de reforma financiera, del pasado febrero, establece que sólo puede recibirse las nuevas ayudas públicas si se produce una fusión en la que los activos crecen más del 10%.

En Economía rechazan calificar de 'intervención' este movimiento  

En Economía niegan que este movimiento pueda definirse como una intervención. "Bankia tendrá un nuevo plan de saneamiento y cambio en el equipo de gestores", confirmaron fuentes del Ministerio. En los últimos días han sido muchas las instituciones, como el Fondo Monetario Internacional, que han venido reclamando un intenso saneamiento de la cartera inmobiliaria de Bankia, cuyos activos problemáticos ascienden a 31.800 millones de euros. Además, su tasa de morosidad en el ladrillo es del 28%, después de crecer diez puntos en el ejercicio de 2011. Según un informe de Goldman Sachs, Bankia podría sufrir minusvalías de 7.700 millones por su cartera inmobiliaria en estos dos próximos años. Según han reconocido varios banqueros en las últimas semanas, el nuevo saneamiento de Bankia es determinante para que se despejaran las dudas de los mercados sobre el sistema financiero español y se relaje la presión sobre la prima de riesgo.

Con ayudas públicas

Aunque el mensaje del Gobierno de Rajoy ha insistido en que la reforma financiera se completaría sin ayudas públicas, esta tendencia está a punto de cambiar. De hecho, el presidente del Gobierno ha admitido hoy, en una entrevista a Onda Cero, que las ayudas públicas forman parte, como última solución, del plan para cerrar el nuevo mapa bancario. En febrero, el gobierno anunció que aumentaría el capital del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en una cuantía de 6.000 millones, para una hucha total de 15.000 millones, mediante una emisión de deuda. Este dinero se computará como deuda pública, pero desde Economía se defiende que no aumentará el déficit, porque el Estado espera ganar dinero con estos préstamos.

La fórmula del FROB 3, a través de los cocos, ya se utilizó para cerrar la fusión entre Unicaja y Caja España-Duero. Braulio Medel, presidente de la caja malagueño, negoció con Economía y el Banco de España la inyección de dinero público en la entidad castellano leonesa como requisito para cerrar las negociaciones que se alargaron durante más de un año.

La entidad sufrirá minusvalías al bajar el precio de sus activos inmobiliarios

Este nuevo plan de saneamiento obligará a Bankia a poner todos sus activos a precio de mercado, por lo que la entidad sufrirá minusvalías que serán contrarrestadas con esta nueva estrategia diseñada por Economía. Al tener que aumentar las dotaciones para todos sus activos tóxicos, Bankia podría decantarse por no suscribirse al conocido como 'banco malo', que el viernes aprobará el Gobierno. "Con esta nueva situación, Bankia no tendría por qué acudir a uno de estos vehículos de aparcamiento inmobiliario. Pero tampoco hay que desdeñar esta opción", explican fuentes del sector. La ventaja del 'banco malo' permitiría a Bankia obtener capital, mediante la liberación de provisiones de su balance de aquellos activos que decidieran aparcar en esta sociedad, y obtener liquidez, por la recompra de esos activos.

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