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Vega Sicilia, Gullón, Faustino, Chivite,... y la Casa Real, los casos Falcon Crest de la empresa española

Banderas en la fábrica de Galletas Gullón en Aguilar de Campoó

El último capítulo de la batalla en la familia Álvarez por el control de El Enebro, sociedad propietaria entre otros activos de las bodegas Vega Sicilia, vivido esta semana, es uno más del extenso libro de enfrentamientos familiares en el seno de compañías españolas. La sucesión de la propiedad empresarial de una generación a otra es una materia conflictiva de la que no escapa en realidad compañía alguna en el mundo y a la que las mayores escuelas de negocio dedican cátedras y análisis. Este es un listado de algunas de las peleas familiares-empresariales más sonadas en los últimos años en España:

Familia Álvarez (Grupo Eulen, El Enebro). David Álvarez, 88 años, fundador de Grupo Eulen y de El Enebro, "va todos los días a trabajar a las oficinas de Eulen, llega por la mañana y se va a la hora de comer", dice una fuente cercana al empresario leonés, que suspira largamente cuando se le comenta lo lamentable que resultan los litigios por el control de las compañías entre hijos y padre.

El enfrentamiento entre cinco de los siete hijos de David Álvarez y este, apoyado porMaría José y Jesús David Álvarez Mezquíriz, por el control de El Enebro, llegó a los tribunales en 2009. El viernes se conoció sentencia del Tribunal Supremo que rechazaba recursos presentados por los cinco hijos. En opinión de Álvarez, la sentencia le devuelve "los derechos políticos y económicos que tenía en la sociedad El Enebro, derechos de los que fue desposeído por cinco de sus hijos en el año 2010", y que "pone fin a un largo y doloroso litigio". Sin embargo los cinco hijos -Elvira, Marta, Emilio, Juan Carlos y Pablo Álvarez Mezquíriz- hacen una lectura distinta: "La sentencia del Tribunal Supremo reconoce David Álvarez aquello que sus cinco hijos, accionistas mayoritarios de El Enebro, le ofrecieron al inicio del litigio, el derecho de usufructo y el derecho al dividendo, pero en ningún caso el tribunal le concede el control político de la sociedad que permanece en manos de ellos", precisaron en un comunicado, "por tanto la sentencia no altera el control de El Enebro".

Fuentes cercanas a los cinco vástagos de Álvarez indican que el derecho de usufructo concedido "hace mil años", no tiene efecto político en las juntas de accionistas de El Enebro. "Los cinco hijos tienen el 66% de El Enebro, lo tienen desde el fallecimiento de la madre, recibido en herencia", aseguran. "David Álvarez está obsesionado con esta historia", comentan.

Familia Gullón (Grupo Gullón). Cada vez son menos las empresas de alimentación españolas de tamaño medio que se resisten a ser adquiridas por una gran multinacional. Una de las que se mantiene como empresa familiar es el grupo Gullón, que factura cerca de 300 millones de euros y emplea a 1.100 personas. La compañía galletera vivió hace cinco años un enfrentamiento entre la presidenta y primera accionista, María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, con tres de sus hijos Félix, Hernán, y Rubén Gullón Rodríguez, que amenazó la estabilidad del grupo. La imagen de la presidenta celebrando junta de accionistas en el interior de un Mercedes en 2010 ilustra como ninguna otra el grado de conflictividad y tensión que se alcanza en el seno de negocios familiares entre distintas generaciones.

A María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, su hija Lourdes Gullón, y el entonces exdirector general, Juan Manuel Martínez Gabaldón, sus tres hijos, y también sus hermanos Félix y Raúl Rodríguez, les impidieron la entrada a la sede de la compañía en Palencia donde se debía celebrar junta, después de que desde sus puestos de consejeros acordaran destituir de su cargo a la presidenta y al director general. En esa junta del Mercedes, María Teresa Rodríguez hizo valer su posición de primera accionista del grupo para nombrarse administradora única y reponer a Martínez Gabaldón en su puesto.

Los miembros de la familia se han seguido viendo las caras en los juzgados en años posteriores pero en la actualidad, aseguran en la compañía, reina la paz social.

Familia Martínez (Grupo Faustino). En 2011 salió a la luz el enfrentamiento que mantenían el presidente de Grupo Faustino, Julio Faustino Martínez, con algunos de sus hijos, al conocerse que Carmen y Lourdes Martínez Zabala habían sido expulsadas del consejo de administración de la compañía riojana. La familia fue accionista significativo del grupo FCC, después de que Julio Faustino decidiera en 2005 invertir 100 millones en acciones de la constructora controlada hoy por el magnate mexicano Carlos Slim.

En la actualidad la familia parece haber reconducido las relaciones, pero el negocio de la empresa, de acuerdo a sus últimas cuentas que ahora pueden consultarse en Registro Mercantil, no son las mejores. Grupo Bodegas Faustino Asset Management reconocía en sus cuentas de 2013 haber registrado una pérdida por deterioro en su sociedad Larranza XXI de 36,5 millones, a través de la cual mantenía una participación indirecta en B-1998, la sociedad de Esther Koplowitz a través de la cual controlaba FCC. Según las cuentas de 2013, Grupo Bodegas Faustino Asset Management perdió ese año 20,9 millones de euros. Esta semana la compañía ha convocado junta de accionistas para aprobar esas mismas cuentas de 2013 actuando como presidenta Carmen Martínez Zabala.

Familia Chivite (Bodegas Chivite). Una década después de la muerte de Carlos Chivite, anterior presidente de Bodegas Chivite, las desavenencias entre los hermanos Fernando y Julián Chivite y Cristina Iturrioz, viuda de Carlos Chivite, estuvo cerca de terminar con la historia empresarial familiar de esta bodega iniciada en el siglo XVII. La compañía llegó a valorar la venta del grupo en 2011.

Los problemas comenzaron en 2007 cuando Mercedes López, madre de los actuales accionistas, fallecida en 2008, y su hijo Julián Chivite abandonaron sus puestos de presidenta y vicepresidente, accediendo a la presidencia Fernando Chivite. En 2011 la empresa convocó junta de accionistas por orden judicial, ante la negativa del presidente a atender la solicitud de convocatoria; aquella junta aprobó destituir de su cargo a Fernando Chivite y sustituirle por Cristina Iturrioz; Julián Chivite regresó a la compañía como asesor.
En 2014 el grupo Chivite refinanció su deuda con la banca acreedora y este año tenía previsto la venta de una de sus bodegas, Señorío de Arínzano.

Familia Cereceda (Procisa). Tras el fallecimiento de Luis García Cereceda, impulsor de una de las urbanizaciones más exclusivas de Europa, La Finca, en Madrid, se destapó el enfrentamiento entre las hermanas Susana y Yolanda Cereceda. Las diferencias se hicieron obvias cuando en 2013 el arquitecto Joaquín Torres, protegido por Luis García Cereceda, fue demandado por Susana Cereceda, y este afirmó que contaba con el apoyo de Yolanda. Las dos hermanas se habían enfrentado juntas contra la viuda de Luis García Cereceda, Silvia Gómez Cuétara.

El pasado año Procisa, presidida por Susana Cereceda, se alió con Jesús Gil Marín, propietario de Gilmar, para comercializar chalets y parcelas de La Finca.

Familia Ruiz-Mateos (Nueva Rumasa). José María Ruíz-Mateos acordó en 2011 con Ángel de Cabo (que afronta años de prisión por el vaciamiento de la caja de Marsans) el traspaso del conglomerado de empresas que formaban Nueva Rumasa. Unos meses antes de aquella supuesta venta Ruiz-Mateos anunció la entrada en concurso de acreedores de varias de sus empresas. En esa ocasión el fundador de Rumasa apareció arropado por sus hijos varones para dar la noticia en un hotel.

Desde entonces las diferencias entre el empresario jerezano y el resto de la familia han sido comentadas por fuentes cercanas a los Ruiz-Mateos. De acuerdo a las mismas, el patriarca de la familia no tiene ningún apoyo entre sus hijos, más aun cuando algunos de ellos han entrado ya en prisión y otros aguardan a hacerlo. En enero sus dos hijos menores, Álvaro y Javier, ingresaron en la cárcel de Navalcarnero, condenados por delitos contra Hacienda y alzamiento de bienes. Otros dos de sus hijos, Pablo y Alfonso, previsiblemente entrarán en prisión este año para cumplir una condena de seis meses por fraude a Hacienda.

Familia De Borbón (Casa Real). El caso Nóos, el suceso de Botsuana protagonizado por el Rey Juan Carlos han amenazado la imagen de la empresa que, aseguran los grandes empresarios españoles, mejor representa en el exterior sus intereses, la Casa Real.

El caso Nóos, por el que están imputados la infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarín por supuestos delitos fiscales, motivó el mes pasado la decisión del Rey Felipe VI de revocar el título de duquesa de Palma a su hermana.

El alejamiento progresivo de la infanta Cristina de Casa Real se inició en diciembre de 2011 cuando el entonces jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, informó que Urdangarín era apartado de toda actividad pública por su "comportamiento no ejemplar".

Las imputaciones de Urdangarín y la infanta Cristina, y el episodio de caza de elefantes en Botsuana protagonizado por don Juan Carlos han tumbado la valoración que sobre la monarquía tiene la población española. En abril de 2013 la nota que daban los ciudadanos a la institución, la mejor valorada en otros años, era de un 3,68, la más baja obtenida en las encuestas realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Aunque este año la nota alcanzada por la institución sigue en suspenso, un 4,34, la valoración ha subido desde la coronación de Felipe VI.

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